Diferentes talentos

April 11, 2024

Conozco a una persona que es capaz de adelantarse a casi cualquier eventualidad porque su forma de pensar es imaginar posibilidades futuras. Vive, digamos, en un campo de posibilidades muy amplio y su cabeza es capaz de barajarlas todas, ver los patrones, de unir los puntos que llevan del punto A al desenlace más probable entre B, C, D, y E.

También sé de una niña de 6 años que le describió a su madre con todo lujo de detalles el dormitorio que quería. No se dejó nada por fuera: las paredes, el techo, el suelo, los muebles, hasta los detalles más minúsculos: un despertador para despertarse a las 8 am. Es capaz de saber exactamente qué es lo que quiere, verlo plasmado en su cabeza y después traducirlo de manera que se entienda.

Estas dos modalidades de pensamiento son tan ajenas a mí que verlas en los demás me produce una especie de admiración, de fascinación quizás, difícil de explicar. Como quien ve el truco de un mago diez veces para ver de dónde es que sale el conejo o el As de diamantes o lo que sea.

Supongo que quizás, el que me ve hilar conceptos abstractos y tejer artículos e historias con ellos sin tener ese talento le ocurrirá lo mismo que a mí en los dos casos anteriores. Que les parecerá algo mágico.

Que bueno que seamos tan diferentes.

La Gran Estafa

April 5, 2024

Decir que te gusta que te estafen supongo que no es la norma, pero tengo que decir que una vez me estafaron y considero que el valor que he podido extraer de esa experiencia supera con creces el que le hubiese extraído si, en lugar de estafarme, hubiese obtenido aquello por lo que pagué.

Me explico: la vida es ordinaria, rutinaria, aburrida. Una estafa es un juego con un ganador y un perdedor, en el cual alguien te seduce y extrae algo de ti que en principio no querías darle. Si una vez hecha esa transacción tú has conseguido obtener del otro lo que creías que te daría, entonces no hablamos de una estafa sino de un intercambio. No hay desequilibrio ni tensión y por lo tanto todo queda saldado, en reposo. Cada cual se va a su casa satisfecho.

¿Qué ocurre cuando te estafan? Que se da la primera parte del juego y después, cuando te toca recibir lo que habías acordado, por un proceso de prestidigitación a todas luces mágico, terminas de manos vacías y solo en un callejón. Te han arrancado algo y no has recibido lo que esperabas a cambio. El otro se va a su casa riéndose por el camino y en ti la tensión no se disipa. Lo que te queda es una especie de rencor, de vacío o de vergüenza por haber sido estafado. No se parece en nada al reposo.

Con el tiempo esa sensación puede ser el principio de un proceso de transformación personal en el que, para saldar las cuentas del diferencial entre lo imbécil que fuiste y lo listo que te gustaría ser, te propones entender cómo fue que te estafaron para que no te vuelva a ocurrir.

De estas transformaciones surgen las mejores historias, así que una vez transcurrido el episodio y concluido el proceso transformativo los sentimientos de rencor, tristeza o rabia receden y son sustituidos por sentimientos de otra naturaleza al reflexionar sobre lo que pasó, son sensaciones de disfrute, de diversión curiosa y encanto por lo vivido. Ser víctima de una estafa puede ser, por qué no, un camino mágico.

De niña me gustaban muchísimo las películas de Disney, no solamente la experiencia de verlas, su argumento, sus personajes, como a cualquier niño, sino que a mí además la animación 2D me parecía algo mágico de lo que quería formar parte. Quería entender cómo se hacían estas películas para poder hacerlas yo también. Me obsesionaba el hecho de poder imaginar algo en tu cabeza y después realizarlo sobre un papel y encima que adquiriése movimiento, expresiones, como las personas. Materializar algo de la nada.

En un viaje a Orlando visité los estudios de animación de Disney con mis padres y vi de cerca todo el proceso de animación, y a partir de ese momento cuando pensaba en mi futuro me entraba una risa rara al imaginarme como parte del equipo de animación que dibujaba esas películas. Tengo talento para el dibujo, dibujaba muy bien y además quería aprender el arte de la animación 2D. Internet estaba naciendo y me apunté a una página web de galerías de fantasía y ciencia ficción llamada Elfwood, una especie de proto-deviantart de los inicios de internet, una web muy rudimentaria pero divertida, esta de aquí abajo:

Te creabas un usuario en esa web y te daban una “galería” a la que podías subir imágenes de tus dibujos. Como el hosting era caro en 2002 había un límite de imágenes, tenías que hacer una selección de tus mejores dibujos y debajo de cada imagen había una sección de comentarios. Los dibujos tenían que ser por fuerza de fantasía o ciencia ficción que era la temática de la página o te los borraban. Mis dibujos no tenían mucho que ver con esos temas así que tuve que modificar mi estilo para poder subirlos a esta página web, y lo que hacía era pintarle alas o halos, o algo, a los dibujos que normalmente hacía como excusa para que no me los quitaran de la página. La gente te dejaba comentarios, algunos simplemente alabándote, pero muchos otros eran críticos, que eran los que más me gustaba recibir ya que me permitían refinar lo que hacía.

Estaba terminando el instituto y mi madre me  llevó a varios especialistas para hacerme estudios de “orientación vocacional” una idea que a mí me parecía contradictoria y por lo tanto me generaba cierto rechazo porque le daba demasiado valor a las palabras y consideraba que si algo era tu vocación es porque sentías un llamado a participar de aquello. Si sientes un llamado luego no necesitas que te orienten. No tenía sentido ¿No? Claro. Pero es que en psicología pocas cosas tienen sentido. Estaba haciendo estos ejercicios exploratorios de la mano de especialistas que me trataban como si tuviese algún tipo de retraso, o al menos así me sentía, y al mismo tiempo me llevó mi madre a psicoterapia porque se me dan fatal las transiciones y estaba atravesando una especie de depresión ansiosa por terminar el instituto.

La psicoterapia me la hacía una psicóloga muy buena llamada Ana a quien recuerdo con muchísimo cariño y que un buen día llegó a la consulta con una sonrisa de oreja a oreja, un fajo de folios impresos con alguna información que quería compartir conmigo, y la sensación que me dio es la misma que sentía cuando leía las novelas de Miss Marple de Agatha Christie, una señora mayor que resolvía asesinatos en pueblos perdidos con la satisfacción mundana y pueril de quien descubre dónde están sus gafas. “Tengo grandes noticias para ti, Yael” me dijo. Me enseñó los folios y me explicó que era el contenido de un programa de animación 3D que se iba a impartir en Caracas, que le habían mandado la información en un email en cadena y que aquello era la solución a todos mis problemas.

Vale que no podía hacer lo que quería que era irme a Ringling College o a Calarts a estudiar animación porque costaba algo así como 50 mil dólares al año y mi abuelo no pensaba financiármelo. Tampoco había conseguido que me regalasen una tablet Wacom Intuos II con la que poder dibujar en el ordenador que me parecía una petición más razonable pero que costaba 2000 dólares, y lo que me dieron en su lugar fue un libro. Nada de eso importaba porque había llegado algo inesperado a la Venezuela recóndita… había llegado ALVARO PLANCHART.

Álvaro Planchart llegó pisando fuerte declarándose ganador del Oscar a technical achievement por su trabajo en Alias/Wavefront para el software de animación 3D Maya. Le hicieron entrevistas en todos los periódicos a los que llevó una estatuilla del Oscar y para demostrar su privilegiada posición dentro de la jerarquía de Hollywood, proporcionó fotos en una alfombra roja con Tom Hanks. De todo esto queda poco en internet porque pasó en 2003 de ahí la calidad de las fotos que os puedo poner aquí, que es lo único que queda, ya que en su día estaban casi todas impresas en periódicos de papel y tinta.

