Recuperar la bandera

July 27, 2014

En un artículo una persona que se autodenomina de izquierdas comentó que le resulta espeluznante que los judíos nos consideremos una gran familia. Agrega que para él todas las banderas “están manchadas de mierda y sangre” porque son la causa directa de todas las guerras y las matanzas del mundo por hacer una diferencia entre “ellos” y “nosotros”. Para finalizar explica, con un aire de superioridad moral, que la izquierda no divide el mundo, que para la izquierda toda la humanidad es una gran familia porque todos somos hermanos.

A mí el tema de que todos somos hermanos me parece muy bonito a la par que fantasioso, pero más fantasiosa es la idea de que la izquierda no divide entre “ellos” y “nosotros” o que considera a toda la humanidad como hermanos. La izquierda al igual que cualquier otra bandera sí separa a la humanidad, pero lo hace con otro criterio. Mientras que para nosotros la separación (y por lo tanto la unión) emana de una cosmovisión compartida, de valores comunes, de una misma idea de lo que es bueno y lo que es malo, y por lo tanto es una división espiritual; para la izquierda la división se hace desde lo material: por clase, raza, y género. Y no sólo hace esta división sino que considera que la única posible interacción entre las partes es la violencia.

Para la izquierda toda mujer es víctima de la opresión de los hombres y si quiere liberarse tiene que derrotar al patriarcado. Esto no es una interpretación subjetiva, no me lo parece a mí y ya, este es el discurso de las feministas que imparten clase en las universidades americanas en las aulas de “Estudios de género”, que aunque pueda parecer que está muy lejos geográficamente, las demás feministas de todo el mundo están esperando a ver qué dicen ellas para repetirlo. Andrea Dworkin que es como el monstruo final del feminismo, dice textualmente que el hijo varón de una mujer invariablemente la traicionará y se convertirá en el violador de otras mujeres. Es decir: si naces hombre ya estás condenado por tu condición a ser un violador. Otras van más lejos. Mary Daly que fue profesora de la Universidad de Boston escribió lo siguiente: “Si la vida sobrevive, La Tierra tendrá que pasar por un proceso de descontaminación. Pienso que esto irá acompañado de un proceso evolutivo que resultará en una drástica reducción de la población masculina. La gente ya no dice estas cosas por miedo.” No, no es por miedo, es que la gente normal no habla de “la reducción de la población masculina”. La gente normal no entiende el mundo en términos de género en el que la mujer y el hombre son enemigos. 

Para la izquierda todo negro o indio es una víctima del hombre blanco y permanecerán oprimidos por él hasta que lo derroten, al blanco y a sus instituciones por medio de la lucha. Malcolm X, un hombre elevado a estatus de mesías por la izquierda, decía lo siguiente: “El enemigo común es el hombre blanco”, “No conozco a un hombre blanco que sea sincero, no son sinceros en lo que respecta a ayudar a los negros. Usualmente esto lo hace la gente blanca para beneficiarse a sí misma. El principal interés del blanco no es elevar la condición del hombre negro, ni despertarlo, y tampoco buscan hacer estas cosas con el hombre blanco. Al hombre blanco le interesan los negros únicamente en la medida en la que le son de provecho. El principal interés del hombre blanco es hacer dinero, es la explotación.” otra joya de Malcolm X: “Si tengo una taza de café que es demasiado fuerte para mí porque es muy negro, lo debilito agregándole leche, lo integro con la leche. Si sigo echándole leche al café muy pronto el sabor del café cambia al completo; la misma naturaleza del café cambia. Si se le echa suficiente leche, eventualmente no sabrás que alguna vez hubo café en la taza. Esto fue lo que ocurrió con la marcha a Washington. Los blancos no se integraron a ella, los blancos se infiltraron. Los blancos se unieron a la marcha, se la tragaron, se convirtieron en una parte tan importante de ella, que perdió su sabor original. Dejó de ser una marcha de negros, dejó de ser una marcha militante, dejó de ser una marcha indignada, dejó de ser impaciente: en efecto, dejó de ser una marcha” Este tipo de conducta sólo es posible en un país en el que la subversión ideológica ha hecho del marxismo cultural el pensamiento predominante: los negros deciden marchar a Washington para denunciar el racismo estructural de los blancos y de su sistema, a la marcha se le unen los mismos blancos para apoyarlos en su malestar, pero como ese mismo hecho contradice de una manera frontal el discurso de la propia marcha, y hace todo el cuadro algo pintoresco, algo ridículo, un espectáculo que es la negación de sí mismo, y eso pone en peligro la agenda de división y de odio de la izquierda entonces líderes agitadores como Malcolm X, se ven forzados a denunciar ese acto de unión entre ciudadanos que se consideran hermanos a pesar del color de la piel como un acto interesado que en lugar de ayudar a solventar los problemas de racismo, los propicia, al “debilitar” la causa. En efecto: resolver el problema es en sí un problema, porque la izquierda no quiere unión y no quiere integración y no quiere soluciones, quiere perpetuar la división. La izquierda no solamente alaba a Malcolm X, quién llamaba a luchar de forma violenta, sino que considera a sus hijos ideológicos, los Black Panthers, una banda de asesinos y narcotraficantes, como héroes sociales.

