Obama vs Romney

November 6, 2012

En unas horas empiezan las elecciones en Estados Unidos lo que significa que a lo largo de esta semana en Washington ha ido aterrizando un grupo de periodistas. Se bajan del avión, responden con dificultad las preguntas del funcionario de inmigración, cogen sus maletas y se registran en el hotel. A lo largo de la semana interpretarán lo mejor que pueden lo que creen ver en el televisor, entrevistarán a un par de personas por la calle, preferiblemente latinos que hablen español, y después con total libertad creativa hilarán la fábula y la presentarán a sus respectivos jefes.

Los jefes, editores de periódico de mediana edad que tampoco hablan inglés ni entienden de política americana (mucho menos historia), decidirán qué es y qué no es relevante, cambiarán uno que otro titular, se enterarán de un par de cosas que desconocían, y darán luz verde a la nota.

Mientras tanto en casa leemos con avidez todo lo que se publica buscando ese párrafo mágico que nos permita auto-congratularnos de que el estado de bienestar europeo es mejor que el sistema americano. Ese que indica que aunque España está en crisis, nuestro sistema social es anhelado por todos e imitado por los más poderosos. Habiéndolo encontrado lo llevamos a twitter y obtenemos diez retweets.

Así es como los periodistas fabrican una mitología de la política americana que poco tiene que ver con la realidad. No sólo se inventan datos, no, las distorsiones lo bañan todo: se inventan personalidades, intrigas que no existen, se le da la vuelta a la tortilla y todos participan, funciona de la misma manera en que funcionaba la mitología griega.

Para España Obamacare es un sistema de seguridad social universal y gratuito como el español, en el que cualquier americano puede entrar por la puerta de un hospital y ser atendido sin más. He llegado a escuchar, a leer, que Obama está “europeizando” América, y ante algo como eso los americanos no caben de gozo, están felices.

A veces intento hacer el bien. Me encuentro con estas fábulas en twitter o en algún periódico y busco explicar en twitter por qué no son ciertas estas ideas. Sin embargo esas explicaciones parecen enfurecer a la gente: no quieren enterarse de lo que ocurre en la realidad, quieren vivir en esa fantasía porque es más cómodo y más fácil: porque es posible tomar postura en el debate y quedar bien sin esforzarse.

Para hablar sobre política de un país hay que estudiarlo, hablar el idioma, entender su historia, y vivir allí. No es suficiente con venir 10 días cuando hay elecciones, ignorar la realidad, y después escribir lo que el público quiere escuchar.

Es tan predecible su postura que uno sabe lo que van a decir antes de que lo digan: si el periodista es de La Razón, ABC o Intereconomía dirá que Romney es un héroe que viene a salvar la economía y que Obama es malo porque dijo que Estados Unidos no quiere ser como España. Si escribe para El País o para Público entonces Obama es fantástico porque europeíza y Romney es un mormón que evade impuestos.

Por esa razón quise escribir este artículo enfocándome en los mitos que he escuchado, con explicaciones llanas e interpretaciones sobrias, de parte mía: una persona que ha pasado la mitad de su vida en Estados Unidos y por lo tanto no necesita interpretar el inglés, una persona que no defiende el interés de nadie, que dices las cosas sin pelos en la lengua.

No soy el tipo de persona que vota por un partido. Soy una swing voter. No soy republicana ni soy demócrata. Voto por el candidato y no por el partido, porque estoy en medio y porque es la única forma inteligente de hacer las cosas.

OBAMACARE

Uno de los principales puntos en los que España se confunde es este. Estados Unidos jamás ha tenido un sistema de salud público como el Europeo. El sistema de salud americano es privado y por lo tanto es caro. Una consulta con un médico puede costarte entre $60 y $240 dependiendo del estado y del médico que elijas, pero vamos a asumir que el costo es de $100 para facilitarnos la vida en los ejemplos que voy a poner aquí.

Cada quién puede optar por pagar un seguro de salud entre todos los planes que hay. Algunos lo cubren todo, otros cubren solamente emergencias, hay toda clase de planes y dependiendo del que eliges pagas una prima (pago mensual) diferente. El seguro te cubre la mayoría de los gastos pero siempre queda una parte que debes pagar tú. Si tienes un seguro en lugar de pagar $100 por una consulta médica pagas solamente $10 y el seguro se encarga del resto.