Álvaro Planchart aseguró que después de triunfar por todo lo alto lo dejó todo atrás, en Miami, para volverse a su Caracas natal a fundar un estudio de animación y sobre todo una escuela en la cual formar el talento del futuro. Que de esa escuela elegiría a los mejores, por sus méritos, para realizar el PRIMER FILM DE ANIMACIÓN 3D DE SUDAMÉRICA.

A mí toda esta cuestión no me parecía muy legítima, pero sobre todo no tenía mucho que ver con mi sueño de irme a estudiar animación en Ringling o Calart o cualquier otro college con un programa de animación de primera línea y sobre todo lejos de Venezuela. Esto era como una especie de triste premio de consolación. Sin embargo Ana contactó con mi madre para darle el programa de estudio, y mi madre muy deseosa de verme recuperar el interés por la vida me apuntó de sorpresa, de regalo vamos.

Las primeras clases, al haber estafado a cientos de familias de clase media con sueños de grandeza para que pagasen el coste de inscripción y tres mensualidades de golpe, fueron en la sala de conferencias del hotel Tamanaco, un hotel lujoso de Caracas, y apareció con una chupa de cuero marrón de aspecto carísimo, gafas de sol y un bluetooth pegado a la oreja, de estos que se usaban en esa época para hablar por el móvil. Nos estuvo mareando un mes con clases de guión de cine en ese hotel. Después empezaron las clases de animación como tal, para las cuales alquiló un cybercafé que de día abría sus puertas para que los jóvenes jugasen a Counter Strike después del colegio y por las noches a las 8 pm se transformaba en la sede de AP ANIMATION STUDIOS. El nivel de cutrez no podéis ni empezar a sospecharlo.

Como quizás lo intuyáis, el Oscar era falso, este señor no había puesto un pie en Alias/Wavefront, la foto con Tom Hanks era un burdo trabajo de photoshop y de animación 3D no sabía ni la primera letra. Tenía “chuletas” que miraba disimuladamente para explicarnos cómo modelar UNA TAZA DE CAFÉ. Vamos, el ganador del Oscar. Estuvimos tres meses modelando UNA MANO. Un acompleta y absoluta estafa. Yo pertenecía al módulo ETA. Había dividido a los incautos en grupos de 40 personas que era el número de ordenadores que tenía el cybercafé, y yo pertenecía al quinto grupo lo que quiere decir que antes de mí ya había estafado a otras 200 personas con el programa de animación 3D.

Entonces salió el reportaje que explicaba que lo de Alvaro Planchart era todo una burda y simple ESTAFA. Alguien se había percatado de que el Oscar era de hojalata y la foto de Tom Hanks tenía algo raro en el brazo y llamaron a las oficinas del software Maya en EEUU para preguntar si este señor había sido empleado alguna vez de su compañía a lo cual respondieron con una negativa y para qué vamos a alargarlo mucho más, se lió.

Me vi de repente con los pies en la realidad. Había estado dedicando un montón de horas de mi tiempo a las enseñanzas de un estafador, un curso en el que ni había aprendido nada ni lo aprendería. Con alguien que aseguraba que si me esforzaba lo suficiente me cogería de talento para participar en una película animada real que nunca se iba a producir, pero sobre todo me trajo a la realidad de mi triste vida en un país tercermundista en el que todos los sueños van a morir. En el que da igual el talento que tengas o el empeño que le pongas no vas a llegar a ninguna parte y lo único que podrás conseguir como tengas sueños y no seas unn Cabeza de Condón es ser carne de cultos raros, presa de estafadores varios.

A mi madre no le dije nada al principio por simple vergüenza de que se hubiese dejado una pasta por mí en ese curso y hubiese salido mal. Así que en lugar de dejar de ir al curso tuve que seguir yendo, seguir viéndole la cara al estafador y seguir intentando modelar una mano en un ordenador de cybercafé que a duras penas podía correr Maya 3D. Así que toda mi frustración e impotencia me la llevé a un foro de cine de aquella época llamado Panfletonegro a un hilo sobre Álvaro Planchart que encontré buscando su nombre en Google y en él plasmé mi opinión como integrante del módulo ETA de su infame estudio de animación, hice mi reseña de forma respetuosa pero sin cortarme bajo el seudónimo de “Estela”.

La siguiente clase nos recibió con cara de pocos amigos. Álvaro Planchart había leído mi reseña en dicho foro y no le había hecho mucha gracia. Como había dicho que era integrante del módulo ETA sabía que era una de las 40 personas que estaban en la sala y como éramos un total de 3 mujeres, era fácil descubrir quién había sido el autor de los comentarios. Así que después de darnos un discurso iracundo en el que dijo que la persona que había escrito aquello debía ponerse de pie para no perjudicar a los demás. En el que aseguró que si nadie se atribuía la autoría de ese comentario difamatorio tendría que descartar al módulo ETA en su conjunto del programa de animación de la supuesta película y cuando nadie me delató siguió usando todos los métodos de psicoterror de los que dispone un estafador de esta calaña para medir las reacciones y las expresiones faciales de los que allí estábamos.

Así es como llegó a la conclusión de que Estela era yo, cosa que en el momento no me dijo y lo único que yo tenía era la incertidumbre de si sospechaba o no de mí. Tres clases más tarde se despidió de mí como “hasta la semana que viene, Estela” y ya supe que sabía perfectamente la identidad de la persona que dejó aquella reseña, que la tensión en el ambiente era palpable y continuar en el curso se convirtió en una especie de tortura psicológica.

Pasados los primeros tres meses conseguí convencer a mi madre de no seguir pagando la matrícula del curso a pesar de que sabía que me acusaría de desinterés y pereza, pero conseguí apartarme. Álvaro Planchart continuó estafando gente durante años, inventándose eventos multitudinarios de animación 3D para los cuales cobraba entradas carísimas y a los que invitaba a gente que sí había trabajado en Maya para que la gente creyese que estaba conectado. Lo que hacía era ir a convenciones de Siggraph, conectar con gente que había formado parte del equipo de desarrollo de Maya y pagarles para que fueran a Caracas a dar charlas y a fingir que conocían a Álvaro de algo.

Yo, dejé de dibujar y de plantearme películas raras y me metí a la universidad a hacer una carrera normal. Álvaro Planchart siguió en su gremio, el del engaño, a día de hoy tiene una empresa que vende gafas de sol chinas en Miami, casualmente un mecanismo que he leído que usan algunos intermediarios en EEUU como fachada para lavar dinero del chavismo de dólares preferenciales o directamente de la droga, y sorprendentemente no ha abandonado su imagen de triunfador de la vida, su ropa cara y actitud de estafador.

Si hubiese aprendido a hacer muñequitos en 3D eso seguramente no me hubiese catapultado a trabajar en los estudios de Pixar ni me hubiese servido para absolutamente nada más que para darme palmaditas a mí misma en la espalda. Sin embargo, este episodio a pesar de haberme hecho sentir mal me hizo una mejor persona. Al igual que con los comentarios de Elfwood que prefería recibir las críticas a los comentarios más amables porque las críticas me permitían mejorar, haber sido estafada por este personaje me hizo darme cuenta de lo sencillo que es caer en un engaño sobre todo cuando tienes una fantasía en la cabeza y pocas posibilidades de llevarla a fruición. Me enseñó también el nivel de desvergüenza que puede alcanzar un ser humano en búsqueda de dinero y fama. El valor del primero lo pagó mi madre por adelantado, el del segundo es incalculable.

Los estafadores operan siempre de la misma manera. Te hacen creer que son seres especiales, con un don o unos talentos, o una trayectoria que no tienen. Te embelesan con sus palabras, con discursos elocuentes, te dicen exactamente lo que saben que quieres escuchar para que pases por alto las inconsistencias y los defectos. Si te dejas llevar por el estafador es porque inconscientemente eliges ignorar lo malo porque hay una parte de ti que prefiere creerse la fábula que te están contando. Es esa parte de ti, la que no te acepta, la que no SE acepta a sí misma ni al lugar que ocupa, la que se resiste a verse con claridad y que por lo tanto prefiere evadirse. El estafador solamente le da lo que está buscando para hacerlo.

