Elevar el listón

June 26, 2014

Como he contado muchas veces, empecé sin grandes aspiraciones. Este blog era un simple blog de moda, y el único objetivo que me planteé en un principio fue escribir algo cada día. En retrospectiva suena sencillo, o al menos así me lo parece a mí, pero tal vez sea porque cualquier reto superado me resulta poca cosa cuando lo observo desde el otro lado de la meta.

El caso es que en aquel momento la idea de publicar un post cada día resultaba una excentricidad porque nadie se planteaba que se podía hacer de esa manera, que se podía hacer en serio. Un blog era un proyecto secundario. Un blog era un proyecto abandonable. Era la ruta de escape de alguien que no se conoce demasiado. O de alguien que no está contento con lo que tiene. Abrirte un blog era como decidir un jueves que lo tuyo es la fotografía y salir a comprar un kit de revelado. Nadie se compra un kit de revelado en serio.

Así que cuando decidí escribir cada día, el ritmo me resultó agotador. Pasaba horas trabajando. En lugar de salir a pasear me quedaba en mi casa escribiendo. Mis amigos iban al cine o salían a comer, y yo escribía. Cuando me ponía a ello me costaba mucho trabajo encontrar algo nuevo que poner, algo nuevo que decir, todos los días. A veces tenía un día particularmente malo, no encontraba nada y la frustración era insoportable. En esos días si publicaba algo era por pura obstinación, por terquedad, por ceguera, por no dejarme vencer. Pero ocurría algo curioso al día siguiente y es que descubría que el trabajo se hacía un poco más ligero. Así con el tiempo se me hizo más fácil publicar cada día. No porque le tuviera que dedicar menos tiempo, no era un tema de maestría, o de habilidad, era un tema de aplomo. Con cada día que escribía mi carácter se endurecía, y era como levantar pesas. Al principio te cuesta, pero con el tiempo lo que antes te parecía pesado se convierte en un chiste.

Así que cuando empecé a notar que mi objetivo me quedaba corto y que podía actualizar cada día sin problema, me planteé un segundo objetivo: hacerlo bien. Y por hacerlo bien no me refiero a hacerlo con ganas, o a “dar lo mejor de ti mismo”. Me refiero a resultados tangibles que pueden ser observados y medidos por cualquiera. Me refiero a obtener un resultado bueno, y cada vez mejor. A vencer a tu oponente. A convertirte en un referente. En observar con orgullo el resultado de tu trabajo y saber sin lugar a dudas que no es bueno porque “te lo parece a ti” sino que es bueno porque es bueno y punto, sin lugar a dudas.

No fue difícil elevar el listón. El estado del contenido en español que hay en internet es parco por no decir pobre o lamentable. En la oscuridad total deslumbrar es barato. Pero el punto era sorprenderme a mí misma. Era retarme. Lo que más me gustaba era escribir cosas que derrumbaran alguna idea que todos daban por sentado. Acabar con las certezas.

De esta segunda temporada digamos, no publiqué todo lo que escribí. Sólo una fracción llegaba al blog. Muchas veces me sentaba a escribir y no producía nada valioso. Pero en lugar de verlo como una derrota me entrené para verlo como un lento perfeccionamiento, como quien saca punta a un lápiz. Cada derrota me hacía más ágil, más fuerte, mis palabras más precisas, mis oraciones más certeras, mi ambición más aguda. Cada artículo debía ser mejor que el anterior. Trabajé mucho y trabajé bien, y un día publiqué un artículo del que me sentí realmente orgullosa. Era un monstruo de artículo, largo, sólido, con un lenguaje interesante y hasta musical. Y entonces me encontré frente a un problema con el que no me había encontrado hasta ese momento:

Superar ese artículo iba a ser difícil. El objetivo de “publicar cada día una cosa” es circular. O plano. Como queráis verlo. El caso es que es algo que se repite una y otra vez, pero que no cambia. Cada vuelta de tuerca es igual que la anterior. Cada día publicas algo, y al día siguiente el objetivo vuelve a ser el mismo. No importa cuántas veces cumplas con él, al día siguiente te estará esperando una vez más, exactamente igual que antes.

Por otro lado el segundo objetivo, el de “publicar bien” es ascendente. Si cada artículo ha de ser mejor que el anterior, y el listón se eleva cada día, ¿es posible llegar a un punto en el que es imposible avanzar más? A veces me imaginaba escalando una asíntota matemática. Acercándome cada vez más a la meta pero sin tocarla. La cuesta se hacía cada vez más escarpada, el avance era cada vez más lento, y las herramientas se hacían cada vez más obsoletas.

Si quería escribir bien, tenía que abandonar la idea de publicar a diario. Es decir, al tratar de alcanzar uno de los objetivos, me alejaba necesariamente del otro. Publicar a diario y publicar buen contenido son dos fuerzas en constante tensión. 

Hay quién ante este tipo de problemas argumenta que lo ideal es encontrar un equilibrio. En este caso sería publicar a un ritmo y a una calidad intermedias que me permitan publicar a menudo manteniendo un estándar mínimo de calidad. Pero el equilibrio y la genialidad raras veces son compatibles. Para hacer grandes cosas hay que sacrificar cosas igual de grandes. El que vive en el equilibrio vive una vida mediocre y renuncia por fuerza a la grandeza.

Con esa idea sacrifiqué el primer objetivo: el de publicar a diario, y dediqué mi tiempo a escribir mi nuevo libro “Camgirl” con la calma y el cuidado que un proyecto así amerita. Pero mi blog sufrió las consecuencias. Dejé de publicar contenido y me daba mucha pena ver el blog en estado de abandono como si escribir para mí fuese un kit de revelado.

Después de pensarlo mucho creo que he encontrado una solución sencilla y elegante al problema. Notaréis que en la parte superior del blog hay 2 secciones: “Artículos” y “Notas”. En el primero publicaré lo bueno. En el segundo lo diario. Así podré publicar cosas cada día sin sacrificar la calidad de lo que escribo, y sin caer en el gris vicio del equilibrio.

Al entrar cada día en el Acapulco70 veréis una nueva actualización en la sección de “Notas”. No serán genialidades, habrá de todo: fotos, tonterías, ideas de dos o tres líneas, alguno que otro dibujo, algunas veces pondré música si me apetece. De vez en cuando, sólo cuando esté todo listo, publicaré un artículo tan bueno como los de siempre, en la sección “Artículos” y entonces os avisaré por email, por Facebook, o por Twitter.

Siento haberos hecho esperar tanto. Aquí estoy de nuevo, elevando el listón.