Cómo manipulan las noticias sobre Israel en la prensa española

March 13, 2012

Esta mañana apareció la siguiente noticia en la página de varios periódicos importantes:

En pocas palabras: los militantes palestinos lanzaron 190 misiles a las ciudades del sur de Israel, y en la retaliación murieron 23 palestinos (casi todos militantes). Sin embargo, la prensa española publica la noticia omitiendo la primera parte.

No puse los artículos completos, puedes leerlos aquí, y aquí. Y antes de que me digas que eso es la izquierda española y que se sabe que El País es antisemita, lo mismo ocurre en periódicos de derecha. En El Mundo también se saltan olímpicamente el tema de los misiles.

Estar en medio

March 11, 2012

Sé que dicen que hay dos temas que uno nunca debe tocar en público: religión y política. Pero como este blog es mío, hoy voy a tocar la política.

Mis opiniones en estos temas suelen ser impopulares así que no os culpo si después de leer lo que tengo que decir os enfadáis conmigo. Lo que quiero que quede claro antes de comenzar es que respeto todos los puntos de vista en temas como política, y aunque a veces hable en un tono tajante, no creo que tener la verdad absoluta, ni siquiera una verdad parcial. Creo que en temas como este todos tenemos un poco de razón, y es bueno escuchar todos los puntos de vista. Si estás en desacuerdo conmigo me encantaría que expusieras tu opinión en los comentarios, eso sí, con un tono de respeto y buen rollo.

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LAS CONVERSACIONES PING PONG

Nunca he sido fan de las conversaciones ping-pong:

– Hola, ¿cómo estás?
– Bien, ¿y tú?
– Bien, ¿cómo está tu familia?
– Bien, ¿y la tuya?
– Bien, ¿y qué más?
– Nada, todo igual, ¿y tú?
– Lo mismo de siempre

Una conversación ping-pong no trata sobre nada en concreto, se puede prolongar indefinidamente, y la identidad de los interlocutores no es un factor importante, quiero decir que se puede sustituir a cualquiera de los dos por otra persona al azar, y la conversación sería la misma.

Todas las conversaciones ping-pong me hacen sentir incómoda. No les encuentro sentido. En el mejor de los casos me siento como si estuviera leyendo mis líneas en un teleprompter. Las peores son las que me interrumpen en medio de una actividad importante. Estoy leyendo, o escribiendo, o tengo un hilo de pensamiento interesante, y entonces tengo la mala suerte de cruzarme con alguien conocido. Tengo poca paciencia para esos intercambios y retomar lo que estaba haciendo después de una interrupción es difícil.

Pero las conversaciones ping-pong son un requisito si quieres ser una persona sociable. Imagino que eso explica mi carácter reclusivo. Aunque no hay intercambio de información, la conversación ping-pong es algo más que una simple cortesía. Cuando te rehusas a participar en ella, el otro se ofende. Digamos que la ganancia de una conversación ping-pong es indirecta: más que una conversación real, es un reconocimiento del otro. No saber reconocer al otro puede tener consecuencias negativas.

Hice mis prácticas de la universidad en la HBO. Después de 6 meses me contrataron como copy-writer. Pero para aprobar la práctica mi jefa tenía que rellenar un informe evaluando mi desempeño. Me dijo que no había dejado una buena impresión. Eso me sorprendió. Le pregunté por qué. Ella me dijo que no tenían ninguna queja de mi trabajo como tal, que de hecho, era la persona más eficiente del equipo. Su problema conmigo era que no me integré con los demás. Que no bajaba a tomar cervezas con ellos, ni me quedaba a conversar en el pasillo. Así es como la conversación ping-pong (o su falta) te mete en problemas.

LAS CARICIAS SOCIALES

Durante el primer año de vida un bebé necesita del contacto constante con su madre. Si un bebé es aislado de todo contacto físico se deprime tanto que enferma y puede morir (1). Lo que le produce la depresión es la carencia afectiva y la falta de estímulos. El hambre de afecto es tan importante como el hambre de la comida, ambos son necesarios para poder sobrevivir.

Las carencias afectivas también afectan a los adultos. Los prisioneros que han sido sometidos al aislamiento se comportan como los bebés, caen en depresiones, y pueden enfermar y morir. La gente que ha perdido la capacidad de usar sus sentidos (por vejez o por accidentes) puede volverse psicótica. El apetito por el afecto y los estímulos es algo que llevamos con nosotros durante toda la vida.

De todos los tipos de estímulo el mejor es el físico. Una caricia es más efectiva que cualquier palabra. El contacto físico es tan importante que cuando una persona está sola mucho tiempo o se siente aislada, el contacto con un animal puede reemplazar el de una persona. En Japón, por ejemplo, existen los “Neko Café”, son cafés en los que hay muchos gatos, y la gente va para jugar con ellos.

Pero es imposible vivir en un estado de constante contacto físico como el que tienen los bebés con sus madres. Tenemos otras necesidades biológicas que satisfacer, y también tenemos reglas sociales. Al final todos llegamos a un compromiso. Abandonamos la idea del contacto físico constante, y nos conformamos con caricias más sutiles, y hasta simbólicas: nos basta con tener el reconocimiento del otro. Intercambiamos el apetito del afecto por el apetito de reconocimiento.(2)

La conversación ping-pong es solamente un tipo de caricia social. Es la forma en la que dos personas se reconocen entre sí y se rascan mutuamente la espalda.

Existen muchas formas de acariciarse además de la conversación ping-pong. Los “buenos modales” no son más que caricias. Son rituales que tienen un guión conocido por todos, y que aún así ejecutamos sabiendo de antemano qué es lo que va a hacer el otro. Desde pequeños nos enseñan los rituales de los buenos modales: cómo saludar, cómo conversar con tacto, cómo despedirse, cómo comportarse en la mesa, etcétera. Los modales son caricias reglamentadas.

(1) El primer año de vida del niño de René Spitz

(2) Games people play de Eric Berne

LOS GRANFALLOONS

En 4to año del instituto me cambiaron de salón. Aterricé en uno en el que no conocía a nadie. La mayor parte de las mujeres estaba en la sección de humanidades, pero como en aquella época yo pensaba estudiar biología, me quedé en ciencias con todos los hombres. El tema usual de conversación en el salón era fútbol, puntualmente la Champions League. Me sentía aislada, así que diseñé un plan para poder integrarme un poco a la dinámica del salón: aprendería un poco de fútbol y vería los partidos.

Pero nadie en mi casa veía fútbol. No tenía ni idea de cómo se supone que una persona elige un equipo. Quiero decir, que si vives en Europa es fácil porque escoges el equipo de tu ciudad, ¿no?, pero si no tienes nada que ver con aquello… ¿En qué te basas para elegir un equipo? La cosa me resultaba bastante absurda, pero como quería participar elegí el Milan porque los colores de su uniforme iban mejor con mi complexión.

Después de un par de semanas podía conversar sobre fútbol básico y me integré rápido. Aprendí los nombres de los jugadores de cada equipo, pero los partidos me aburrían. Me quedaba dormida antes de que terminara el primer tiempo. Mi primera gran decepción fueron los fichajes. Pensaba que los equipos eran como las bandas de música. Que el Milan era el Milan porque en él jugaban Maldini y Schevchenko (o como sea) y el resto de los jugadores. Eso es lo que lo hacía el Milan. Pero, para mi sorpresa, los jugadores podían ser fichados por otro equipo. Y así al año siguiente la mitad de los jugadores eran nuevos, los viejos estaban en otros equipos, y yo estaba súper confundida. Nunca logré entender qué es lo que hace que un equipo sea ese equipo y no otro, apartando las camisetas.