La mayoría de los empleados americanos están asegurados. Obtienen un seguro de salud como parte del paquete de beneficios que le ofrece la empresa para la que trabajan. La empresa compra un seguro grupal que es más barato que un seguro individual y muchas veces la compañía paga una parte de la prima de cada trabajador. Las empresas hacen esto porque ofrecer este tipo de beneficios los hace más competitivos: los mejores trabajadores desean trabajar para ellos y a cambio del seguro les ofrecen fidelidad.

Los ancianos (mayores de 65) y la gente con discapacidades puede optar por un seguro de salud del Estado llamado Medicare. Para calificar necesitas haber trabajado cotizando durante 10 años o más. Medicare tiene límites y para obtener todos los beneficios tienes que pagar una prima de alrededor de $100 mensuales.

El costo de las primas varía dependiendo de los planes, del estado en el que estás, de la cantidad de miembros que tiene la familia, y de las enfermedades que hayas tenido previamente, pero en 2010 una familia americana media pagaba $13.770 cada año, o sea, más de mil dólares al mes.

Pero tener un seguro de salud no era obligatorio. Mucha gente prefería no tenerlo porque según algunos estudios la gente que paga un seguro médico gasta más del doble en salud a lo largo de su vida que una persona que no tiene seguro, aún cuando quienes no lo tienen deben pagar sumas muy altas si se enferman o tienen un accidente.

Ahora bien, aquí entra el Obamacare y la confusión. Obamacare no es la panacea. No es un sistema europeo. Ni siquiera es mejor que el sistema que había en Estados Unidos antes de la ley. Es más, la misma gente que hoy en día alaba Obamacare en la tele y en los periódicos sin saber de lo que están hablando es la que se volvería loca si mañana implementasen algo como Obamacare en España.

Obamacare es complicadísimo pero en líneas generales esto es lo que plantea:

1) Las aseguradoras deben asegurar a todo el mundo por igual (pagando) sin tomar en cuenta las enfermedades anteriores, la edad, o el género del paciente.

2) Es obligatorio para todos los americanos tener un seguro de salud (de pago), y si no cumplen con esta ley deben pagar un impuesto extra al gobierno, una multa cada mes.

Como resultado ocurre lo siguiente: las aseguradoras deben asumir riesgos altos que no pueden cobrar, por lo tanto en lugar de cobrarle más a los pacientes de alto riesgo, han decidido aumentar la prima de riesgo PARA TODOS. Eso implica que una persona joven y saludable debe pagar más cada mes para subsidiarle el seguro a una persona enferma.

Dado que todo el mundo actúa de acuerdo con incentivos, la gente joven dejaría de pagar el seguro médico cuando el costo del seguro sea superior a los beneficios que reciben (al riesgo que corren sin seguro). Pero ahí entra la ley: es ilegal no tener seguro, por lo tanto el gobierno te cobra una multa.

Gracias a Obamacare la prima anual de los seguros de la familia americana media aumentó casi 2 mil dólares en estos dos años desde que se aprobó la ley. Antes costaba $13.770, hoy el mismo seguro cuesta $15.073 y seguirá aumentando. Las aseguradoras han decidido hacerlo de forma progresiva hasta el 2014 que es cuando entraría en vigencia el sistema de multas para quienes no tienen seguro.

Gracias a Obamacare la gente que no quiere tener un seguro médico porque no lo considera útil o necesario debe elegir entre pagar una multa al gobierno o comprar un seguro de salud que no quiere.

Para facilitarle a todo el mundo el proceso, se pondrá en marcha un nuevo sistema de préstamos bancarios para pagar el seguro de salud. Tomando en cuenta que el americano medio ya debe al banco unos diez mil dólares en crédito o préstamos (entre la hipoteca, las tarjetas de crédito, los préstamos para pagar los estudios universitarios), esto es algo que complica aún más la situación económica de un país que está atravesando una recesión.

Por estas razones el americano medio desprecia el Obamacare. El republicano lo desprecia porque limita sus libertades y porque Obama pasó la reforma en el congreso sin un sólo voto republicano. El demócrata lo desprecia porque se quedó a la mitad: en lugar de ofrecer un seguro de salud completo como el europeo, pasó una reforma tibia y contraproducente y por lo tanto su presupuesto de salud es 2 mil dólares más caro. El swing voter lo desprecia por todas las anteriores.

Obamacare no es un seguro gratuito como en España. Imagínate que en lugar de un euro por receta que es por lo que ahora en España están tan asustados, tuvieras que pagar $15.073 al año para cubrir a tu familia. Ahora imagina que es obligatorio y ahora vuelve a mirar a la cara al que te dice que Obama quiere europeizar el sistema de salud en Estados Unidos con el Obamacare.

