Dos personas mueren en una tienda IKEA en Suecia.

August 15, 2015

La medalla de oro se la lleva El País que consiguió publicar una nota sobre el crimen sin mencionar en ningún párrafo a los sospechosos. No es fácil decir tan poco en tantas líneas. Pensaría, por la calidad de la nota, que se trata simplemente de negligencia, de pereza periodística, y quizás lo sea. Después de todo la sección de Internacionales en los periódicos españoles son siempre traducciones al vuelo de lo que publican periódicos extranjeros.

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Bonito el detalle de incluir esa declaración del portavoz de IKEA que dice que no tienen muy claro nada. La proeza de El Mundo, por su parte, es no haber dicho nada ¡en siete párrafos! Siete párrafos para revelar únicamente la edad de los dos sospechosos del ataque.

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No se puede culpar nada más a la prensa española. CNN, BBC, The Guardian, e incluso el WaPo hicieron lo mismo, imagino que la razón en parte es que la policía sueca intentó por todos los medios de ocultar lo sucedido porque en Europa cuando el crimen es violento y de motivación islámica, los asesinatos se convierten en “muertes”, las decapitaciones en “apuñalamientos”, y los victimarios en “hombres”.

Según la policía sueca una mujer de 55 años y su hijo de 38 fueron acuchillados en una tienda IKEA de una ciudad que está a una hora de Estocolmo. La policía reveló que tenían en custodia a dos sospechosos: dos hombres jóvenes y además dijeron que no había relación alguna entre las víctimas y los sospechosos, dando a entender que no se conocía el motivo del ataque. Finalmente añadieron que “no parece que el ataque haya sido por motivos políticos” aunque ninguno de los sospechosos había sido interrogado.

Pero entonces apareció en internet esta foto hecha con un móvil desde afuera de la tienda IKEA y en la que se puede ver un cuerpo decapitado:

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La policía entonces reveló que los sospechosos eran ambos inmigrantes que habían llegado un mes antes a Suecia desde Eritrea (África) pidiendo asilo político al país. Ambos vivían de ayudas del Estado en un centro de refugiados sueco. La policía sigue manteniendo que se desconoce el motivo del ataque. Pero no hace falta saber mucho sobre el islam para entender que si dos hombres que vienen de Eritrea decapitan a una persona, no es para robarle la cartera.

Dado que ningún periódico se atreve a mencionar la religión islámica que profesan los terroristas, ni su origen geográfico, si el lector no se da a la tarea de ir desenterrando la información, a simple vista puede parecer que lo que ocurre en Suecia es que en la sección de cocina de IKEA una señora se peleó con un hombre por una espumadera y la cosa se les salió de las manos.

En respuesta a todo esto, el gobierno de Suecia decidió doblar la seguridad… en los asilos para refugiados musulmanes. Porque en Suecia cuando una señora sueca sale a comprar sartenes y la decapita un musulmán, la policía concluye que lo mejor será defender a los musulmanes de los suecos. Vaya a ser que un extremista de ultra-derecha.

Por su parte el portavoz de IKEA dijo que retiraría los cuchillos de todas sus tiendas porque los atacantes no entraron con armas a la tienda sino que usaron los mismos cuchillos que ellos venden. Si mañana entran musulmanes a practicar el islam en un IKEA y en vista de que no hay cuchillos cogen un tornillo de veinte centímetros para clavárselo en el cráneo a una anciana que estaba por allí mirando camas, imagino que quitarán los tornillos de las camas ÅRVIKSAND y a partir de ahora tendrás que pegar los muebles de Ikea con pegamento Imedio. Desarmados, no les quedará más remedio a los musulmanes refugiados que matar occidentales a albondigazos KÖTTBULLAR de 1 euro 10 unidades.