Eso es justamente un granfalloon(1): una agrupación de gente sin un significado real. Vínculos vacíos. Todos los “equipos” son granfalloons: los hinchas del Barcelona, el partido comunista, el Opus Dei, la asociación de vecinos, los andaluces, las bloggers de moda, las feministas, las damas que luchan contra el cáncer de mama, los sindicatos, la nobleza, y cualquier nación.

No importa qué tan noble sea la causa que une a un grupo de gente, cuando usan el grupo para autodefinirse, son granfalloons. Cuando entras en este tipo de grupos sientes la presión de adoptar sus tradiciones, sus símbolos, y sus creencias. A cambio recibes dos cosas: una nueva forma de ordenar el mundo (nosotros y ellos), y una fuente de orgullo (yo pertenenzco). El grupo es un espacio para las caricias.

Un grupo es más que la suma de sus partes. La conducta de las personas individuales no determina el comportamiento del grupo, más bien es al revés, el grupo determina el comportamiento individual porque es una entidad en sí misma. La identidad del grupo le ofrece al individuo una forma fácil de definirse.

(1) Granfalloon es un término que acuñó Kurt Vonnegut en Cat’s Cradle.

NOSOTROS Y ELLOS

Los grupos de personas se unen entre sí para formar una identidad común. Lo hacen separándose del resto. Una persona siente que es parte de un grupo porque no es parte de otros. En todo grupo hay una idea clara de lo que significa “nosotros” y “ellos”. “Nosotros” somos los que pertenecemos a este grupo, sus miembros. Nos unen ciertas ideas, ideales y símbolos. “Ellos” son el “otro”. El desconocido, el que no se ha suscrito.

Diferentes grupos tienen una forma diferente de lidiar con el “otro”. Los deportes usan la burla, algunas religiones el proselitismo, los cultos el rechazo, los grupos políticos usan todas. Pero en realidad, el grupo también se define en aquello que no es. El “otro” es para el grupo una forma más de auto-definirse, una forma de mantener al grupo unido. Los miembros siempre verán su equipo como superior, exagerarán sus virtudes, minimizarán las diferencias entre los miembros, y exagerarán también los defectos de los otros.

Una misma persona puede pertenecer a varios grupos a la vez siempre y cuando no se solapen. Puede haber un católico que además sea fan del Madrid, y miembro del PP, por ejemplo. Lo que no existe es un católico que sea al mismo tiempo hindú y musulmán. Pero, ¿qué sucede con la persona que no se identifica totalmente con ninguno de los grupos? ¿Qué ocurre cuando esa persona se identifica solamente con una parte de ellos? Cuando una persona coge solamente ciertas partes de la cultura de un grupo, y ciertas partes de otro, cuando está en medio entre varios grupos, todos los grupos lo consideran una amenaza. La persona que está en medio borra las líneas entre el nosotros y el ellos; y en ese sentido borra la identidad grupal. La persona independiente violenta la fantasía de los grupos porque desequilibra la narrativa.

VOLUNTAD Y AUTODETERMINACIÓN

Cuando vivía en Venezuela los de oposición me consideraban chavista, y los chavistas me consideraban “escuálida”. No tuve que hacer mucho para ganarme el repudio de todos. Lo que ocurrió fue que el CNE, que es la institución que se encarga de organizar las votaciones, está dirigida por chavistas y manipulaban las elecciones. Yo dije en público que no pensaba ir a votar en unas elecciones así porque era como ir a jugar un partido cuando el árbitro es un miembro del otro equipo. Que votar en unas elecciones así era legitimizar el proceso. Eso fue suficiente para que me consideraran chavista en la universidad. No soy chavista, ni de la oposición, ambos me desagradan por igual.

A día de hoy me sigue pasando. La gente de derecha me considera socialista, y los de izquierda me consideran facha. Los vegetarianos me consideran insensible, y los omnívoros me consideran vegetariana. Los conservadores me consideran puta, las feministas me consideran retrógrada. Estar en medio es exponerse a ser el blanco perfecto para que todos proyecten en ti su “otro”, pero además te odian un poco más porque a diferencia de su enemigo designado, tú sí estás de acuerdo en algunas de sus cosas. Consideran que les estás robando.

Cuando te abstienes de participar en grupos eres agredido por todos y defendido por ninguno. Te acusan de todo tipo de cosas, y en el fondo lo que buscan es hacerte abdicar. Que cedas a alguno tu voluntad personal. Para mí no hay nada más peligroso.

No creo en la moral. Esto es algo que he comentado antes. No creo en la bondad, ni en la maldad, ni en las virtudes como valores en sí mismos. Para mí el único valor que existe es la voluntad. Cederla es la mayor de las pérdidas.

La voluntad es el único valor que puede tener una persona porque de la voluntad emana todo lo demás. La libertad, por ejemplo, no puede existir sin que exista primero la voluntad. La gente suele pensar que la libertad es tener muchas opciones para elegir, pero si estás parado frente a muchas opciones, no eres libre, estás indeterminado. La libertad sólo existe en el momento de la elección y a través del compromiso. La libertad sólo se vive ejerciéndola, y para ejercerla necesitas voluntad.

Pero la voluntad no implica únicamente movimiento. La voluntad implica un movimiento con una dirección. La voluntad ordena y ejecuta, es lo que le da sentido a las acciones. De la voluntad parte la honestidad, que es expresar el orden elegido por ti en todo lo que haces. Vivir desde la voluntad y a través de la honestidad, es vivir una vida coherente.

Pero el orden es algo interno, y por lo tanto es íntimo. La voluntad sólo es voluntad cuando es individual. La voluntad grupal sólo existe en forma de obediencia. Cuando formas parte de un grupo la única forma de ejercer tu voluntad es minimizando tus diferencias. Para encajar te tienes que sincronizar. Por eso la verdadera voluntad está peleada con la identidad grupal, y cuánto más pretende abarcar un grupo, tanto más aplasta la individualidad.

Cuando un grupo tiene un objetivo claro y puntual, es fácil ser fiel a uno mismo. Si formas parte de la asociación de vecinos, por ejemplo, puedes buscar influenciar las decisiones a tu favor, y no necesariamente vas a delegar una parte importante de tu identidad al grupo. Es más, dudo que alguien se sienta orgulloso de pertenecer a la asociación de vecinos. Pero si formas parte de un grupo más ambicioso, de una religión o un partido político, por ejemplo, entonces cedes una gran parte de tu identidad al grupo. Entregas tu voluntad individual, y a cambio obtienes un sentido de seguridad y de pertenencia. No es un intercambio favorable. Entonces, ¿por qué se une la gente a grupos de este tipo?

Vivir desde la voluntad propia puede ser liberador, pero también es un camino solitario. Vivir por cuenta propia te sitúa en una posición en la que renuncias de antemano a la aprobación externa, a las caricias sociales. Por eso es fácil dejarse llevar por un grupo, compartir la identidad con otros tiene un efecto calmante. Ceder la responsabilidad sobre la propia identidad a alguien más es muy tentador, y cuánto más abarca el grupo, tanto más tentador es dejarse llevar.

Por eso los grupos más exitosos son grupos ideológicos, que le ofrecen a sus miembros un paquete muy completo de creencias, costumbres, tradiciones, y posturas ante la vida. El miembro de un grupo de estos no tiene que plantearse nada, y tampoco tiene que arriesgarse, basta con que se adhiera a ese paquete y será aceptado. Pero esa aceptación no es universal, el “otro” lo rechazará, por eso el miembro de un grupo así tiene que auto-convencerse de que su grupo es el “correcto” y defiende a capa y espada la validez del grupo. Por eso cuando alguien le cuestiona al miembro de un grupo sus creencias reacciona con tanta pasión. Actúan como creyentes.