ROMNEY Y EL ABORTO

Romney sufre de un mal de los políticos, el de la ambigüedad moral. Eso es lo que le critica la mayoría de sus detractores y es cierto: en los temas sociales ha cambiado de opinión tantas veces a lo largo de su carrera que es difícil saber en qué punto del espectro se encuentra. El tema sobre el que ha cambiado de opinión con más frecuencia es el aborto y eso es un punto importante porque Romney no goza de popularidad entre las mujeres.

Hasta ahí llega el análisis de los medios españoles, no profundizan en las razones de por qué Romney se comporta de esa manera, y lo más importante: no explican de qué manera puede afectar su postura la vida del americano medio. La cosa va así:

En 2002 durante su campaña para ser el gobernador de Massachusetts Romney era pro-choice. Defendía y protegía el derecho de la mujer a elegir. Años después cambió de opinión. En su campaña para ganar las primarias dentro del partido republicano, se proclamó pro-life y añadió que el aborto era moralmente reprobable. Una vez ganadas las elecciones primarias volvió a cambiar de opinión desde entonces y hasta ahora Romney considera que la posibilidad de abortar debe existir cuando el embarazo es producto de una violación, del incesto o cuando pone en riesgo la salud de la madre.

La razón de este contorsionismo moral no es que Romney esté tan preocupado por el tema del aborto que le dedica incontables horas de estudio al tema. Es simplemente un artilugio para ganar votos: Romney cambia de opinión para ajustarse a la opinión de sus electores.

Massachusetts lo eligió a él, un republicano, como gobernador a pesar de que es un estado fuertemente demócrata. Romney sabía que tenía mucho que perder en esas elecciones si hablaba en contra del aborto así que ajustó su discurso en consecuencia. Romney gobernó Massachussetts como un republicano de inclinaciones libertarias: conservador en lo económico y liberal en lo social.

Años después, cuando quería posicionarse dentro del partido republicano como un posible candidato a la presidencia sus asesores le recomendaron que descartara su postura libertaria. Al igual que los productos en el estante del supermercado, le recomendaron que cambiara el envase, que fuese más radical, que se “posicionara” como un republicano conservador en todo el sentido de la palabra. Romney quería ganar las elecciones primarias dentro de su partido así que se proclamó pro-life.

Pero cuando su público es todo el país tiene que suavizar el discurso. Necesita una opinión que sea aceptada por la mayor parte del espectro político. Cuanto más flexible sea su postura más votos podría obtener. Así que el Romney que está optando a la presidencia ni acepta ni rechaza la idea del aborto: está en medio, y por eso ofrece la posibilidad de abortar si es producto de una violación, del incesto, o si pone en peligro la vida de la madre.

Para algunos esto hace de Romney un hipócrita, una persona de la que no te puedes fiar. Pero hay dos cosas en este análisis que hay que comprender. La primera es la postura personal de un candidato no tiene por qué coincidir con la postura que adopta como político. Su postura como político será honesta siempre y cuando la mantenga una vez que gane las elecciones. Cuando Romney prometió al estado de Massachusetts defender el derecho al aborto, cumplió con su postura política como gobernador, así que es probable que haga lo mismo en esta oportunidad independientemente de lo que le haya prometido a los republicanos durante su candidatura en las primarias.

Ahora bien, eso no es suficiente para la mayoría de las mujeres, en especial las que consideramos que las libertades civiles son una prioridad. Para mí la decisión de abortar le pertenece a la mujer porque en ella está el útero y si quiere abortar lo hará sea legal o no. Esa una realidad que tiene poco que ver con la moral, con si es bonito o no, si es correcto o no. Es una realidad que existe, es observable, y por lo tanto hay que defender que se respete el derecho a hacerlo de manera segura sin restricciones ni límites.

Lo que no dicen en España es que aunque Romney tuviese una agenda secreta para eliminar el derecho al aborto, NO PUEDE HACERLO. El aborto fue una decisión del Tribunal Supremo de Justicia, se decidió en el caso de Roe Vs. Wade, y dado que el derecho americano es consuetudinario, no hay nada que el presidente o que el congreso pueda hacer para cambiarlo. Sólo el Tribunal Supremo de Justicia puede anular sus propias decisiones.

Bush es un republicano neoconservador de posiciones fuertes, está en contra del aborto, y en los 8 años que fue presidente no anuló Roe Vs Wade. No es una prioridad real para nadie eliminar el aborto, no cuando hay temas más apremiantes como la seguridad nacional o la recesión económica.