Lo que esa parte de ti sufre es de una doble maldición: el anhelo y el miedo que conducen a la fantasía. Los estafadores saben detectar ambos, y se presentan a sí mismos a sus proyectos como la pieza que falta en el puzzle. Por eso dejarse estafar y dejarse seducir son tan parecidos: te sientes atraído como hacia un imán por algo que promete completarte y por eso ese proceso es capaz de sacarte de la rutina y de la pasividad cotidiana porque al hacerlo atrae las peores partes de ti a la superficie, te obliga a lidiar con ellas. Si lo haces con los ojos abiertos al final NO es una estafa, no lo es porque es así como llegas a atender los espacios vacíos que hay en tu interior y a llenarlos, no con las promesas de terceros sino con el trabajo interno que de otra manera nunca hubieses llegado a emprender.

GNOSIS II

March 7, 2024

Yael Farache

Este artículo es parte de una serie que lleva por nombre GNOSIS y en la que hago una exploración sobre una parte del interior de cada persona que hace de nexo entre lo humano y lo Divino y que al activarla brinda acceso al Conocimiento Universal, a la Creatividad inspirada, a la proyección astral, los sueños lúcidos, recuerdos vívidos y otras facultades especiales. Si quieres leer la primera parte lo puedes hacer por aquí: GNOSIS: Parte I

 

SÉ TÚ MISMO

Te lo ponen en una tarjeta de cumpleaños o te lo dan como consejo, pero aquello de “sé tú mismo” no es un tip sino una mentira blanca. Nadie que te diga esto te conoce, quiere realmente que seas tú mismo, o entiende siquiera lo que la frase significa. Lo que te están queriendo decir es justamente lo contrario a lo que se expresa. Quieren que te atrevas a ser, en todos los contextos, la parte condicionada que ya conocen de ti, la que les gusta.

No se atreverían a decírtelo si entendiesen qué es lo que te están pidiendo. Entenderían que la invitación es a que hagas el ejercicio más radical que puede hacerse. Que si siguieses su consejo la relación que tienen contigo se consumiría o estallaría por los aires, posiblemente no quedaría nada que salvaguardar porque lo que tienes que hacer para “ser tú mismo” es justamente desmantelar todas las partes condicionadas de ti incluyendo aquella a la que están acostumbrados, que les gusta y les hace sentir cómodos. Te están pidiendo que te salgas del rebaño y te vayas a vivir como muy cerca al margen, pero posiblemente que te vayas a pastar lo más lejos posible donde no hay otras ovejas ni pastores, a merced de lobos y bestias de todo tipo.

Supongamos que les tomas la palabra. Vas a hacer el ejercicio y te lo vas a tomar en serio. Vas a ser tú mismo. ¿Por dónde empiezas? Está claro que la frase “sé tú mismo” implica una acción, moverse de un punto A a un punto B. Lo que quiere decir que, lo que sea que estás siendo ahora mismo no es “tú mismo” sino otra cosa. Presupone que es posible ser algo distinto a lo que se es y segundo, que ser lo que se es requiere de algún tipo de esfuerzo. De lo contrario no sería un consejo, lo que escribirían en las tarjetas sería: “Eres tú mismo” que no tiene el mismo tono optimista de superación personal; y de hecho al sugerir que el objeto de la frase, es decir “tú mismo” está completo, lo que queda incompleto es la frase en sí… “¿para qué me estás diciendo esto?”

Vale, nos están diciendo que no somos nosotros mismos, al menos no del todo. Entonces ¿qué estamos siendo? No está indicado. Aquí hay dos posibilidades. O bien no se está siendo uno mismo porque faltan partes, se es una versión incompleta de uno mismo –en este caso faltarían partes que por poco favorecedoras, por romper con lo establecido, escondemos de la mirada de los demás– o bien no se está siendo uno mismo en virtud de lo añadido, que ocurre cuando para suplir esas partes que están escondidas se le suman retazos falsos a lo que se es, como parches, pedazos que no pertenecen pero que se incorporan para tapar los agujeros de aquellas partes que faltan, para hacer de interfaz entre lo que se es y lo que se tiene que ser si se quiere pertenecer al grupo. En resumen, se estarían añadiendo al “yo mismo” cosas artificiales y ajenas. Un simulacro de uno mismo. Podemos intuir, por el contexto, por el zeitgeist, que posiblemente a lo que se refieren es a ambas cosas. Que no se está siendo lo que se es por exceso y por defecto.

De manera que para poder tomártelo en serio y llegar a ser tú mismo lo primero que tendrías que hacer es conocerte. Separar lo propio de lo ajeno. Descubrir las partes ocultas, sacarlas a la superficie e integrarlas para que la luz sea destilada, lo artificial depurado, la oscuridad disipada. Es evidente que eso a lo que llamamos “identidad”, que vendría a ser la parte medible, la que se proyecta hacia afuera, es justamente el objeto de esta crítica. Así que las partes que faltan por fuerza pertenecen a una capa más interna, y por ende más oscura, por no estar expuesta. Es la parte que juega al escondite con la parte consciente, que le esconde lo inconveniente, lo caótico y lo extraño, lo que no pertenece al mundo de la razón, y que permanece la mayor parte del tiempo encerrada en algún lugar del interior.

 

EL DAIMÓN

A esta parte oculta de quienes somos se le conoce por muchos nombres: Daimón, Ketu, Qareen, Lwa, Ángel Guardián, Dmuta, Doppelganger, Sombra, o incluso podemos llamarla Kundalini. Es la parte protectora del interior que impulsa a la transformación, que dota al alma de creatividad y de facultades psíquicas y la asiste en este tipo de proyectos. Es el opuesto, el espejo, de la identidad manifiesta y se personifica con Forma del sexo opuesto al de quien la “porta”. El contacto con el Daimón amplía y profundiza la capacidad perceptiva abriendo la mente a un mundo nuevo de nexos y de significados que la razón y los cinco sentidos sin el Daimón no perciben. A través de esa nueva percepción se pueden vislumbrar nuevas verdades, nuevas luces que anteriormente parecían nebulosas o directamente oscuras. Es por esto que al Daimón también se le conoce como la Musa.

Los Antiguos la conocían como Daimón. Dios daba a cada persona un Daimón que habitaba en la cúspide del cuerpo y que elevaba aquello que es celestial en el interior hacia el Cielo, lejos de la tierra. Lo daimónico era aquello que interpreta y traslada hasta los Dioses las cosas de los Hombres y traía cosas a los hombres de los dioses. Una especie de mensajero, pero no solo era el mensajero sino también era el espacio liminal que separaba ambos mundos, lo que ataba el Todo a sí mismo.

Así vemos que el Daimón, las partes ocultas, oscuras del interior, tienen un contacto especial con el mundo de lo Divino del que parece carecer la parte que está expuesta a la luz, la parte más racional. Es el nexo que hay entre los mundos superiores y el nuestro, que no solamente es algo externo sino que es parte del alma misma. Su función es conectarse con los planos superiores, traer de la oscuridad indiferenciada las formas mentales en un paso previo al de la razón, y como la razón no interviene este proceso es previo al lenguaje. El Daimón tiene un rol metafísico dentro de la estructura del Todo, es un espacio, pero tiene otro rol más íntimo y personal dentro de cada persona como una porción de su alma. Es ambas cosas.