Para poder vivir desde la voluntad hace falta distancia. Es lo primero. Cuando te distancias de todos los grupos quedas “en el medio”. Te ocurre que tienes la capacidad de ver las cosas con desapego. Puedes opinar libremente porque no te adhieres a ningún estándar externo. Pero cuando eso ocurre comienzas a despertar pasiones negativas en los demás. Tratar con alguien como tú no venía explicado en el manual. Después de pensárselo un rato concluyen que eres parte del “otro” de todas formas.

LO QUE FUNCIONA

En Twitter comentaba que yo no soy ni de izquierda ni de derecha, que me encantaría crear un nuevo partido político que se llame: “lo que funciona” y que se trate justamente de eso: de hacer lo que funciona. Sin tanta ideología, sin tanto fanatismo, sin tanta filosofía. Lo que funciona y ya.

Para mí el gobierno debe ser como el conserje de un edificio. Debe ordenarlo todo muy bien, administrar los recursos, cuidar de las cosas, y limpiar. Si todo funciona correctamente, ¿importa la filosofía del conserje? El mejor gobierno sería un gobierno invisible. Que haga ajustes, correcciones, y que mantenga el equilibrio, y poco más.

No necesito un gobierno idealista. Me da igual la teoría, lo que importa es la práctica, que la gente viva bien y que las cosas funcionen. Todo lo demás es paja. Quizás piensas que es fácil hablar desde mi posición, que venir de una familia privilegiada me hace una hipócrita, y mira, quizás tengas razón, pero mi opinión no nace de allí, sino de haber vivido tanto en regímenes de izquierda como de derecha y no estar satisfecha con ninguno de los dos.

Cuando ves más allá de las palabras descubres que por muy idealista que sea un gobierno todo se va a mantener más o menos igual. La ideología es un colchón que usan los políticos para amortiguar sus caídas. Cuando la cosa se pone difícil la gente se manifiesta pidiendo “una democracia real”, ¿cómo puedes satisfacer una petición como esa? No hay manera, y tampoco hay forma de medir que se cumpla tu promesa. Si la gente pidiera: “queremos 5 estaciones de metro nuevas en Madrid” por ejemplo, entonces el gobierno se jode y tiene que responder algo concreto.

Cuando ves más allá de las palabras descubres que no hay ningún partido que se ajuste a la vida simple. Las opciones que hay no son lo que funciona. Si pudiera crear un partido nuevo, me gustaría quedarme solamente con lo que funciona de cada uno de los partidos políticos que existen.

De la derecha me quedaría con el sistema económico. De la izquierda tomaría los derechos civiles fundamentales, la igualdad de libertades.

De la izquierda me quedaría con el respeto a los derechos civiles. El derecho al aborto, al matrimonio gay, a la igualdad de condiciones en todo para todos. Rescataría la seguridad social y la educación pública. Son cosas que no deberían negociarse, deberían ser así y ya. De la izquierda desecharía las ayudas, los impuestos desmedidos a las empresas, las protecciones económicas absurdas, las medidas populistas.

Sé que tengo que aclarar el punto de las ayudas porque es fácil malinterpretarlo. En mi opinión la mayoría de las ayudas que da un gobierno son contraproducentes. Es asumir una responsabilidad que no le corresponde. Las ayudas suelen ser medidas populistas que convierten a quien la recibe en un esclavo de ese partido político. Es responsabilidad de cada persona conseguir su sustento y aprender a mantenerse por sí misma. Nadie dice que es fácil, pero de eso se trata la vida. La falta de trabajo no es una excusa, hay muchas formas de ganarse la vida sin ser un empleado. Las ayudas suelen ser una trampa para la voluntad individual.

De la derecha me gustaría conservar la política económica, la libertad del mercado, la propiedad privada, el respeto al individuo, y la dignidad individual. La derecha trata a los ciudadanos como adultos y no como niños, y eso es más digno. Pero por otro lado no quiero tener que mezclar la religión en el gobierno, no quiero que se le enseñe religión a los niños en el colegio, y no quiero una ley civil que se base en las leyes religiosas, particularmente las católicas. Quitarle la libertad a un individuo de actuar según su propia voluntad es algo que ningún gobierno debería poder hacer.

Creo que es posible hacer una limpieza y llegar a una opción que esté en el medio. Una forma de gobierno que no sea intrusiva en ningún área. Un tipo de gobierno que se encargue de ordenar y de brindar seguridad a sus ciudadanos, y poco más. Que no regulen las libertades civiles, pero que tampoco regulen la economía. Que su primer y único objetivo sea velar porque las cosas FUNCIONEN.

ESTAR EN MEDIO

Pero estar en medio no es sólo una postura política. Es un compromiso personal con uno mismo. Estar en medio es asegurarse de que tu opinión personal es siempre genuina, aunque sea impopular. La persona que está en medio no comulga con causas ajenas sin pensárselo muy bien antes, no se inmiscuye en temas que no comprende, y no se apresura a dar una opinión. La persona que está en medio valora la distancia y la diversidad.

La persona que está en medio respeta al otro en su identidad personal, con sus diferencias. No admira ni teme al grupo. No necesita de la aprobación grupal porque la persona que está en medio se auto-acepta. Cuando le preguntas a una persona que está en medio por qué hace lo que hace, siempre tendrá una respuesta que ofrecer. Aunque esa respuesta sea: “no lo sé”. No fabrica excusas ni siente la necesidad de ser lógico todo el tiempo. La persona que está en medio es capaz de defenderse frente a la agresión ajena. No sólo se defiende, se defiende muy bien porque sabe que es el único responsable por su defensa. No hay un grupo que lo respalde.

La persona que está en medio sabe que es el único responsable de su propio bienestar y no le cede esa responsabilidad a nadie más.

Tengo algo importante que deciros y es que acabo de publicar un libro. Trata sobre la independencia emocional y la autodeterminación. Se llama “La Vida Simple”, cuesta 15 euros y puedes comprarlo en paypal por aquí. Si quieres leer un poco más sobre el libro antes de comprarlo puedes leer el FAQ

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Mis tetas y yo

March 1, 2012

Las tetas es un tema que todo el mundo quiere tocar, pero poca gente lo hace desde la honestidad. Las revistas te dan tips para sacarles partido, tus amigos se sientan a valorarlas, los políticos buscan legislar sobre la teta, las redes sociales directamente la prohíben, la asociación contra el cáncer te advierte de sus riesgos, y los cirujanos de la ley de la gravedad.

Pero las tetas son parte de una persona. Aprendemos desde pequeñas que hay que temer a nuestras tetas, y nadie nos enseña a amarlas. Podrías pensar que este artículo es simplemente una excusa para enseñar las mías, pero te puedo asegurar que al terminar de leerlo te dará vergüenza haber pensado eso.

¿Qué se siente al tener tetas? No es una pregunta que uno se plantea a menudo. Tener tetas es raro. Una niña pasa los primeros 12 o 13 años de su vida sin tetas. Después, un buen día, le salen dos objetos en medio del pecho que redefinen su relación con el mundo. No se puede estar preparado para un cambio así.

Hay niñas que se desarrollan demasiado pronto, son las primeras de la clase. Sus tetas le parecen un cartel que anuncia al mundo su condición. Las hay que se desarrollan tarde. Sus amigas tienen tetas y ella no. Se pregunta si todo está bien, si a ella también le saldrán y cómo serán. Hay otras que se quedan esperando porque nunca les salen. Y todas, independientemente del momento en el que les ocurra, sienten angustia.