El tema del aborto hay que entenderlo sin histeria y como un problema del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). El cargo de juez del TSJ es un cargo vitalicio, y cuando un juez se retira el encargado de nombrar a un nuevo juez es el presidente. Después el senado vota si está a favor o no de la elección que hizo el presidente.

En teoría los jueces deben ser imparciales pero casi ninguno lo es. Durante el mandato de Bush se retiraron dos jueces, uno conservador y el otro demócrata. El conservador estaba en contra de Roe Vs Wade y el demócrata a favor. Bush los reemplazó por los jueces Scalia y Alito: dos conservadores que están en contra del aborto. Durante su primer gobierno Obama apuntó a la juez latina Sonia Sotomayor que votaría a favor.

En este momento de los nueve jueces cuatro se inclinan hacia los republicanos, cuatro hacia los demócratas y uno de ellos es neutral. Pero durante los próximos años dos o tres de ellos podrían retirarse y quien quiera que sea presidente en ese momento será el encargado de reemplazarlos.

Si gana Romney seguramente apuntará jueces republicanos y entonces se podría dar el caso de una anulación de Roe Vs Wade. Es improbable, pero es un escenario posible. Ahora, si se anulara eso no significa que el aborto estaría prohibido en Estados Unidos. Eso sólo significa que cada estado podría decidir si desea o no permitirlo. Estados fuertemente demócratas como Nueva York o California seguirían permitiéndolo y estados conservadores como Texas lo prohibirían.

Lo que quiero decir con esto es que aunque el tema del aborto es muy importante, es poco lo que Romney puede hacer para prohibirlo. En términos realistas es muy poco probable que Roe Vs Wade se anule independientemente de lo que desee hacer el presidente de turno. Con esto no quiero decir que la opinión de un candidato no es importante, sino que si quieres votar por el candidato que traerá un mayor bienestar tienes que saber evaluar la importancia de cada tema en lo práctico: qué puede y qué no puede hacer el presidente, en lugar de qué le gustaría o no hacer.

Este es un punto en el que Obama y Romney difieren. Obama ha hecho un buen trabajo con respecto a los derechos civiles. En 2009 aprobó la ley de “Equal Rights for Equal Work” (Lilly Ledbetter Fair Pay Act) que permite sin importar cuánto tiempo transcurra que una mujer demande a la compañía para la que trabaja si descubre que le pagan menos que a un hombre que ocupa el mismo cargo simplemente por ser mujer. También revocó el “Don’t Ask Don’t Tell”, una ley que prohibía a la gente que es abiertamente gay servir en el ejército. Son dos de sus logros más importantes en cuanto a lo social.

OBAMA Y LA CABEZA DE BIN LADEN

Obama se ve a sí mismo dentro de una narrativa de conciliación entre opuestos. Su padre era negro, su madre era blanca así que durante toda su vida Obama era demasiado negro para los blancos y demasiado blanco para los negros. En la universidad Obama fue el primer presidente negro del periódico Harvard Law Review y lo consiguió a pesar de ser demócrata y de que la mayoría de sus compañeros eran republicanos. Lo mismo con la presidencia. La historia es complicada y muchos episodios de su vida contribuyen con su autoimagen, pero en esencia: Obama se ve a sí mismo como un mediador, un hombre capaz de tender puentes. Por eso se consideraba un candidato “bipartisano”, y sus objetivos en política exterior eran nuevos.

Obama introdujo un cambio de estrategia en la política exterior americana. Algunos autores lo llaman “La Doctrina Obama”. Su idea era reemplazar las políticas de Bush, sustituir el poder duro (coerción, fuerza) por el poder blando (persuasión, diplomacia). Ser “el buen vecino”: buscar la amistad de todos los países, incluso aquellos con los que Estados Unidos ha tenido una relación difícil históricamente.

Para Obama las hostilidades eran el resultado de errores de ambas partes. Pensaba que esas relaciones difíciles se podían mejorar si se cambiaba el enfoque, si en lugar de tener relaciones verticales de poder, se trataba con el resto de las naciones de forma horizontal, como amigos. De esa manera Obama pretendía mejorar la imagen de país imperialista y sin escrúpulos que tiene Estados Unidos.

