Ser pobre

September 12, 2012

La principal diferencia entre una persona rica, de clase media, o pobre, no está en la cartera, sino en la perspectiva.

Casi todas las personas tienen una idea parecida sobre lo que significa el éxito. La mayoría consideran que tener éxito es tener riquezas y creen que tener riquezas es tener mucho dinero. Así que por propiedad transitiva, tener éxito implica tener mucho dinero. Cuando imaginan la vida de una persona rica, imaginan cuentas de banco con muchos ceros, lujo, ropa cara, una casa grande en una buena zona. Para el pobre la riqueza significa tener mucho dinero.

Por eso el pobre aspira a tener un trabajo que le deje un buen cheque a fin de mes, y al mismo tiempo sueña con obtener una herencia de un pariente lejano que murió sin dejar herederos, o con ganar la lotería. Son tópicos y dan risa, pero el fondo es ese: la creencia de que con dinero tendrá éxito, que tendrá acceso al mundo de los ricos, que será igual que ellos.

Hay muchas caras del fenómeno pero estamos rodeados de él. Seguramente conoces muchos blogs de tías que con la excusa de compartir su estilo con el mundo,  drenan a través del blog sus deseos de éxito. Ocupan la mayor parte de su tiempo en ver lo que se ponen las mujeres a las que consideran ricas y exitosas: la gente que está en la primera fila de las semanas de la moda. Se obsesionan con los detalles y comparten sus obsesiones. Para ellas tener las gafas de un diseñador determinado, el bolso del momento, un anillo específico, es un credencial que las acerca a ese mundo en el que aspirarían vivir. Más que con el trabajo fantasean con el estilo que el dinero puede comprar.

Los futbolistas muchas veces pasan de ser gente común a tener mucho dinero de la noche a la mañana, y automáticamente se consideran ricos. Tratan de cumplir con el papel emulando lo que creen que hace una persona así: buscan un coche caro y una novia guapa. Los raperos se bañan con botellas de champán de mil dólares.

Mucha gente que conozco ha aprendido de sus padres a ahorrar. Cuentan todo lo que consumen, recortan cupones, se apuntan a cualquier oferta y además se sienten bien haciéndolo. ¿A cuánta gente conoces que a pesar de tener el dinero para comprar algo que desean, esperan hasta que esté en oferta porque les sale más barato? Creen que acumulando su dinero serán ricos.

Pero para el rico la riqueza y el dinero no son la misma cosa. Entiende bien la diferencia que existe entre los dos. Para él el dinero es simplemente el producto de la riqueza y no al revés. Lo voy a repetir porque es realmente importante: la riqueza viene primero y lo es todo. El dinero es únicamente una consecuencia.

¿Qué es la riqueza? La riqueza es algo que se construye, que perdura en el tiempo, que se acumula, y que genera bienestar. El rico sabe que es mejor tener una empresa que genera 10 mil dólares mensuales que tener una maleta con un millón de dólares en efectivo. Sabe que comprar un terreno y construir una casa es generar riquezas, comprarse un piso no. La riqueza está en lo que construyes y lo que de allí se desprende. No es el dinero.

Esta diferencia de perspectiva no tiene que ver solamente con el trabajo, es algo que permea toda la realidad. Es como tener dos gafas distintas, unas con lentes de color verde y otras con lentes de color rojo: el mundo entero cambia dependiendo de cuáles tienes puestas. Una persona de clase media, por ejemplo, no sabe casi nada de la historia de su familia, con suerte sabe quiénes fueron sus bisabuelos. Pero las familias ricas conocen el pasado de su familia con mucha exactitud, hasta diez o quince generaciones atrás.

Para el rico, al igual que las casas y que las empresas, la familia es algo que se construye, un legado que recibes del pasado y que transmites hacia el futuro, por eso tienen muchos hijos y un fuerte sentido de identidad. Para el hombre de clase media la familia es una experiencia de vida que ocurre al margen de su trabajo. Tener hijos es una experiencia como puede serlo ir al cine y como no recibió ningún legado de sus antepasados, tampoco se esfuerza por dejarle uno a sus hijos.

El hombre pobre o de clase media cree que conseguir dinero es lo que te proporciona seguridad así que busca un trabajo de oficina, preferiblemente dentro de una empresa que él considere prestigiosa. Le gustaría que lo consideraran para un buen cargo porque su idea de construir es escalar. El pobre usa su trabajo para ganar dinero, pero no construye riquezas. Ni siquiera entiende la diferencia.

El rico no sobrevalora el dinero. Entiende que el dinero tiene poca importancia. El dinero es solamente el producto de la riqueza, de un paso que vino antes y que consiste en crear algo de valor a través del tiempo. El rico construye riquezas, el de clase media se aferra a su trabajo, el pobre fantasea con la lotería.

Una vez me invitaron a una reunión en casa de unos amigos. Había como veinte o treinta personas y alguien sugirió jugar a uno de esos juegos que se juegan cuando bebes alcohol. No recuerdo muy bien la mecánica, pero la premisa era decir qué harías con un millón de dólares.

Puede parecer una cantidad de dinero inagotable, en especial cuando la ves toda junta en un mismo lugar. Pero en realidad es muy fácil gastárselo. Un millón de dólares no te duraría mucho más de cinco años y eso sin vivir como un rico, viviendo como una persona normal.

El dinero no genera nada, no produce riquezas, ni bienestar. El dinero es únicamente una expresión de la riqueza. Si ganas la lotería eres igual de pobre que antes, sólo que ahora tienes dinero. Si te gastas lo que te dieron vuelves al lugar en el que estabas antes de comprar el billete ganador.

Comento todo esto porque eso es justamente lo que le hicieron a nuestras economías locales con la globalización. Sí, quizás el mercado globalizado es más eficiente produciendo dinero, pero no lo es produciendo riquezas. La globalización nos hizo intercambiar nuestras empresas por una maleta de un millón de dólares en efectivo. Durante un tiempo vivimos de ese dinero sin preocuparnos, creímos que éramos ricos. Ahora no tenemos nada, ni la empresa ni la maleta.

Esto es parte del libro que estuve escribiendo a lo largo del año pasado. Escribirlo ha sido una manera de generar riqueza porque por más tiempo que pase, tendré un libro que podré vender siempre, habré construido algo. Además la experiencia ha sido divertida tanto para mí como para los lectores. El libro cuesta 15€, si quieres saber más sobre el libro puedes leer de qué va en este enlace. Si quieres comprarlo directamente en Paypal puedes pulsar aquí.