Frente al espejo la niña descubre que las tetas no tienen un propósito propio. Las tetas son para el otro. Para amamantar a un niño en un futuro. Para ser codiciadas por un hombre. Las tetas no sirven para nada si no hay un otro. Son una expresión física de su condición femenina. De ser un ser para otro ser. Un ser que se define en el otro. Toda la injusticia de la especie se concentra para ella en su pecho. El útero también es injusto, pero odiar la regla es algo que se acepta socialmente. Para odiar las tetas tienes permiso, pero únicamente en cuanto a sus particularidades “odio mis tetas porque son así” y no en cuanto a concepto.

Después está el tema de la atracción. La niña que posee tetas descubre que no le es indiferente a la mirada de los hombres. Los ojos la siguen a donde va. Antes de tener tetas, una niña tiene culo, es cierto, pero el culo siempre se está yendo, las miradas se le pegan por detrás. Las tetas siempre están viniendo, y encontrarse de frente con la mirada del otro es una experiencia nueva. La niña se siente protagonista, pero no sabe qué sentir al respecto. No sabe si quiere o no la atracción que genera. Puede sentir que no la merece, que no ha hecho nada para conseguirla. Las tetas crecieron en ella sin su intervención.

Algunas se descubren poderosas. Yo tenía una amiga en el instituto que tenía las tetas grandes y sabía explotar su poder. Como consecuencia le pusieron de sobrenombre “la Chichi” por esta canción. No hace falta mucho para ser la puta del instituto. Muchas de las niñas que tienen mala fama la tienen más por la forma de sus tetas que por su experiencia, su cuerpo las traiciona. Nadie quiere ser La Chichi.

Después del instituto las consideraciones son de otro tipo. Dependiendo del lugar en el que vives las tetas simbolizan cosas distintas. Por lo que sale en las noticias puedes pensar que en Venezuela es casi obligatorio tener las tetas operadas y enseñarlas, pero en realidad eso depende de tu círculo social. En el mío tener las tetas grandes y usar ropa ajustada es considerado de baja clase social. La gente de bien se cuida mucho de este tipo de deslices, porque a diferencia de Europa donde el orden social en la mayoría de los casos está determinado por la raza, en Latinoamérica el orden social se establece por la clase socioeconómica.

Algunas sufrimos por tenerlas grandes, otras por ser planas. A algunas mujeres no les gusta la forma de sus tetas, a otras el color. Los pelos son más comunes de lo que todo el mundo cree. Algunas tienen los pezones raros, invertidos, o demasiado grandes, o protuberantes. No hay un prototipo de teta normal, aunque todas creemos que sí. Aceptar tus propias tetas es un proceso que dura años, y cuando finalmente lo haces, se te empiezan a caer.

LAS TETAS: EL DEBATE

Yo sabía que tenía las tetas grandes, y por eso me esforzaba por ocultarlas. No quería ser una “choni”. Además me gustaba la moda con todos sus mitos. Pensaba que un componente del buen vestir era el desdén por lo sexy. De manera que pasé alrededor de 10 años con cuellos cisne, pelo corto, y una talla incorrecta de sujetador.

Hace dos años más o menos que me he liberado de los cuellos cisne poco a poco. No es que vaya en tetas por la calle, simplemente he sustituido los jerseys por camisetas de cuello abierto. Ha sido una lucha contra mis propios prejuicios, pero lo he logrado. Lo sorprendente es ver las reacciones de la gente ante mi nuevo “look”. Nada de lo que he hecho en mi vida ha generado tanta polémica. Me acusan de todo tipo de cosas. De enseñar mis tetas para ganar popularidad, de habérmelas operado, de ser machista, hasta de “venderme”.

Mi primer “fan”, un argentino que se llama Serge, me seguía desde que abrí el blog. Me escribía por email. Él y su novia tienen un estudio de fotografía, o de estilismo, no recuerdo, el caso es que me enviaba sus fotos para que le diera mi opinión de vez en cuando, y a lo largo de un año intercambiamos varios correos. Pues bastó con que pusiera este post para que pasara de admirarme a repudiarme. No sólo me dejó un par de comentarios en el grupo de Facebook “y ese boobshot?”, sino que además me envió un email diciéndome que su novia y él se habían equivocado conmigo.

La verdad es que es la primera vez que me toca estar de este lado del debate. No los culpo porque cubierta hasta el cuello yo también me sentía sobre una tarima moral. Yo apuntaba el dedo. Criticaba el escote ajeno. Una vez dije de una amiga que se vestía como una “secretaria porno”. Kim Kardashian me parecía una desvergonzada. Paris Hilton no. No tenía que ver con su actitud sino con el tamaño de sus tetas.

EL PACTO DE EVA

El verano pasado Israel y yo fuimos a Málaga. Estábamos tumbados en la playa tan tranquilos, cuando de la nada salió una tía en tetas, puso su toalla en la arena frente a nosotros y se acostó a tomar el sol. No era una tía especialmente guapa, y ni siquiera estaba mirando a Israel, pero yo me indigné.

Para situaros un poco en contexto: no estoy acostumbrada a ver tías en tetas. En América es ilegal tomar el sol topless excepto en las playas nudistas. Todas se operan en Venezuela, pero nadie se quita el bañador. Así que la imagen fue algo nuevo para mí. Por otro lado, aceptar mis sentimientos negativos también era algo nuevo. No se supone que uno debe sentir indignación frente a una tía sin bañador. Pero estaba practicando la auto-aceptación, y la primera parte de la auto-aceptación es verse tal cual uno es.

Me indigné, me puse territorial. Lo que yo sentí era una traición. Pero nada había ocurrido. ¿Por qué me sentía traicionada?

Le dije a Isra: “Si ella quería venir a la playa en tetas, debería haber venido con sus amigas. Eso estaría bien. Pero ¿venir sola, en tetas, y acostarse allí frente a todo el mundo? Eso sólo lo haces si estás buscando algo” Intenté darle la vuelta a la idea: ¿qué pasaría si algo hubiese pasado? ¿con quién me enfadaría? Mi respuesta me confundió aún más: me enfadaría con mi novio. Entonces, ¿dónde está realmente el problema?, ¿cuál es la traición que ella comete? y más importante aún: ¿contra quién?

No creas que yo aceptaba estas ideas con facilidad. Sé que son súper machistas. Pero la única manera de combatirlas es permitiéndome sentirlas, para poder entender de dónde salen. Después de darle vueltas durante horas descubrí lo que sentía realmente: el acto de ir a la playa en tetas es injusto porque tienta a los hombres, incluyendo a mi novio. En ese momento escuché un eco en mi cabeza. La idea me resultaba familiar, muy familiar, de hecho. Es una idea muy antigua. Salió de la Biblia, del episodio de Adán y Eva.

Eva tentó a Adán. Adán no tiene la culpa de su pecado porque fue Eva quién lo tentó. ¿Por qué Adán no se resistió? Porque no pudo. Eva es irresistible. Su poder radica allí. Las tetas simbolizan la sexualidad feminina, son la marca de Eva. La sexualidad femenina es el pecado original, la mujer es la pecadora, y las tetas son su arma. El hombre se defiende del peligro que ella representa cubriéndola. Le hace cubrirse de la misma manera en la que Eva se cubrió después de probar la manzana.