Por dar algunos ejemplos de esa política, Obama eliminó el término “Global War on Terror” (guerra global en contra del terrorismo) de Bush, en su lugar Obama habla de “identificar y dar caza a los responsables de los ataques”. Para Bush el enemigo era el fanatismo islámico. Para Obama el enemigo es Al Qaida, más concretamente sus líderes. Obama también prometió cerrar Guantánamo, se reunió con los enemigos de Estados Unidos (Fidel, Chavez, Ahmadinejad, etc) y retiró las tropas de Irak antes de tiempo.

Los gestos de Obama no lograron reivindicar la imagen de America, pero sí lograron posicionarlo en el resto del mundo como un líder humanitario. Gracias a su campaña política ganó el Nobel de la Paz el mismo año en el que fue electo, y muchos, en especial dentro de la prensa española, lo consideran una figura humanitaria, durante los primeros años de su gobierno no dudaban en compararlo con líderes como Mandela.

Pero a pesar de que las políticas de Obama pueden parecer sensatas en la práctica no han surtido efecto. Muchas de sus empresas han sido contraproducentes. Quizás el logro más importante de Obama haya sido dar muerte a Bin Laden. La muerte de Bin Laden trajo una sensación de justicia y de cierre a las víctimas del 11 de septiembre.

El hecho que mejor resume las acciones de Obama en política exterior fue la primavera árabe, puntualmente lo que ocurrió en Egipto. En la noche del primero de febrero de 2011 el que para entonces era presidente de Egipto, Hosni Mubarak, no esperó a que le tradujeran las palabras de Obama antes de responder. “No entiendes cómo funciona esta parte del mundo” le dijo y agregó: “Eres muy joven”. Mubarak acababa de dar un discurso a los manifestantes de la plaza Tahrir en el Cairo y Obama lo llamó para decirle que su mensaje no fue suficiente, que tenía que renunciar.

Minutos después Obama dio una rueda de prensa en la Casa Blanca para anunciar el final de la dictadura de 30 años de Mubarak en Egipto. “La transición debe comenzar ahora” dijo. Así eliminó de un plumazo casi tres décadas de relaciones diplomáticas con uno de sus mejores aliados en el Medio Oriente y depositó el destino de Egipto en manos de la muchedumbre del Cairo.

Fue una decisión arriesgada por parte de Obama. Con ella se opuso a los consejos de los políticos veteranos de su propio equipo, al Departamento de Estado, y al Pentágono. Durante décadas el gobierno americano había protegido sus intereses en Egipto apoyando el gobierno autocrático pero occidental de Mubarak que dirigía Egipto con leyes seculares y se oponía con vigor al fundamentalismo islámico.

El resultado: como en la mayoría de las protestas los manifestantes de Tahrir eran una minoría dentro de Egipto así que cuando la elección de un nuevo líder se sometió a decisión popular los egipcios decidieron reemplazar el gobierno secular de Mubarak por uno de corte religioso: el de Mursi, el líder de los Hermanos Musulmanes, una organización islamista de origen fundamentalista que tiene brazos políticos y otros terroristas (como Hamas).

Pero las consecuencias no terminaron ahí: en lugar de ganarse el aprecio del mundo árabe con esta medida, Obama y Estados Unidos fue una vez mas objeto de rechazo en el Medio Oriente. Sus dictadores no querían sufrir el mismo destino que Mubarak. Las manifestaciones de Egipto y Túnez se “contagiaron” al resto del mundo árabe. En Bahrein las protestas fueron aplastadas de manera violenta por el Rey Abdullah de Arabia Saudita: no quería una democracia tan cerca de casa.

Pero aunque a los dictadores árabes no les temblaba el pulso para hacer cumplir sus leyes en Oriente Medio, lo de Egipto fue un precedente de debilidad importante para Obama, en especial dentro de los grupos terroristas. Las protestas de la semana del 11 de septiembre 2011 fueron un eco de las protestas de Tahrir, pero con un objetivo distinto: el de demostrarle a Obama la fortaleza del mundo árabe. Asi asesinaron al embajador americano en Libia y atacaron varias de las embajadas.

La reacción de Obama ante esta espiral de descontrol fue inventarse una excusa. La nueva oleada de violencia no era el resultado de 4 años de una mala gestión de Obama en las relaciones con Oriente Medio. No era una respuesta a sus políticas ingenuas y débiles. Tampoco era un ataque nostálgico de conmemoración a lo que ocurrió el 11 de Septiembre, no. Había sido desencadenado por un supuesto video de Youtube que llevaba años ahí y que nadie había visto.