El Daimón es una voz interior de origen divino, un tipo profundo de “intuición” que está conectado a una Inteligencia Trascendente Universal y que susurra mensajes que se perciben como inspirados o canalizados porque tienen su origen fuera de la mente individual. El Daimón te mantiene sobre el camino que el alma trazó para sí misma antes de encarnar en el cuerpo. Así lo describió Platón en el Timaios. El alma olvida su propósito vital, pero el Daimón no olvida y es su función la de vigilar que el proceso se de de acuerdo con lo previamente pactado. Es él quien da empujoncitos sobre el camino para mantener el alma transitando hacia su destino a través de intuiciones, de presagios, de símbolos, de apetitos. Lo que Jung denominaba “Sincronicidades”

En la antigua religión Egipcia también se conocía al Daimón y se describía sus atributos relacionándolo con la Estrella Helíaca Ascendente, es decir, la estrella que nacía en el horizonte junto con el Sol en el momento del nacimiento de una persona. En esta religión las estrellas simbolizaban espíritus, y aquellas que se ponían eran semidioses que pasaban la mitad del tiempo en el mundo de los humanos y la otra en el Inframundo, cuando se ponían hasta que volvían a surgir en el Horizonte nocturno. Por eso en el nacimiento de una persona, esta estrella simbolizaba aquello que venía de haber sorteado el Inframundo y traía consigo los aprendizajes ocultos, los mensajes secretos de los antepasados fallecidos. Encerraba el misterio del propósito divino de la vida que nacía.

El Daimón es también Ketu, la mitad de la serpiente que no tiene cabeza de la astrología védica que es el “astro” responsable por las facultades “psíquicas”: la intuición, los trances, la separación del cuerpo, el Moksha (la Trascendencia), la creatividad y la inspiración. Como Ketu no tiene cabeza no se deja confundir por los sentidos, ni por la razón, ni por el intelecto, ni por el ego. Cuando Ketu actúa lo hace desde la intuición y desde el instinto, una forma de conducirse más salvaje y verdadera porque ni Maya ni sus ilusiones  tienen acceso a Ketu.

El Daimón tiene una personificación física dentro de la psique y otra que se encuentra en el mundo real, encarnada en una persona, usualmente del sexo opuesto pero no necesariamente, que comparte los atributos del Daimón en el mundo externo. Como es adentro, es afuera. Se suele expresar en los momentos en los que hay más energía sexual contenida, por ejemplo en la pubertad. En esa etapa las personas creativas suelen producir un gran volumen de “obras” y en ellas muchas veces se vislumbra el arquetipo al que pertenece su Daimón cuando escriben sobre un personaje con el que tienen particular obsesión, o lo dibujan, lo que están dibujando o más bien canalizando, es la personificación de su Daimón, el espejo de su propia alma.

Es a esto a lo que Jung denomina “La Sombra” y Freud el “Subconsciente” que no es otra cosa que la figura gemelar reflejada en un espejo de la parte Solar y consciente de la persona que lo porta, es su Daimón. Esta Sombra es el intermediario activo entre la polaridad masculina y la femenina de la psique, o como se le conoce de forma más material: entre el hemisferio derecho y el izquierdo. Pero que sabemos, si leímos la primera parte de esta serie sobre la GNOSIS que se trata a grandes rasgos de dos Reinos en el interior: el reino oscuro del inconsciente, que vive “de noche” a través de los sueños, de lo onírico, lo opaco, lo simbólico, lo holístico, los nexos… y el reino luminoso de la vigilia, la moral, la razón. El segundo conducido por el Ego… el primero por el Daimón.

Así como el Ego conduce el carro durante el día, cuando estamos en estado de vigilia y atentos a lo que ocurre afuera, y para ello utiliza el intelecto, la razón, la elección moral libre, la secuencialidad y la temporalidad como contexto que dan sentido a su experiencia, de la misma manera es el Daimón quien conduce el carro por la noche cuando dormimos, cuando nos dejamos llevar por lo que ocurre en el interior sin prestar atención al mundo externo, cuando canalizamos esa voz interior. Para ello el Daimón utiliza el deseo, el símbolo, las sensaciones físicas de bienestar o malestar, la atracción magnética sin razón aparente, los presagios, corazonadas, sensaciones intuitivas como la de déja vú, con esas herramientas intenta comunicarse sorteando al Ego y al intelecto.

Jung explica el mismo concepto del que habla Platón en el Timaios/Metafísica, la naturaleza doble del Daimón que es al mismo tiempo una porción del alma que Dios le otorga a cada persona y un espacio liminal que forma la brecha entre el Hombre y lo Divino. Jung identifica el Daimón personal como la Sombra, y al espacio liminal lo llama Inconsciente Colectivo. Así vemos que Jung identifica este concepto y lo postula para que se entienda bajo nuestro paradigma moderno. Según su teoría es únicamente a través de la Sombra que se obtiene acceso al Inconsciente. La parte de la Sombra que anima, que llena de energía al cuerpo, el kundalini individual que participa de la energía de Shakti, lo identifica como el Ánima para el hombre o el Ánimus para la mujer. Gracias a Jung tenemos un modelo secuencial, muy del hemisferio izquierdo del alma humana:

Jung explica la Sombra como el espejo en negativo de la parte visible, del Ego o de la Identidad. Es una especie de bolsillo que guarda dentro de sí las pasiones: lo que se ubica en contra de las expectativas del entorno e incluso de los planes que inocentemente has trazado desde el intelecto para tu vida. En la Sombra residen los deseos más profundos, pero también los miedos porque es el lugar del que brotan aquellas cosas de ti que incomodan, que no gustan a los demás, que están prohibidas de manera arbitraria por el entorno y que para adaptarte al pacto social decidiste esconder no solo del otro sino también de ti mismo. La Sombra es la llave a la puerta del Inconsciente, la única manera de entrar en contacto con la polaridad femenina de la psique es a través de esta. El único ojo que mira hacia adentro es el de la Sombra.

Así el Ego en su parte más externa es una interfaz social y al igual que el Daimón está regido por Ketu, el Ego lo rige Rahu que es el maestro de las Ilusiones, es un experto en la manipulación de las imágenes, de las proyecciones. El Ego está conformado por aquello que se elige porque es lo más inteligente, lo más adecuado, lo más práctico, lo que casa mejor con lo que se espera de ti, lo que te hace quedar bien. En este territorio pasamos la mayor parte de la vida porque es la parte ordenada que es capaz de tomar en cuenta el contexto y amoldarse a él. El negocio de todas las instituciones sociales es el de alimentar y comunicarse con esa parte de ti por lo tanto es la que más se fortalece.

La Sombra, en cambio, es el dominio del instinto, aquello que se elige porque se desea y porque se necesita, es la energía de Shakti en estado puro lo que conduce el Daimón, es decir, la energía creativa de la Vida misma y por lo tanto es caótica, desproporcionada, ciega al contexto, no impone condiciones y exige liberarse de todas las que se tengan. Jung la llama “Sombra” no porque sea “mala”, “oscura” o “siniestra” sino porque se esconde, no llega a expresarse, no llega a ver la luz. Entre esas dos polaridades del intelecto y el instinto es el espacio en el que nace la Consciencia Individual y su expresión que es la Intuición, y para poder usarla hay que tener acceso a ambas cosas, al intelecto, pero también al instinto.

Esta es la Gnosis, es la llave que abre la puerta al interior y a través del interior al espacio que existe entre lo humano y lo Divino, que todos compartimos. Lo que Jung denomina “integrar la Sombra” es el Matrimonio Alquímico de toda la vida, que se da cuando se consigue invitar al Daimón a conducir el carro en estados de vigilia, y al Ego a subirse al carro durante el sueño. Cuando los dos hemisferios del cerebro se sincronizan y son capaces de comunicarse entre sí. Es un proceso alquímico porque se pasa el contenido de una copa a la otra y viceversa hasta que ambas copas contienen exactamente el mismo líquido.

En la próxima parte desarrollaré cómo empezar a hacer este proceso de forma práctica.

Va por ti, Luisa

February 7, 2024

Este es un post que va de dos cosas: de la amistad y de la venganza.