EL LUGAR DE LA MUJER

Pero la idea de que la mujer es peligrosa no es exclusiva de occidente. La Biblia no creó esa idea, es sólo un reflejo de un sentimiento que la precede. Para estudiar este tipo de cosas, el lugar que ocupa un concepto (la idea de la feminidad) dentro de una cultura se suele estudiar usar la lingüística.

Las palabras estructuran nuestro mundo. Sus categorías lo ordenan. Agrupamos bajo una misma categoría los objetos que consideramos semejantes. El lugar de la mujer se estudia desde la categoría más amplia: el género. Se estudia, por ejemplo, el tipo de palabras que tienen género femenino y por qué se les agrupa junto a la mujer. Qué dice de la visión que tiene una cultura de la mujer cuando comparte género con ciertas cosas y no con otras. Por qué en español la casa es femenina y no masculina, por ejemplo.

No todas las culturas tienen género femenino y masculino en su lenguaje, el inglés, por ejemplo, es un idioma neutro. En el español tenemos 2 géneros: femenino y masculino. Pero en Australia existe entre las tribus aborígenes un idioma llamado Dyirbal que tiene 4 géneros diferentes: masculino, femenino, vegetales, y misceláneos. Dentro del género masculino están los hombres, los peces, las culebras, los kanguros, y las lanzas. Dentro del género femenino está la mujer, el fuego, y las cosas peligrosas (1). La mujer para ellos es fogosa y peligrosa. Un ser de cuidado.

El Dyirbal lo hace de manera explícita, pero en la mayoría de las culturas la mujer está vista de esa forma: como una criatura peligrosa, difícil de comprender, e irresistible al mismo tiempo.

(1) Women, fire, and dangerous things de George Lankoff

LA MUJER COMO EL OTRO

A la mujer se le teme también porque es “lo desconocido”. La mujer ocupa el lugar de “el otro”. El hombre se siente sujeto de su mundo, y sitúa a la mujer a su lado. Es lo suficientemente parecida a él como para poder reflejarse en ella, y al mismo tiempo también la desconoce, se le escapa. Ella es al mismo tiempo conocida y desconocida, la interrogante y la respuesta, y como es distinta de él, ella es para él su juez. Por eso un hombre de negocios le consulta sus decisiones a la mujer. Puede que ella no tenga idea del tema, pero él toma en cuenta su opinión porque ella es la juez de su mundo.

El hombre teme al poder de la mujer y al cubrirla “desaparece” su feminidad, su otredad, su amenaza. Ella acepta cubrirse siempre y cuando todas las demás mujeres se cubran con ella. Dado que la sexualidad femenina es irresistible, la mujer cree que nada puede competir contra unas tetas desnudas. No importa qué tan bella, inteligente, sensible, o apetecible ella se considere, cree que frente a unas tetas desnudas, su atractivo queda “neutralizado”. Por esa razón ella sólo acepta cubrirse si no hay otras tetas a la vista.

El pacto de Eva también es un pacto entre mujeres, y traicionarlo tiene consecuencias. Cubrir las tetas es un pacto de desarme. Muchos países tienen armas nucleares, pero hay un acuerdo tácito, un pacto, de no usarlas. Si un país amenaza con hacer uso de su poder atómico, los otros países lo condenan. Y lo mismo ocurre con las tetas.

La mujer que se exhibe traiciona ese pacto. Salir en tetas es hacer uso de tu bomba atómica cuando todos los demás guardan las suyas. Es violar un pacto que iniciaron los hombres, pero que perpetuamos todos. La mujer vigila que el pacto se cumpla, y castiga a la infractora con la burla, el rechazo, o el ostracismo. El hombre, en cambio, anhela que rompa el pacto, pero cuando lo hace la tilda de puta.

La mujer somete a la infractora a la burla para desacreditar la amenaza que representa. El hombre tilda a la infractora de puta para desacreditarla como juez. El hombre teme el juicio de la mujer fácil. Si una mujer ha estado con muchos hombres diferentes, puede juzgarlo a él, y por lo tanto, puede poner en riesgo su masculinidad. La mujer virgen no ha estado con nadie y el hombre junto a ella se siente seguro. La mujer es peligrosa para el hombre en cuanto a que lo juzga. Tildar a una mujer de puta es descalificar su argumento a priori. La mujer es peligrosa para la mujer en cuanto a que aniquila su atractivo. Tildar a una mujer que se exhibe de puta es para ambos una manera de protegerse.

Pero la castigue un hombre o una mujer, para que el castigo sea efectivo tiene que hacerse en presencia de un tercero. Por eso el castigo es siempre en público. El castigo es siempre social.

LA HERENCIA DEL MONOTEÍSMO

Soy judía y estudié en un colegio judío. Desde pequeña me enseñaron a sentir orgullo por ser la primera religión monoteísta del mundo. Se nos enseña que el monoteísmo es la forma más civilizada de religión. Que el politeísmo es absurdo, el paganismo es arcaico, y la idolatría está vinculada a religiones crueles.

Imagino que a los católicos les enseñan algo parecido. Que creer en un sólo dios es la forma “correcta” de entender el mundo. El agravante en el catolicismo es que además es proselitista. No solamente lo consideran correcto, sino que consideran que es lo ÚNICO que es correcto. Esperan que todos los pueblos adopten su religión.

Pero en el monoteísmo, ¿cuál es el papel de la mujer? Si el pacto de Eva salió de la Biblia, ¿qué otras cosas que nos afectan tienen sus raíces en la religión?

La relación del hombre con la mujer (y por lo tanto el lugar que la mujer ocupaba en su sociedad) ha cambiado varias veces a lo largo del tiempo. Por lo general está vinculado al lugar que el hombre le da a la naturaleza, y en especial al lugar que le da a la tierra.

Durante la era paleolítica el hombre era nómada y se mantenía de la caza, la pesca, y la recolección. Los viajes eran largos, el territorio difícil, el clima duro. El hombre del paleolítico empleó toda su energía en sobrevivir. Pero a pesar de que sabía construir herramientas, no sabía sembrar ni domesticar animales.

En esa cultura primitiva, la mujer no gozaba de una buena posición dentro de la jerarquía social. Movilizarse de un lugar a otro era un trabajo arduo. La mujer es más débil que el hombre y por lo tanto no puede cargar mucho peso. Pero sí consume: come y bebe tanto como él. Durante varios días cada mes está indispuesta. El niño era una carga aún más pesada que la mujer porque durante 3 años no puede ni caminar. Cuando digo que no gozaba de una buena posición en la jerarquía social me refiero a que cuando no habían suficientes recursos sacrificaban a los niños y dejaban a las mujeres atrás (1).

Todo cambió con el sedentarismo hace unos 15 mil años. Por primera vez la tierra se convirtió en un recurso escaso. Los hombres querían tierra para sembrarla y para cuidar de sus rebaños. Se sentían atados a ella de una forma especial. Los sedentarios sacaban su comida de la siembra, y a diferencia del nómada, él podía administrarse. Sabía de cuánta comida disponía, podía guardarla para momentos de escasez así que los niños y las mujeres dejaron de ser una amenaza para la supervivencia y se convirtieron en una parte necesaria de la familia.

El hombre sedentario descubrió el tiempo. Aprendió a medirlo con las cosechas. Descubrió que el mundo es cíclico. Que las cosechas se corresponden con la luna, con las estaciones, con las mareas. Midió los movimientos de las estrellas en el cielo y creó un calendario. Comprendió que al igual que el universo, la mujer también es cíclica. Su fertilidad la inserta en el tiempo. Para el hombre sedentario la mujer poseía dentro de sí el secreto de la naturaleza. Así se convirtió en la encargada de la siembra ritual, su fertilidad fecundaba también a la Tierra (3).