Todo era raro, nada tenía sentido, nadie creía en esa versión. A medida que pasaban los días iban surgiendo nuevas teorías y nuevas evidencias. Se supo, por ejemplo, que días antes del ataque el embajador en Libia pidió que le reforzaran la seguridad: tenían miedo de un ataque, y que la Casa Blanca les negó la petición. Se propagaron fotos del cadáver del embajador y de la bandera de un grupo terrorista que dejaron en la embajada. Sin embargo el gobierno se aferró a la versión del video de youtube durante dos semanas.

Finalmente, casi veinte días después, Obama se dignó a explicar lo sucedido. Corrigió su versión: no fue una protesta que se salió de control, fue un ataque terrorista. Hillary Clinton se hizo responsable por haber ignorado la petición del embajador. Sin embargo, una vez más, Obama explicó que los problemas de América con el mundo árabe son culpa de América, es que sencillamente no los entendemos.

Obama cree en la igualdad, la fraternidad, y en que la naturaleza del hombre es esencialmente buena. Pero al mismo tiempo Obama tiene poca experiencia: era un novato dentro de la política americana cuando llegó al poder, no tenía relaciones de confianza establecidas con los líderes del mundo como pueden tenerla políticos veteranos o dinastías políticas como los Kennedy, los Bush o los Clinton. No entendía la complicada dinámica de poder del Medio Oriente. Del idealismo a la ingenuidad el trecho es corto y la ingenuidad es incompatible con el poder. En política la debilidad de uno es arma del otro.

Obama dejará en herencia un Medio Oriente más inestable y peligroso del que recibió. Sus intentos por conciliar la política americana con la islámica, de negociar con los terroristas, y de disculparse por la libertad de expresión en la práctica no han traído nada positivo: la mala imagen de América sigue intacta, sus enemigos siguen siendo enemigos, y sus amigos están tras las rejas.

ROMNEY Y LA EVASIÓN DE IMPUESTOS

Se ha hablado mucho acerca de las cuentas de Romney. Así como Obama se ve a sí mismo como un conciliador, Romney fue criado con la idea de la autosuficiencia. Su familia tenía mucho dinero, pero él donó su herencia y deicidió empezar desde cero de la misma manera en que lo había hecho su padre antes que él. Claro que su apellido y su posición política (su padre había sido gobernador) le abrieron muchas puertas, pero se puede decir que los logros de Romney, en especial sus logros en lo económico son tanto producto de esas oportunidades como de su propio esfuerzo. Muchos lo describen como un adicto al trabajo.

Se graduó de administración en Harvard, entró como asesor en una empresa de asesoría financiera y poco después fundó su propia firma de inversiones: Bain Capital de la que fue director hasta 1999. A lo largo de su vida Romney ha amasado una inmensa fortuna y ha formado una familia numerosa, cinco hijos, todos hombres.

Una fortuna como la suya despierta la sospecha. Aunque Estados Unidos sea mucho más progresivo que España en ese sentido, allí también hay socialistas y católicos: la fortuna está mal vista en algunos círculos, casualmente los que más ruido hacen. Así se empezó a investigar la fortuna de Romney y su trayectoria como empresario.

Aunque Bain Capital ayudó a fundar algunas empresas prósperas como Staples y levantó otras que habían caído en bancarrota como 7-11, encontraron episodios oscuros dentro de su historia: Bain Capital compró empresas solo para cerrarlas y como consecuencia hubo despidos multitudinarios; trasladó la producción de otras de sus empresas a China, más despidos. Algunos ocurrieron mientras Romney dirigía la empresa, otros después de que dejara el puesto como director en 1999. Algunos periodistas creen de que esos despidos también fueron orquestados por Romney que siguió dirigiendo la empresa en secreto una década más.

Pero posiblemente la polémica más fuerte gira en torno a sus declaraciones de impuestos. Pidieron que enseñara las devoluciones que hacienda le hizo, pero Romney se niega a ello. Un periodista de la revista Bloomberg encontró las devoluciones de dos años: 2011 y 2012. Romney pagaba solamente el 15% de impuestos, menos de lo que paga la clase obrera.

Aunque no es éticamente correcto, se demostró que los impuestos que Romney pagaba eran perfectamente legales, que no los estaba evadiendo. Romney había aprovechado todos los trucos del manual para recortar sus impuestos y había conseguido pagar únicamente el 15% sin caer en ninguna ilegalidad.

Poco después se descubrió que una parte importante de sus cuentas está en Gran Caimán y en Suiza, paraísos fiscales. Tampoco es ilegal, pero muchos cuestionan si es éticamente correcto tener el dinero en el extranjero.