De la misma manera, para la izquierda el pobre siempre es una víctima del rico y contra el rico hay que luchar para derrotar el orden social y despojarlo de todo cuanto es suyo. No es suficiente con quitarle su dinero, es preciso quitarle también su dignidad como retribución por tantos años de opresión. No hace falta que ponga ejemplos porque esto es de conocimiento popular, pero desde Marx en adelante se manejó la idea de los campos de trabajo forzoso y el aislamiento obligatorio, que se puso en práctica por Lenin y Stalin en forma de Gulags y por cada líder del comunismo totalitario hasta Corea del Norte a día de hoy.

La izquierda hace de la separación entre “ellos” y “nosotros” su punto central. Es la base de su ideología. Mientras que el resto del planeta se separa por grupos naturales de pertenencia y esos grupos tienen múltiples formas de relacionarse entre sí, algunas pacíficas por cooperación y otras veces por medio de la guerra, la realidad es que la única manera en la que los grupos socialistas se pueden relacionar entre sí es por medio de la violencia. Es en la violencia entre ricos y pobres, mujeres y hombres, blancos y minorías raciales, que la izquierda se fortalece. Ernesto “Ché” Guevara decía en su diario: “¡El odio es el elemento central de nuestra lucha! El odio tan violento que impulsa al ser humano más allá de sus limitaciones naturales, convirtiéndolo en una máquina de matar violenta y de sangre fría. Nuestros soldados tienen que ser así.”

Si existe una bandera en el mundo bañada de mierda y de sangre no es la bandera francesa, ni la bandera alemana, ni la americana, ni la española, ni la israelí. Ellas parten de un sentimiento natural de hermandad según el cual mi hermano es mi hermano sin importar el color de su piel, la forma de sus genitales, o los ceros en su cuenta bancaria, lo que importa es una historia compartida y los valores que nos hacen como pueblo uno solo. La única bandera manchada de mierda y sangre es la de la hoz y el martillo, la roja bandera del comunismo internacional que divide pueblos allí a donde llega y que divide a los hermanos y los convierte en enemigos.

Las banderas nacionales se apoyan en la idea de qu
e una nación es un grupo de personas que aunque son diferentes se mantienen unidas como hermanos por medio de valores y un sentido de destino compartido. La idea de las naciones es que sin importar cuántos pueblos diferentes residan en ellas todos sus integrantes son parte del pueblo “e pluribus unum”: a partir de muchos uno solo. Por eso es importante recuperar las banderas, porque la bandera de tu país no es un símbolo fascista, es un símbolo de que todos los españoles pueden mantenerse unidos a pesar de sus diferencias de idioma y de etnia y formar una sola fuerza para afrontar los problemas juntos. Es esto lo que significan las banderas y es una pena que no podamos usar la nuestra.