La siembra era una actividad tan ardua como la caza o la recolección. El hombre sedentario quería varios hijos para poder distribuir el trabajo. Pero desconocía la paternidad. Creía que el embarazo era un secreto de la mujer, que los hijos brotaban de ella como brotan las plantas de la tierra. Así que además de ser la responsable de la fertilidad, la mujer era también la dueña de la vida. Daba la vida y también la quitaba. (4).

Los primeros sedentarios temían al poder de la mujer, y por lo tanto su religión adoraba a La Diosa. Ella era omnipotente, inmortal, y estaba profundamente conectada a la naturaleza. Era la responsable de la capacidad de creación, y también de la de destrucción. Su nombre variaba de acuerdo con la cultura, pero estuvo presente en casi todas las sociedades que se asentaron cerca del Mediterráneo: Astarté, Ishtar, Inanna, Nina, Nut, Isis, Ashtoreth, Au Set, Hathor, Nammu, o Ningal. (5)

No es casual que todas estas diosas estén representadas por sus tetas. Las tetas eran el máximo símbolo de la fertilidad. Las tetas de la mujer eran la fuente de su poder, pero no en cuanto a que el hombre no puede resistirse a ella, sino en cuanto a que es ella quien le da la vida al hombre. Si la mujer es quien da la vida, y quien la quita, el hombre siempre estará sujeto a ella. El hombre es secundario. Sólo existe después de la mujer. Es en este punto en el que entiendes que el pacto de Eva no fue un pacto entre hombres y mujeres, fue un pacto entre el monoteísmo y la mujer. Al cubrirse las tetas la mujer cedió su poder al hombre. Cuando una mujer muestra sus tetas con orgullo no está traicionando un pacto, está desafiando el orden social. Está poniendo en peligro la estabilidad de la estructura patriarcal. La traición y el pecado fueron simplemente dos excusas convenientes para hacer abdicar a la mujer.

El monoteísmo borra a la mujer. En el judaísmo su papel es pasivo. Hay un par de heroínas por ahí, (Yael decapitó a un rey enemigo clavándole una estaca en la cabeza), pero en líneas generales, hay pocas figuras femeninas con las que una mujer judía se puede sentir identificada en un rol activo. El catolicismo lo reduce aún más. Dentro del catolicismo la mujer sólo puede ser María o Eva. La madre bondadosa y pura, o la mujer mala tentadora. No hay intermedios ni otras opciones. Por eso se santifica la maternidad en occidente y se repudian las otras dimensiones de la feminidad.

Como existe un sólo modelo válido a seguir (la vírgen), la única posible interacción entre mujeres es la competencia. Si sólo tienes una meta válida, todo se parece a una carrera. Todas somos versiones más o menos perfectas de lo mismo. En la carrera por la perfección el juego sucio vale: como una mujer sólo puede ser una cosa, y como Eva y María nunca se dan en simultáneo, entonces si demuestro que la que tengo al lado es una Eva, tengo menos competencia en mi carrera. Convertir a otra mujer en Eva es putificarla.

(1) No recuerdo en dónde leí esto, pero el artículo de la wikipedia en inglés sobre el paleolítico está bastante completo, puedes leerlo aquí. Y también hay un artículo muy interesante en Primitivism.com donde explican el impacto de la agricultura en en el hombre, si quieres leerlo pulsa aquí.

(2) The Oxford Encyclopedia of Women in World History, Vol. 1

(3) Lo sagrado y lo profano de Mircea Eliade

(4) El segundo sexo de Simone de Beauvoir

(5) The Living Goddesses de Marija Gimbutas

Nota: no soy teóloga, ni arqueóloga, ni historiadora. Todo lo que sé lo aprendí de Google, descargas ilegales, y libros robados. Hay muchas teorías con respecto a las culturas primitivas. Muchas se contradicen. Yo no sé cuál es la mejor, pero estas son las que más me interesan a mí.

PUTIFICAR

Lo más peligroso del pacto de Eva es que es tácito. Desde que naces formas parte de él sin saberlo. Las mujeres lo perpetuamos sin saber muy bien por qué. A las niñas se les roba el poder desde muy temprano, toda su infancia es una preparación para él. Se les educa para seguir el pacto aún antes de que le salgan las tetas, pero no se le dan razones. Cada vez que la madre se ríe del escote de otra mujer está enviándole a su hija un mensaje velado: debes cubrirte. Y no sólo se educa en la casa, se hace en el colegio, en la tele, en internet. Facebook me quitó esta foto de mi grupo porque viola los términos y condiciones de uso:

El problema no es que Facebook haga cumplir una de sus normas. El problema es que ESA sea una de sus normas. Que consideremos la teta como algo prohibido. Que se ponga a la mujer en una posición en la que cubrir su cuerpo es una obligación. Después de recibir este tipo de mensajes durante toda tu vida, es normal que sientas ganas de repudiar a otra mujer que rompe el pacto. Pero es probable que no sepas el por qué. Es probable que, al igual que me pasó a mí, si te encuentras con una mujer que está rompiendo las reglas te sientas traicionada y que tu sentimiento te parezca irracional. Es probable que quedes tan perpleja y confundida como yo.

Si el mecanismo por el que el pacto se perpetúa en el tiempo es dañino, peor son las consecuencias concretas del pacto: el estigma social de la puta. En inglés tienen una palabra para eso: slutshaming (se pronuncia slotsheimin). En el siguiente vídeo una niña de 13 años explica lo que es el slutshaming y por qué está mal. El video está en inglés, pero si no hablas inglés no te preocupes, voy a explicarlo debajo.

“Slutshaming” es una palabra compuesta por dos palabras más: “slut” que significa “puta”, y “shaming” que significa “avergonzar a otro”. Pero aquí en A70 lo voy a llamar “putificar” para hacernos la vida más fácil.

Putificar significa degradar o burlarse de otra mujer por su conducta sexual. Las excusas para putificar a otra mujer son muchas. Se le putifica por usar ropa ajustada o reveladora, por disfrutar del sexo, por tener sexo con frecuencia, o con varias personas, o incluso se le puede putificar porque existe un rumor sobre ella. No siempre se le putifica implicando que es una puta. Se puede hacer de una manera más sutil implicando que por su conducta sexual es tonta, superficial, o machista, o cualquier otra cosa negativa.

Una persona que putifica a otra cree que está castigándola solamente a ella, pero dado que la putificación se hace en público, el mensaje es para todos y es el siguiente: una mujer que disfruta de su sexualidad es mala, participar en actividades sexuales es malo, la mujer debe cubrirse. O mi favorito: nadie quiere a una mujer que es una puta.

Pero si el sexo es concensuado y te sientes segura con tu pareja… entonces el sexo es bueno. Disfrutar de tu cuerpo es bueno. Expresar tu sexualidad es bueno. Lo que hagas con tu cuerpo, con tu ropa, y con tu pareja es algo privado. Nadie tiene derecho a juzgarte por eso. No, ni siquiera tu madre.

La putificación alimenta la tolerancia a la violencia contra la mujer. El pacto de cubrir a las mujeres parte de la excusa monoteísta de que su sexualidad es peligrosa. Que al igual que Adán, el hombre no se puede resistir al pecado de la mujer. Esa idea representa un grave peligro para nosotras. Si la mujer es la que tienta y el hombre no se puede resistir, entonces ¿de quién es la responsabilidad cuando ocurre una violación? Si crees en el pacto, entonces la respuesta es simple: la mujer tiene la culpa por haberse expuesto. El hombre no se puede resistir. ¿Ves el error?