La gente tiene problemas para hacer amigos. Hay una escasez a todo nivel de amigos, crónica y sin final previsible. El malestar es general y la gente se queja donde puede. Se sienten solos, no hay con quién compartir. Lo sé, a mí también me pasa. Es un drama. Pero ese no es el punto de este post, o al menos no el único punto.

Ahora mismo estoy en una situación envidiable: tengo los pies en la arena, una coca cola en la mano, el sonido de las olas del mar de Miami rompiendo en la orilla a unos metros de mí, y en lugar de disfrutar de este panorama estoy pensando en la amistad y en la traición.

Es por dos cosas que se han dado en simultáneo. La primera: un buen amigo del pasado que contactó conmigo por mensaje privado de Instagram y que resultó ser un fraude. La segunda: que se cumplen 10 años de la mayor traición que me han hecho y le debo a esa persona su merecido desde entonces con lo cual creo que voy a enderezar las cuerdas torcidas del destino con una sola piedra, voy a poner las cosas en su lugar hoy mismo y lo voy a hacer con la excusa de reflexionar sobre lo que es la amistad.

Quizás no debería decíroslo, lo de la excusa, pero creo que estamos mayorcitos ya y entendemos lo que es un ardid literario. Que vosotros queréis el salseo, yo quiero la retribución, pero ambos tenemos que convencernos primero de que somos buenas personas y que estamos aquí por y para la filosofía, como el que se compraba la revista Playboy por los artículos. No tengo problema en ofreceros el disfraz junto con el veneno.

La venganza además es importante, es la cara amarga de la Justicia, pero tiene su razón de ser. Si te hacen algo pérfido y no te vengas dejas el Universo en desorden. Al vengarte estás devolviendo cada cosa a su lugar. El pérfido (o en este caso la pérfida) a su pérfido sitio y tú de vuelta al tuyo, superior, arriba, por encima. Lo que mueve la venganza es la sed de reestablecer un orden que ha sido alterado con maldad.

Pero vamos a empezar suavecito, piano piano, no conviene asustar. Vamos a hablar primero de mi amigo, el fraude. Imagina que tienes un amigo, durante años sois amigos. Habláis todos los días, o chateáis que es lo mismo. Os contáis vuestros sueños, miedos, pequeños triunfos cotidianos, con complicidad le gastáis una broma a un amigo común, no sé, lo que hacen los amigos. Años en ese plan. Después la amistad se disipa pero el recuerdo se queda en tu memoria. Veinte años más tarde te manda un mensaje privado de Instagram. Lo abres, PUM tu amigo de juventud ahí, saludándote. Que gusto, que alegría.

Resulta que tu amigo está viviendo en otra ciudad pero cuando le dices que entre tus intereses está el shaktismo, que es un tipo de tantra, te dice que justamente va a ir a tu ciudad a hacer un curso de ese tema a finales del mes que viene. Que si quieres ir con él. Te pasa un enlace que no lleva a ninguna parte. Le haces preguntas y responde raro. Al día siguiente te pasa otro enlace, este sí es el bueno, un curso de tantra en tu ciudad. Le preguntas si hay que ir solo o en pareja. No lo sabe. Que no sabe nada del tema, vamos. Al final todo parece apuntar a que se inventó lo del curso ahí, en el momento, improvisando, para llevarte a una clase tántrica con la intención más antigua de todas. Que la intención no era reanudar una amistad sino follar. No solo quiere follarte hoy es que probablemente también tenía esa intención hace veinte años pero eras medio subnormal y no te dabas cuenta.

Entonces ¿pueden ser amigos un hombre y una mujer?

Podría uno confundirse y pensar que sí, pero no. No existe esa amistad. Si hay una amistad es porque hay un interés de por medio de una o ambas partes. El hombre quiere follar, la mujer quiere sacarle unas Fantas. Y en esa tensión se debaten este tipo de amistades en la gran mayoría de los casos. Un tira y afloja a cambio de Fantas.

No necesariamente es una cosa maquiavélica. Muchas veces los implicados no son conscientes de los intereses que de fondo los mueven, la amistad se da en autopiloto. Te echas un amigo, no te das cuenta de que lo que te gusta es su atención, o que te lleve a sitios, o lo que sea. A ellos les pasará también, supongo, que no se dan cuenta en un principio que la amiga les parece fascinante porque quieren verle las tetas.

Otras veces sí. Te la juegan de manera consciente. Saben que lo de la amistad es solamente una estrategia. Pueden ser muy calculadores y pacientes. Cuando hablo de interés sexual no me refiero solo a la dimensión más carnal, puede ser un interés romántico también, la cosa está en que a un hombre no le interesas como persona sino como mujer, y por lo tanto la amistad no trasciende la polaridad del sexo.

Vale, la amistad entre hombre y mujer es un mito, pero ¿existe la amistad entre mujeres? Tampoco. No.

Las mujeres nadan en la corriente de la masa. Esa es su condición natural. La mayoría no llega a sacar jamás la cabeza. Las mejores tienen un pie dentro y otro fuera. La función social de la mujer es la de ver quiénes cumplen los estatutos y quiénes los violan, y al que se sale demasiado del agua le meten un porrazo.

Así que las mujeres compiten entre sí y contigo por estatus dentro de la corriente. Cada segundo de sus vidas es un pacto con el entorno cuyos términos siempre varían pero nunca llega a firmarse. Están renegociándolo todo el tiempo, viendo lo que es y no es apropiado, hasta donde pueden o no ir, y cuando te les acercas buscan involucrarte en ese proceso.

En ese esquema si quieres echarte una amiga tienes que elegir entre abandonar tu identidad o mentir.

La primera opción es permitirle que te moldee de acuerdo con los estatutos de la corriente. Convertirte en una arcilla maleable, fundible, para poder encajar en el agujero que te va a indicar, para hacerle creer que, al igual que ella, nadas allí. Eso puede parecer un proceso inocuo pero la mente es repetición y cuánto más cedes más terminas pareciéndote a la corriente en la que te has zambullido. Permitirás que te quiten, con el goteo de críticas, juicios morales y chantajes emocionales, todo aquello que te hace única.

La segunda opción es mantener tu identidad intacta a cambio de trabajo o humillación. Para mantenerte con todas tus cualidades y no sucumbir al moldeamiento forzoso o bien te conviertes en la líder del grupo y lo haces tan bien que prefieran modelarse a tu imagen y semejanza que a la de la corriente o bien aceptas tu humillante lugar en el último peldaño del estrato social con todas las vejaciones que eso conlleva. Pero si eliges el primer punto, el de convertirte en líder también sacrificarás lo que te hace diferente, no serás única sino que tendrás una cola de “amigas” copiando todo lo que haces y envidiándote en secreto.

Esto es muy fácil verlo en la historia que voy a contar a continuación (EL SALSEO)

Tuve una amiga. Me traicionó. Se llama Luisa. No voy a decir su nombre completo porque lo que voy a contar es bastante fuerte y aunque se lo merece, se merece que lo contase todo y que me diese igual, hay una parte de mí que se resiste a repartir palos, a hacer que google indexe esto junto a su nombre completo y estropearle así el resto de la vida. Llamémoslo nobleza de espíritu o moralidad de esclavo, las dos perspectivas me sirven.

Luisa llegó a la universidad el primer día de clase con unos parches en la nariz porque se había hecho una cirugía estética. Había llegado tarde además, entró cuando estábamos todos ya sentados y el profesor estaba explicando algo, así que mi mente rápidamente la clasificó como una persona de poco interés. La metí, por así decirlo, en la carpeta del spam, allí a donde va a parar la gente a la que pasas a ignorar por defecto como si fuesen un popup o un banner pero de la vida real.