Teorías de evasiones de impuestos de Romney hay miles. Algunos sostienen que fue pastor de la iglesia mormona porque en Estados Unidos las religiones no pagan impuestos. Creían que tenía un fondo fiduciario a nombre de la iglesia, del que pagaba un pequeño porcentaje en donaciones cada mes, pero que el resto era dinero suyo que tenía guardado a nombre de la iglesia para no pagar impuestos. Es una idea divertida y hasta probable, pero imposible de demostrar.

¿Se puede culpar a Romney por trasladar la producción de algunas de sus empresas a China? No lo sé, ¿es éticamente incorrecto participar en el mercado global? Por lo menos no es ilegal. Como bien dijo Obama, dirigir una empresa no es lo mismo que dirigir un país: en uno de esos roles tu objetivo es maximizar la eficiencia, en el otro tu objetivo es el bienestar del país. ¿Le correspondía a Romney como empresario velar por el bienestar del país?

Lo que está claro es que Romney entiende cómo funciona la economía norteamericana. Trabajó como asesor y como inversor. Si tuviera que elegir una persona entre los dos candidatos para manejar mi dinero, se lo daría a Romney.

OBAMA Y LA CRISIS

El punto más débil del gobierno de Obama no es su manejo ingenuo de la política exterior, ni Obamacare. El punto más vulnerable es la economía. Obama heredó un desastre de Bush Hijo, pero en los últimos 4 años ha liderado la recuperación más lenta y desatinada de la historia de Estados Unidos.

El plan de recuperación consistía en dar rescates a los bancos, y un estímulo a las empresas, regular más al sector financiero, invertir fuertemente en la energía verde y usar ese sector como un programa de empleo para aliviar el paro. Con ese plan Obama pretendía reactivar la economía y salir de la crisis Pero las cosas nunca salen tan bien como en el plan.

Para lograrlo Obama pidió un gran préstamo a China. El déficit del presupuesto y la expansión de la deuda nacional alcanzó el nivel que tenía durante la Segunda Guerra Mundial. En cuanto a la deuda, todo el mundo manipula las cifras. Nancy Pelosi (vocera de Obama) suele darlas en porcentajes y eso engaña a simple vista porque aunque el porcentaje de la deuda haya aumentado menos durante el gobierno de Obama que durante el de Bush eso no significa que Obama ha pedido menos dinero prestado, sólo significa que la cantidad que pidió con respecto al total de la deuda americana es menor. ¿Me explico? Os voy a dar las cifras en números.

Obama heredó una deuda de $10.6 Trillones*. Para enero de 2012 la deuda era de $15.4 Trillones, la diferencia era de $4.7 Trillones, es decir, había aumentado en un 44.5%. Pero a día de hoy Obama debe $16.2 Trillones. Durante los primeros 4 años del gobierno de Obama la deuda ha aumentado más de lo que lo hizo en los 8 años de Bush.

Obama ha pedido más dinero prestado que cualquier otro presidente en la historia de Estados Unidos. Lo que esto significa, para que os hagáis una idea, es que cada familia que paga impuestos en Estados Unidos debe lo que costaría una hipoteca y una carrera en una universidad americana juntas. Obama no tiene un plan para lidiar con la deuda. Abandonó el objetivo de equilibrar el presupuesto, ahora simplemente busca estabilizar la diferencia entre la deuda y el PIB para 2016.

Cualquier persona que tenga un mínimo de sentido común sabe que no hay que preocuparse por el déficit en este momento sino por crear empleo. Es imposible crear nuevos puestos de trabajo sin reactivar la economía y es imposible reactivar la economía sin invertir fuertes cantidades de dinero en ella, y es imposible invertir fuertemente en medio de una crisis sin pedir préstamos. El déficit es inevitable, más bien es un síntoma de que se está poniendo en marcha un plan para reestablecer la economía, y una vez que la economía se recupere será momento de preocuparse por pagar la deuda.