Hace unos meses en Nueva York un profesor de universidad le dijo a sus alumnas que no usaran faldas cortas o shorts si no querían que las violen. Semanas después una mujer iba en bicicleta con minifalda y un policía la paró y le dijo que fuera a su casa a cambiarse de ropa si quería evitar una violación. Este tipo de cosas no se quedaron atrás. Pasan cada día a nuestro alrededor. (1)

Al mismo tiempo alimenta la idea de que está bien burlarse o degradar a otra mujer. Propaga la idea de que está bien ser violento (verbal, o físicamente) con ella si ella rompe alguna regla social. Pero ser violento nunca está bien.

La única manera de liberarnos del pacto es ver a las mujeres que nos rodean como aliadas, y no como enemigas. En vez de criticarles el escote, apláudelo. Apláudelo aunque tú no te lo pongas. Aplaude su coraje, y aplaude también su libertad de elección.

(1) Duly Noted: Scenes from SlutWalk NYC

EL FEMINISMO MACHISTA

En mi grupo de Facebook hubo una discusión sobre feminismo hace poco. Lo que me sorprendió es que mucha gente tiene una idea equivocada de lo que significa el feminismo. Algunos creen que es “como el machismo pero al revés”. Otros creen que las mujeres quieren ser exactamente iguales a los hombres. Entiendo que tengan esas lagunas porque en nuestra cultura el feminismo siempre se ha visto como algo extraño. Pero aquí voy a hacer un repaso veloz de lo que significa en realidad.

El feminismo es buscar activamente la igualdad entre los sexos. ¿Qué tipo de igualdad? Igualdad de derechos, e igualdad de oportunidades. Le debemos gran parte de nuestros derechos al feminismo. Gracias al feminismo podemos votar, por ejemplo. Hay muchos tipos de feminismo, y aún más tipos de feminista. Pero todos parten de las dos premisas anteriores.

Las feministas de los 70 estaban divididas en el tema sexual. Lo llamamos The Sex Wars. Los debates dividieron a las feministas en dos grupos: las anti-porno y las pro-sexo. Las anti-porno consideraban que la sexualidad masculina era la raíz de la opresión de la mujer, que el hombre ve a la mujer como un objeto sexual, y que por eso la mujer debe defenderse. Su idea de defensa era cubrirse, y prohibir la pornografía. Las pro-sexo consideraban que el sexo era algo placentero y bueno para la mujer, que el porno le devolvía algo de su poder, y que la elección le corresponde a la mujer. Al final de los 90 no quedaban ya feministas anti-porno y el tema sexual quedó zanjado con la idea de la elección individual.

Yo en lo personal encuentro el debate a estas alturas absurdo. Me parece absurdo también que el porno se siga viendo tan mal. Yo soy mujer y veo porno. Sé que muchas de vosotras también lo hacéis. Pero es probable que aunque lo hagas sientas vergüenza de hacerlo o de decirlo. Es normal. Lo que no es normal es estigmatizar en público algo que TODOS HACEMOS EN PRIVADO. No voy a proponer que se le cambie el nombre de porno al porno, porque cuando hay actrices maquilladas y cámaras y todo es tan producido es realmente una película como las de Hollywood. Pero cuando una pareja se graba en la tranquilidad de su hogar, o una mujer se hace fotos de su propio cuerpo, para mí no es porno, es sexo. Sexo y ya. Sexo delante de una cámara. ¿A que se te quita la mitad de la vergüenza viéndolo desde esa perspectiva?

Pero en realidad el cisma va más allá del porno. Es algo mucho más profundo. Es una actitud. La feminista anti-porno de esa época sigue existiendo con otra cara. Es la feminista machista de hoy en día que degrada a las mujeres por mostrar su feminidad. Creen que ninguna mujer puede disfrutar de la cocina, o de las manualidades, o de tener hijos, o de sus tetas. Consideran que todas estas cosas son producto de la educación, de la sociedad patriarcal. Y así se enfrentan a la opresión de la mujer negando la feminidad.

Si regresamos al segundo párrafo y volvemos a leer el objetivo del feminismo: la igualdad entre los sexos, la contradicción se hace evidente. Una sola cosa precede la igualdad de derechos y de oportunidades. Lo que está por debajo de todo es la libertad de elección. Sin la libertad de elección, la igualdad de derechos se convierte en una imposición de obligaciones, y la igualdad de oportunidades en un camino designado.

Esto es justamente lo que hace el machismo. El machismo tiene muchas formas, pero lo principal es que busca quitarle a la mujer su capacidad de elegir. Robarle a una persona su libertad de elección es convertirla en una víctima. El machista obliga a la mujer a quedarse en su casa, le prohíbe estudiar, o la fuerza a vestirse de una manera específica. ¿Qué hace el mal feminismo? Lo mismo. Le prohibe que cocine, que se exhiba, que participe del sexo, y que disfrute de su hogar.

En ese sentido el mal feminismo y el machismo son lo mismo, y ambos subordinan la individualidad al bien social. Ambos traicionan al individuo. Pero cada persona sólo vive en su individualidad. La mujer no existe como concepto, sólo se realiza en la singularidad de un sujeto concreto. Nadie se realiza en lo colectivo. Respetar el derecho de libre elección es la base del feminismo, y también de ser una buena persona.

EL REGRESO AL POLITEÍSMO

¿Realmente es tan difícil comprender que la feminidad tiene más de una cara? ¿Que una mujer puede ser más que Eva o María?

Es fascinante ver el cambio del lugar de la mujer en la mitología. ¿Cómo pasamos de adorar a Cibeles, una diosa que va en un carro tirado por leones, a adorar a la Virgen María? Cibeles es fuerte, aguerrida, orgullosa, y poderosa. La virgen es una mujer sumisa, silenciosa, obediente, y esclava del hombre. ¿Con qué excusa convencieron a nuestras abuelas para que cambiaran a Durga por la virgen? La excusa debió ser realmente buena, lo que no me explico es cómo seguimos dándole crédito a religiones tan humillantes.

Lo que voy a decir a continuación te va a sonar bastante New Age, pero dame un voto de confianza y léelo hasta el final porque no soy del tipo de persona que se interesa en el reiki, o en los palitos de incienso. Mi idea va por otro camino.

En el hinduismo, una religión politeísta, existe una diosa llamada Shakti. Es la diosa de la energía cósmica. Es la fuerza que mueve a todo el universo. Es también la diosa del poder creativo de la feminidad, y se le llama “La Gran Madre Divina”. Al igual que la virgen, Shakti es la gran madre, pero a diferencia de la virgen, Shakti tiene poder en sí misma. Shakti no depende de nadie, su existencia está directamente unida al universo, y es la responsable de sus cambios.

Quizás lo más interesante de Shakti es que para los hindúes ella existe dentro de cada mujer. No existe solamente como una manisfestación, no, cada mujer ES Shakti literalmente. Dentro de cada una de nosotras Shakti vive y crea, y por eso para honrar a Shakti tienes que honrarte a ti misma. Shakti no se sacrifica por el otro, ella se regocija en sí misma y conoce su poder de creación. Es una diosa digna.

Al mismo tiempo Shakti convive perfectamente con todas las demás diosas del hinduismo. Con Parvati, Lakshmi, Devi, Durga, y Kali. Cada una de ellas es poderosa, y todas son perfectas en sus diferencias. Como no hay un único modelo a seguir, sino múltiples, la mujer hindú aprende a valorar las diferencias en las mujeres que la rodean. La mujer politeísta aprende la tolerancia, la apertura, y a disfrutar de la variedad. La mujer monoteísta aprende a sincronizarse con un sólo ideal y a ver a sus semejantes en términos de competencia.