Ese mismo día por la tarde estábamos en una clase de filosofía y sin darme cuenta caímos ella y yo en una discusión muy interesante en la que me demostró que me había equivocado. No era spam, tenía intereses especiales, profundidad y cierta capacidad para improvisar, para salirse del guión, para lanzarte una curva. Nos hicimos muy amigas.

A Luisa se le ocurrían locuras a las que yo me apuntaba porque me divertían. Mi papel era más pensativo o reflexivo quizás, ella me admiraba y eso me gustaba, pero lo que más disfrutaba de la relación era que podía hablar con ella sobre cualquier cosa como si estuviese hablando conmigo misma. Había una conexión especial. A través de esa conexión descubrí un lado más espiritual de mi personalidad que hasta entonces desconocía.

Como entenderéis, valoraba mucho esa amistad. Ocupaba un sitio importante para mí, y como para mí la coherencia es muy importante mis actos reflejaban ese amor fraternal que sentía hacia ella, quiero decir que no era solo de palabra, le daba una prioridad sobre cosas que a mi entender eran secundarias. Esto no era recíproco, me fui dando cuenta con el tiempo de un patrón claro de desaires de su parte hacia mí al que debí hacer caso, pero no le di mucha importancia creyendo que eran solamente tonterías y que para lo importante seguramente estaría allí como lo estaba yo para ella.

Me fui de Venezuela y mi blog se hizo muy popular. Al principio era sobre moda y belleza, pero después fue derivando en temas más profundos, más personales, confesionales si se quiere. Del grupo de gente de mi universidad recibía aplausos continuos, todo el mundo me hacía la pelota, fui de viaje a Venezuela en esa época y todo el mundo quería dejarse ver conmigo. Luisa la primera.

Justamente en el apogeo de la fama primigenia de mi blog se me ocurrió lo de las webcams. Mi idea en principio era ponerme una webcam, entender ese mundo y después escribir un libro al respecto. Pretendía llevarlo en secreto y únicamente revelarlo cuando el libro estuviese hecho, así pretendía mantenerme haciendo las dos cosas: el blog y la webcam, en paralelo.

El problema de origen es que fui lo suficientemente tonta como para ponerme de avatar en la página de webcams una foto que había usado en mi blog, así que no tardaron ni un mes en reconocerme. Salieron vídeos y fotos, capturas de pantalla, todo tipo de mierda y justamente pasó en mi cumpleaños. La cosa se hizo viral, cientos de miles de tweets sobre mí y sobre todo eso, algo verdaderamente humillante y desolador.

Como mi blog era famoso en España y no tanto en Venezuela, pensé que cabía la posibilidad de que nadie de mi entorno primigenio, digamos, hubiese visto esta información. La gente que lo compartía en twitter eran españoles con lo cual la única forma en la que podías enterarte de que esto estaba pasando si eras de Venezuela era buscando manualmente mi nombre o la dirección de mi blog en twitter. Pensé que igual nadie se había enterado, pero vivía con esa incertidumbre.

Quiero aclarar, antes de continuar, que a día de hoy como hay tantas mujeres con una cuenta de onlyfans y se ha normalizado bastante todo este tema podría parecer que es algo sin importancia, pero cuando esto pasó no existía Onlyfans, ni Youtube Live, ni siquiera existía Twitch, las únicas haciendo streaming en directo éramos nosotras, las camgirls, y la línea que dividía a las mujeres normales de las camgirls era infranqueable. Que saliera algo así sobre mí era impensable.

Poco tiempo después Luisa pasó a ignorarme en Facebook. Lo que antes era una relación normal en la que nos dábamos la una a la otra “likes” y nos dejábamos comentarios en las fotos se transformó en una relación en la que ella pasaba totalmente de mí, pero sí seguía hablándome por mensajes privados, como si nada hubiese ocurrido. No entendía nada, y se lo pregunté, le pregunté por qué estaba rara conmigo, me quiso hacer creer que eran imaginaciones mías.

Pasaron meses así. Hablando con ella por mensaje privado pero siendo ignorada en público y sin entender muy bien el por qué. Hasta que un día otra amiga, una amiga que no era ni siquiera cercana, me escribió con mucha vergüenza para contarme lo que estaba pasando. Me dijo que todo el mundo lo sabía, que se habían estado pasando mis vídeos y mis fotos de mano en mano, incluso me pasó capturas de pantalla de grupos de Facebook en la que muchos de mis amigos decían cosas horribles sobre mí, hubo una conocida que se dedicó días y días a postear capturas de mis videos por todo Facebook.

¿Cuál fue el papel de Luisa en todo esto? Me llegó de dos fuentes diferentes, gente sin relación entre sí, que una de las personas que estaba divulgando mis vídeos entre la gente de la universidad era ¿quién? Luisa. Mi amiga. Mi mejor amiga. Llegué a la conclusión de que posiblemente fuese ella quién lo descubriera en un principio, al buscar mi nombre en twitter. No es algo que me conste, pero lo intuyo. Algo me dice que es así como pasó.

Ponte en el lugar de Luisa, haz el ejercicio. Imagínate que a un amigo o amiga tuya le pasa algo que en apariencia es gravísimo. Imagina que no se lo dices, no le dices que lo sabes, ni le preguntas cómo se encuentra, pero tampoco te quedas callado sino que coges aquello que le va a destruir la vida y te pones a distribuirlo detrás de sus espaldas para reírte de él con todo el mundo mientras que sigues haciéndole creer que nada está pasando, llevas la amistad en privado como si nada. Cuando te pregunta qué pasa lo convences de que está en su imaginación. Ese es el nivel.

En esa época me dejaba llevar por mi instinto –que es ir de frente– y no conocía otra manera más sofisticada de abordar situaciones difíciles, no entendía lo que es la diplomacia ni la estrategia, lo que hice fue confrontarla. Se lo pregunté directamente. Le dije: “Oye Luisa, me están diciendo esto sobre ti, pero no me creo que sea cierto, por favor dime qué es lo que está pasando” y su reacción fue reveladora. La vi utilizar todas las herramientas de manipulación que existen. Desde hacerse la enfadada porque yo estuviese “poniendo en duda su integridad”, pasando por hacerse la víctima, mentirme con excusas raras, e incluso, como veréis en el email de abajo, utilizar la enfermedad de su madre, que sufría de cáncer de pulmón para decirme que no tenía derecho a hacerle esas preguntas porque ella estaba pasando por un momento muy difícil. Los dos emails de abajo fueron la última conversación que tuve con ella. Pulsad sobre las imágenes para verlas en grande si queréis leerlo.

luisa fonti, luisa fontiveros

Imagino que se entiende pero voy a llevar el punto que quiero hacer hasta el final. Las mujeres no son amigas de las mujeres porque por muy compenetradas que creáis estar, lo femenino es por definición gregario. Las mujeres pertenecen a la corriente y si te sales de la corriente no se van a ir contigo, van a seguir la corriente y golpearte lo más fuerte que puedan para desmarcarse o para que vuelvas a entrar tú también a nadar con ellas en la mierda. Como es el caso de Luisa que en lugar de defenderme o de quedarse callada se vio en una situación débil en la que tenía que demostrarle a la corriente que sí, que seguía formando parte, que no estaba sacando la cabeza por encima de su superficie. Que para nada se ponía de mi parte. Para preservar su lugar se le hizo indispensable convertirse en la porra con la que se me daba.

Luisa, como muchas mujeres que no terminan de encajar del todo en la corriente, tenía dimensiones secretas, privadas, que no exponía al público. Vivía, por así decirlo en un armario muy grande y muy oscuro, de profundidad muchísimo mayor que el mío. Mis vídeos son una tontería comparado con los secretos que ella guarda y de los que me había hecho confidente y que contaré más abajo. Eso debió producirle una disonancia cognitiva de las duras, y su error, tal vez, estuviera en pensar que iba a tragarme su teatro de estar escandalizada por mis vídeos cuando los secretos de ella que guardaba y seguí guardando diez años son del color que son. Si me hubiese dicho la verdad, si hubiese sido honesta conmigo y me hubiese dicho “lo siento de verdad pero si no hacía eso me ibas a arrastrar contigo y no podía permitírmelo… “ lo hubiese entendido.

