Efecto Rashomon

March 1, 2013

yael farache

Cuando pasó el autobús a rescatar a la gente, el hombre de fe se negó a subir. “No quiero quitarle el espacio a otra persona que pudiera necesitarlo más que yo” dijo y agregó: “Tengo fe en Dios, él me salvará”. El huracán rompió los diques del río y la ciudad se inundaba. A medida que aumentaba el nivel del agua, el hombre de fe subía por las escaleras del edificio a los pisos superiores. Cuando llegó al quinto piso se asomó por la ventana y vio un bote de remos pasar. El grupo de rescate le dijo que saltara por la ventana y que se subiera al bote, que lo llevarían a un refugio. “No quiero ocupar espacio en el bote” respondió el hombre de fe, “Dios me salvará”. La ciudad se inundó por completo, la devastación fue total, el hombre de fe estaba en la azotea del edificio cuando vio acercarse un helicóptero que le tendió una escalera. El hombre de fe se negó por tercera vez. Horas más tarde, con el agua al cuello y sollozando, el hombre de fe miró al cielo y gritó: “Dios, he hecho todo lo que de mí has pedido, he tenido fe en ti siempre, ¿por qué me has abandonado?” Dios no respondió y el hombre de fe murió ahogado.

Dos personas discuten esta historia. Uno es un ateo militante. El otro es un cura. Sigue leyendo el resto del post »