Para evaluar la economía de un país, en especial si se quiere medir la efectividad de una recuperación, se usan 5 parámetros:

1) Crecimiento de empleo total

2) Reducción de la tasa de desempleo

3) Crecimiento del PIB per cápita

4) Cambios en el Real Dow (es el Promedio Industrial de Dow Jones dividido entre el precio del oro. Es un estándar que mide la capacidad de inversión en el crecimiento económico más allá del capital estancado en inversiones seguras como pueden ser el oro y los bonos)

5) Cambios en los activos productivos

No os voy a aburrir con los números y los porcentajes porque aunque los tengo aquí anotados frente a mí mientras escribo este artículo a nadie le gusta leer tantos números juntos. Basta con deciros que en todos los parámetros la recuperación de Obama ha sido la más lenta en la historia. Su recuperación ha sido más lenta que el estándar normal de la economía norteamericana bajo Bush hijo, Clinton, o Bush padre. Si la comparamos con otras recuperaciones como la que lideró Reagan en la recesión de los 80 nos ponemos todos a llorar.

Ahora bien, pedir un préstamo no es una garantía de que vas a salir adelante ¿Qué ocurre si el plan de Obama para reactivar la economía no funciona? ¿Qué ocurre cuando después de endeudarte fuertemente y de invertir en tu economía, tus medidas son inefectivos? fácil: tu país sigue en crisis, no creaste nuevos puestos de trabajo ni reactivaste nada, pero ahora tienes una deuda aún más pesada que le dejarás a tus hijos en herencia.

Eso es lo que está ocurriendo con Obama y dado que no propuso nada nuevo durante su campaña es probable que en los próximos 4 años la economía tampoco se recupere. Obama tiene buenas intenciones y ha hecho todo lo posible por frenar un colapso aún mayor. El rescate de los bancos de Obama funcionó, pero Obama sobreestimó el poder de su estímulo. El dinero que destinó a la energía verde fue un fracaso. Algunas de las empresas que fundó se fueron a la bancarrota, tuvieron que cerrar y despedir a todos sus empleados.

Ese fue el caso de Solyndra, una empresa que estaba desarrollando paneles solares de alto rendimiento. Obama le dio medio Billón de dólares para eso. En menos de un año el precio del silicio bajó, la empresa no pudo competir con los paneles solares tradicionales, se declaró en bancarrota y despidió a toda su plantilla.

El sector de la energía verde es inestable. A todos nos preocupa el medio ambiente y quisiéramos energías alternativas que nos permitieran cuidar de la naturaleza. Sin embargo esas tecnologías todavía no están lo suficientemente desarrolladas, no producen lo suficiente como para ser uno de los pilares de la economía. Sin una inversión constante es imposible mantenerlas como programas de empleo.

Dado que Obama invirtió con tanta fuerza en la energía renovable en detrimento del petróleo, los precios de la gasolina aumentaron considerablemente y con ellos los precios del transporte. La familia de clase media con Obama gasta $4.155 cada año solamente en gasolina, es el precio más caro que ha tenido en la historia, y si lo sumas a los $2000 extra que pagan gracias a Obamacare, las cosas se complican.

Por lo que estoy escuchando en la televisión de España y en la radio, hay dos maneras en las que los periodistas enfocan la cuestión de las elecciones norteamericanas. La primera es preguntarle a la gente de la calle, gente que no tiene ni idea de nada, cuál es su candidato favorito. La gente naturalmente elige a Obama porque es más simpático y posiblemente porque ni siquiera saben el nombre del otro candidato.

Lo otro que hacen es dar una explicación escueta, llena de frases hechas, y sin ningún tipo de ánimo crítico, de por qué es mejor para Europa que gane Obama. Dicen que Obama quiere “europeizar” Estados Unidos, que su forma de pensar se parece más a la del pueblo español, que es un buen hombre y un gran líder.

Lamentablemente la simpatía no levanta un país ni sostiene una cultura. La configuración del mundo bajo la globalización está cambiando. Este siglo será un siglo de choques de civilizaciones, de oposición entre regiones y culturas, como ya está ocurriendo entre el Oriente Medio y Occidente. Nos guste o no Estados Unidos es el líder de Occidente, es el que nos protege y el que pone orden en el mundo, y si Estados Unidos se va a la mierda Europa va a sufrir las consecuencias en carne propia.

¿Le conviene a Europa que Estados Unidos sea débil? América necesita un líder fuerte en América, pero Europa también necesita un líder fuerte en América. Lo que no necesitamos es una persona débil en la Casa Blanca. No necesitamos un idealista ingenuo con una visión romántica de Washington y del mundo, jugando con la economía americana y haciéndole reverencias a los tiranos.

No sé si el líder que necesitamos es Romney, pero estoy segura de que no es Obama.

* En inglés un Trillón equivale a un Billón en español, es decir, un millón de millones: 1.000.000.000.000 de dólares. Obama ha pedido 5.6 de esos.