En el email que le escribí, en el último párrafo, le dije que algún día pondría esta historia en mi blog y que todo el mundo lo leería. No lo hice en su momento y de eso han pasado diez años. Se cumplen este mes. Diez años ha tenido para acercarse, para pedirme disculpas, resarcirse de alguna manera, o por lo menos desaparecer de mi vista. No ha hecho ninguna de estas tres cosas porque ni siquiera ha sido capaz de cortar y dejarme en paz.

Ha utilizado estos diez años para copiar todo lo que ha podido las cosas que he hecho, aquellas que encajaban dentro de la corriente. Aclaro que no es que me moleste que me copie porque crea que alguien ve lo que ella hace, tendrá su público, vete a saber, pero todo el que esté leyendo esto la está conociendo por primera vez, no es por ego que me jode que me copie, sino porque lo que siento es como si tuviera un parásito chupándome la sangre.

Es un contínuo, un goteo de fusiles cansino que lleva diez años y en el que muchas de las cosas, por sutiles, sé que no las vais a ver. Pero os cuento un par, unas que son bastante más obvias para que veáis cómo juega. Primero se abrió un canal de Youtube en el que intentó de forma mediocre replicar mi blog cuando trataba sobre temas superficiales. Abajo podéis ver uno de los primeros vídeos que subió a su canal de YouTube en el que copió la foto del post que yo había puesto en mi blog siete años antes. Podríais pensar que es una simple coincidencia y que posiblemente Luisa nunca vio ese post de mi blog, pero abajo os dejo la factura de qué sí lo vio y de hecho lo compartió en Facebook en su día.

 

Con esto lo que quiero señalar, no es simplemente que haya copiado una foto, sino la intención que había detrás. Si copió la foto al abrirse un canal de YouTube sobre exactamente los mismos temas de los que yo hablaba en el apogeo de mi blog es porque pretendía subirse a mi corriente, es decir, que a pesar de todo lo que me hizo yo seguía siendo el objeto más brillante en su periferia, hacia el que se deja arrastrar hasta hoy. No me hacía ninguna gracia que me copiase los temas del 2012 de mi blog, pero lo que definitivamente no me gustó ni un pelo fue cuando eso no le pareció suficiente y quiso pasar a copiarme la temática posterior.

Porque hace unos meses decidió abrirse su propio blog en el que escribe sobre “todos los temas que le interesan” y cada post que pone parece que estoy leyendo a una versión cutre y medio lerda de mí misma en el pasado. Es la sensación más rara del mundo, como un eco de ti mismo en el que te reconoces pero no eres tú. Encima con CERO ingenio o capacidad estética porque está abierto en blogspot con un título que da vergüenza ajena y fotos de Shutterstock o de Alamy o algo encabezando los posts. No lo enlazo ni pongo capturas porque me puede la verguenza ajena.

Es evidente que no me va a a dejar en paz, y que la única razón por la que copiándome no ha llegado a poner un pie en Myfreecams es porque lo tiene dentro de la corriente y su deseo de transformarse en una copia de los chinos de mí no es lo suficientemente fuerte como para intercambiar las plácidas tardes de café y té con las amigas pijas de su instituto por la transgresión dura que representaría desnudarse en internet, que se pueden decir muchas cosas de alguien que hace eso último, pero nunca se le podrá acusar de ser tibio, ni gris, ni vivir a medio camino entre lo que quiere y lo que hace. Pero estoy convencida de que si no estuviese mal visto en su círculo social estaría con un consolador en el culo delante de todo internet.

Ahora tengo que contar lo que hacía Luisa en su armario, de lo que me hizo partícipe, y por lo que jamás la juzgué para que entendáis la brecha. Os lo digo en dos palabras: incesto. Se dedicaba al incesto. Luisa tenía un novio llamado Paulo, un rubito Summer de buena familia y pulcras costumbres del que me decía que estaba aburrida pero con el que no terminaba porque  le aportaba cierta sensación de estabilidad y rutina en su vida, imagino. Luisa vivía en un chalet muy grande de cuatro plantas en la mejor zona de Caracas y sus padres viajaban de vez en cuando, cuando lo hacían era su hermano mayor, Santiago, quien se quedaba a cargo.

Me contó que en una de esas ocasiones en las que los padres se fueron de viaje, metió a Paulo a escondidas en la casa con la intención de que se quedase a dormir con ella. En un punto de la noche escucharon de acercarse al hermano, así que Luisa metió a Paulo en el armario del cuarto. Me contó que estando Paulo en el armario su hermano entró al cuarto, se abrió la cremellera de los pantalones, se sacó la polla y le dijo que se la chupara. Yo pensé que me estaba tomando el pelo cuando me lo contó, por lo surreal de la situación, pero hablaba completamente en serio. No recuerdo qué me dijo sobre cómo terminó el episodio, cómo sacó al hermano del cuarto y al novio del armario porque mientras terminaba de contar la historia mi cabeza se quedó procesando esa información, lo del hermano exigiendo su mamada y su voz era un eco distante. Lo único que recuerdo es que ella no estaba segura de si Paulo había visto o escuchado algo de lo que pasó entre ella y su hermano o no. Me lo contó porque me estaba pidiendo ayuda, quería que la ayudara a encontrar una manera de averiguar si Paulo se había dado cuenta o no de lo que había pasado porque le daba pánico y vergüenza al mismo tiempo.

Juntas recreamos la situación para ver si era posible, desde el armario, ver con claridad lo que había pasado entre ella y su hermano. Había ocurrido justo en frente del armario pero a cierta distancia, Luisa estaba sentada en el escritorio y el hermano se le acercó por la izquierda. La habitación era grande y  había cierta distancia entre el escritorio y el armario. Lo que más le preocupaba es que las puertas del armario eran de madera blanca, con rejillas, algo como esto y creía que por las rejillas quizás Paulo hubiese visto lo que pasó. Total, que me metí en el armario y ella se puso en el escritorio y repetimos la escena dos o tres veces para ver qué se veía, si es que algo se veía y no llegamos a ninguna conclusión. Pudo haberlo visto o no, yo me inclinaba por pensar que sí, porque al final estaría super pendiente de lo que estaba pasando, pero al mismo tiempo estaría nervioso porque no quería que lo vieran, en resumen, le dije que creía que posiblemente no lo hubiese visto para que se quedara tranquila, aunque yo creía que había probabilidades de que sí.

Pensando en la situación llegué a entender que no sería la primera vez que algo así ocurría porque nadie va a ir al grano de esa manera con una propuesta tan novedosa y rompedora. Nadie le va a decir a la hermana de buenas a primeras el equivalente en venezolano de “chúpame la polla” a ese punto se llega con el tiempo. Que Luisa y su hermano posiblemente habían mantenido una relación incestuosa desde antes y ese episodio era algo que por fuerza tenía que haber ocurrido anteriormente.

Por eso, por la dimensión del secreto que guardaba Luisa y su apetito sexual que era voraz e indiscriminado  es que me sorprendió que fingiera escandalizarse al enterarse de lo mío, que distribuyese mis vídeos y me mandase un email manipulándome para hacerme sentir culpable como si estar delante de una webcam fuese moralmente reprobable. Puede que lo sea, pero no estaba ella en la mejor posición para señalarlo.

Imagino que ahora sí me va a escribir un email, o diez, para pedirme perdón y pedirme que quite este artículo de mi blog, porque va a ser expulsada de la corriente como lo fui yo hace diez años. Sus amigas de tés y cafelitos por las tardes lo mismo empezarán a ignorarla en público y a relacionarse con ella solo en privado, y cuando les pregunte qué les pasa, por qué están raras, le dirán que está todo en su imaginación. Después descubrirá porque algún valiente se lo contará, que leían este artículo en reuniones para reirse de ella, posiblemente una de sus mejores amigas se dedique a distribuirlo a todo el mundo, para desmarcarse.

Como véis es posible que la amistad no exista. Ni entre hombres y mujeres, ni entre mujeres y mujeres, y no me queda claro si entre los hombres existirá o no. Si crees que tienes un amigo o una amiga verdaderos es porque la amistad no ha sido puesta a prueba en el grado suficiente para que te hagan todas estas mierdas, porque las personas con honor que actúan a consciencia son muy pocas en este mundo y estamos muy bien repartidas.

De manera que lo que queda, el remanente, es un deseo de formar nexos o conexiones con otras personas. Me encantaría tener una amiga. Alguien con quien hablar que entienda de lo que le hablo y le interese y que pueda traerme también temas interesantes, que hablemos sin tapujos y podamos rebotar ideas. Me gustaría mucho encontrar a alguien así. Lamentablemente ese mismo deseo es una debilidad, si no estoy muy atenta y despierta es algo que los demás pueden usar para conducirme de alguna manera por caminos raros. La única manera de echarme una amiga sería buscarme una que viva realmente fuera de la corriente. Puede que suene egocéntrico y lo que quieras pero de momento soy la única que conozco. Me he planteado buscarme una amiga asperger o autista porque por las características de esas personalidades, son incapaces de nadar con la corriente aunque quieran, pero no conozco a ninguna. Igual alguien que me lea tiene mi mismo problema, no lo sé.

Calculo que dentro de 30 años será el mejor momento para la amistad entre mujeres cuando las hijas de quienes se han vacunado del Covid lleguen a la madurez. Que gran época será aquella para la amistad entre mujeres. He nacido en la década equivocada, treinta años antes de la gran revolución de mujeres autistas que se echan amigas por fuera de las corrientes.

Si eres mujer y sospechas que podrías estar en el espectro autista o asperger y te hace falta una amiga escríbeme: [email protected]

La curiosidad mató ¿a quién?

January 22, 2024

Dicen que “la curiosidad mató al gato” y esa frase la utilizan para describir situaciones en las que por meterte donde no te llaman te cae el proverbial piano en la cabeza desde el cuarto.

Pero esa frase significa otra cosa más profunda y es que Conocer es Morir. Para explicarlo necesito dar un rodeo, pero tenme paciencia que este es un post corto pero para toda la vida.

El interior es el exterior. La separación entre ambos es tenue y sobre todo es reflexiva. Así que aquello que se le atribuye a la Divinidad también se le atribuye al espacio que nos habita. De la Divinidad se dice que es trinitaria, que tiene tres partes. Los cristianos lo reconocen en la Santísima Trinidad. Los judíos en el Ein, Ein Sof y Ein Sof Aur de la Cábala. Los hindúes en el Trimurti. Freud decía que era el Superyo, el Yo y el Ello, no lo decía de la Divinidad, sino de la psique, pero es lo mismo.

Tanto la Divinidad como la Psique humana se dividen en partes y podríamos hablar de tres o de muchas más, ya depende del enfoque. En la que quiero señalar son tres o cuatro partes. Está el Jugador, la Pelota, y el que Observa o sea, tres partes, aunque si tomamos en cuenta el juego en su conjunto podríamos hablar de cuatro, pero da igual eso. El Jugador es quien creemos que somos la mayor parte del tiempo, es el agente, el que mueve. La persona que tiene una vida cotidiana con unos parámetros determinados en el que se desenvuelve con el papel que cree que tiene que representar. La Pelota es quien recibe, es el objeto de las acciones. El que Observa no es ni el agente ni el que recibe, sino el que reside en la distancia, el que ve.

Imagina que eres una persona con tendencias masoquistas, disfrutas de que te inflijan dolor. No puedes entender la postura contraria, la del sádico que lo administra a otros. Posiblemente consideres que para ser un sádico hay que ser en cierta medida un psicópata. Puede ser. Ahora observa lo siguiente… cuando sientes el dolor lo haces desde la posición de la Pelota, del Objeto con el que otro juega. Normalmente es muy difícil hacer el ejercicio de trasladarse de una Persona a la otra de esta Trinidad, sobre todo en medio de una transacción como esta. Pero vamos a intentarlo en este ejercicio mental. Si durante el efecto del dolor pudieras pasar de habitar la Pelota, el Objeto de juego, a habitar tu parte activa, a ser el Jugador, entonces verías que eres tú mismo quien te pone en situaciones masoquistas, eres quien inflige el dolor a otra parte de ti mismo, y eso lo encuentras placentero. Desde la posición del Jugador verte a ti mismo como Objeto que sufre el dolor es placentero porque es una postura sádica. En todo masoquista vive inscrito un sádico y viceversa. Son un solo Eje, y eso resuelve la tensión que existe entre ambos, elimina la polaridad. Al concluir este ejercicio ganas la perspectiva del que Observa, porque has Trascendido el problema del dolor. Como resultado entenderás al sádico, porque lo verás dentro de ti, aceptarás también esa parte tuya que vive entre sombras y podrás amarlos: a ti mismo y al sádico con sus peores defectos. Aclaro que no significa que se justifique el sadismo en ninguna de sus formas, simplemente que se ha ganado una perspectiva desde la cual se comprende a la persona que hay detrás del sádico porque se conoce el origen del impulso. Tu relación con el placer y con el dolor tampoco saldrá ilesa, posiblemente sea más difícil para ti diferenciar el placer del dolor, dónde se encuentra la frontera ya que la frontera entre tú como Objeto y tú como Jugador en ese parámetro ya no estará tan clara. No te hará falta repetir más esa experiencia, te habrás salido del bucle porque la parte de ti que disfrutaba del masoquismo se ha desdibujado y se ha ganado una nueva perspectiva.

Como ves, es una línea muy fina la que une el Conocer con el Observar y el Observar con el Amar. A lo que voy es que amar realmente no es otra cosa más que conocer, pero conocer es necesariamente observar. Así que al final lo que se Conoce es aquello a lo que se Observa, y en el acto de esa observación se termina amando incluso a aquello que creemos denostar. Aquí viene la parte más difícil y a lo que iba: la Observación real, como la que expliqué arriba es la única forma de conocer y de llegar a las verdades últimas pero requiere de un gran compromiso, hay que moverse de la posición de Jugador o de Pelota a la posición de Observador del Juego. Cuanto más tiempo pasas como Observador menos tiempo pasas jugando, o como pelota. La mente es una criatura de repetición, aquello que repetimos es lo que somos, así que cuanto más Observas más te desdibujas de tu Yo, de tu realidad individual. Si se quiere conocer algo hay que ceder una parte del Yo en ese proceso, pero si se quiere conocer Todo, hay que cederlo por completo. Para poder llegar a conocerlo todo hay que desdibujarse, borrarse, y eso solo es posible en la muerte.

Así que la Verdad en el Absoluto es incompatible con la Vida. Solo se puede vivir aceptando algún velo, aceptando el Misterio, o morir arrancándolos. Vivir en el umbral entre ambas intenciones es lo pernicioso, es lo que produce el dolor porque sientes un apego insaciable hacia la Verdad, hacia la posición del Observador y otro hacia tu rol de Jugador. No puedes vivir como Observador ni observar como Jugador de ahí viene el dolor. El que supo llegar a este abismo tiene dos opciones: o se cruza el umbral, o se regresa sobre los pasos y se reintegra a la Vida con todas sus consecuencias. Si no se hace ninguna de las dos cosas se queda uno atascado en el Purgatorio que es un sitio real que existe en algún punto indeterminado entre el dolor y la parálisis.

Así que sí, la curiosidad mató al gato, no solo con el piano desde el cuarto.