Quizás el hinduismo está muy lejos de nosotros. Nos es ajeno, pero podemos tomar como ejemplo las religiones politeístas de nuestro pasado. Las mujeres griegas, por ejemplo, también vivían en una sociedad patriarcal como la nuestra, y sin embargo en Grecia tenían 12 dioses principales: 6 eran hombres, y 6 eran mujeres.

El cielo, la tierra, el mar, y el inframundo estaban gobernados por los dioses masculinos, pero cada una de las diosas navegaba dentro de esa realidad de una forma diferente. Algunas se unían a los hombres y se desprendían de la feminidad (como Atenea, o las feministas anti-porno), otras se apartaban (como Ártemis), algunas se aislaban hacia adentro como Hestia, y otras vivían dentro de la sociedad, aceptando su rol de mujer (Hera, Perséfone, Démeter). Finalmente estaba Afrodita que vivía bajo sus propias reglas, tomando amantes por placer.

Cada una de estas diosas representa una cara de la feminidad. Son una fracción de La Diosa. Afrodita representa la parte fértil de la Diosa. Démeter, su parte maternal. Hera representa el papel de La Diosa como Reina de los Cielos. Pero al fin y al cabo, cada uno de esos arquetipos brota de la psique humana. Todas tenemos diferentes diosas dentro de nosotras que interactúan, se activan y se desactivan a lo largo de nuestra vida.

Existe la mujer que ama lo salvaje y que desea ser libre como Ártemis, pero también existe Hestia, la diosa del hogar, que ama su casa y la autoreflexión. Hay mujeres a las que les gusta genuinamente cocinar, bordar, tejer, y tener hijos. Es tan válido disfrutar de esas cosas como ser una mujer de carrera, una exploradora, o mujer de mundo.(1) También puedes adoptar varios modelos diferentes. Hay mujeres que se sienten mal porque creen que su personalidad es contradictoria, pero quizás tienen varias diosas diferentes dentro de sí, y eso está perfectamente bien.

Cuando te abres a nuevos arquetipos, a nuevas diosas, eres tolerante con las mujeres que hay a tu alrededor. Comprendes que el mundo no es una carrera, y que no existe una sola meta. Hay muchas maneras de ser mujer, y cada una es válida. El camino de la autoaceptación comienza por la apertura mental.

(1) Estas ideas sobre los arquetipos de las diosas griegas no son mías, son de una psicoanalista jungiana que se llama Jean Shinoda Bolen. A los que recibís mi newsletter, os comenté que estaba leyendo su libro en el newsletter #2. Si quieres leerlo puedes comprarlo en el FNAC o por Amazon.

ACEPTA TUS TETAS

Tus tetas son tuyas. Te hacen mujer con todo lo que eso significa. Las tetas te dan tu poder. Ellas simbolizan tu fertilidad, tu conexión con la naturaleza, tu lugar en el mundo. En ellas se plasma tu poder de dar la vida. No renuncies a tu poder sin dar una buena pelea.

Cuando te mires al espejo sé gentil con tus tetas. Cuando escojas tu ropa también. Compra los mejores sujetadores para ti, que sean de tu talla y te den un buen soporte. Camina sacando el pecho y no encorvándolo. No las critiques por sus “fallos”. Si estás descontenta con tus tetas, en el fondo es un reflejo de un descontento más profundo hacia ti misma. Aprende a querer a tus tetas y te estarás aceptando un poco más.

Ama tus tetas cada día, y siéntete orgullosa por tenerlas. Comprende a las mujeres que te rodean. Aprende también a apreciar las tetas ajenas porque después de todo, son también símbolos de tu feminidad. No juzgues a otras por su escote, ni siquiera a las famosas. Lleva tu feminidad con orgullo. Lo que quiero decir es que toda mujer debería sentir la libertad de mostrarse como quiere y cuando quiere sin ser juzgada por su elección. Si quieres usar escotes, o si quieres mostrar tus tetas, ¡hazlo! y si alguien te critica siéntete libre de hacerles un corte de mangas.

No sé si lo sabes pero dos veces a la semana envío un newsletter con contenido diferente al de la web. Envío fotos personales, anécdotas sobre mi vida, cosas que me gustan, y los mejores enlaces de internet. Si te quieres suscribir pulsa aquí.

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Dale una patada a la depresión

February 23, 2012

Esta es la segunda parte de un artículo que escribí acerca del estancamiento. Se llama Rompe tu currículum.

Si no lo has leído aún, es mejor que empieces por allí, así podrás entender bien este artículo. Aunque de todas formas te voy a hacer un resúmen.

Zugzwang (se pronuncia tsuk tsvank). Significa “compulsión de movimiento”, y se usa para describir un tablero en el que el jugador al que le toca mover descubre que cualquier movimiento posible sólo empeora su situación. Mover una pieza implica hacer grandes concesiones, a veces incluso poner en riesgo la partida. La opción más ventajosa para el jugador sería paralizar el tablero, quedarse como está, pero en el ajedrez es imposible dejar el turno pasar. Te encuentras en Zugzwang cuando permanecer estático es tu opción más favorable pero estás obligado a moverte.

Cualquier persona puede caer en Zugzwang. Se diferencia de la depresión en que es solamente un estado de parálisis. No quieres moverte porque no le encuentras sentido al movimiento. A veces la parálisis puede desembocar en depresión, así que para darle una patada en el culo, debes comenzar por desbloquear el Zugzwang.

En el primer artículo hablé de la parálisis del recién graduado. De la persona que está buscando un trabajo sin conseguirlo. Del que vive con los padres porque no le queda otra opción. Mi solución a ese tipo de Zugzwang era ser generoso con el talento, y sí es cierto que es lo mejor que puedes hacer para resolver un problema así en ese momento. Pero en realidad el Zugzwang es algo universal. Es la idea del estancamiento.

Una persona se puede estancar por muchas razones. Hay gente que lleva años en el mismo trabajo. No les gusta, saben que no van a llegar a ninguna parte, que un ascenso es una idea remota, y que aunque lo obtuvieran el trabajo les seguiría pareciendo un peso. No hacen nada. Hacer su trabajo bien requiere poner más esfuerzo en algo que no les interesa. Renunciar los dejaría en una situación peor. Así que ahí se quedan durante años, en su trabajo mediocre, cobrando un sueldo por algo que no les gusta y lamentándose por su situación. También está la madre que dedicó toda su vida a sus hijos, un día los hijos se van de la casa y la madre se encuentra sola y no sabe qué hacer. Los sueños que dejó a medias le parecen infantiles. Sus deseos le parecen algo distante. No sabe qué hacer con tanto tiempo libre. Se estanca. Está el hombre que se casó por inercia. Diez años después tiene 2 hijos, una hipoteca, y una esposa a la que ya no reconoce. Gana un cheque a final de mes que se va íntegro en leche, pañales, comida, y alquiler. No puede abandonar su situación porque no cree tener el coraje para enfrentarse a su mujer. Tampoco busca mejorarla porque no se siente a gusto, no es donde quiere estar. Se estanca.

El Zugzwang es un enemigo insidioso. Piensas que estás posponiendo el movimiento. Que sólo estás esperando a que aparezca una buena oportunidad para actuar, pero mientras más tiempo pasas paralizado, menos oportunidades se presentan. Y las que sí tenías comienzan a desaparecer. El Zugzwang es una serpiente que se muerde su propia cola.

Las razones para estancarse son miles, y sólo una de ellas se resuelve compartiendo el talento. Así que he escrito este post para expandir la idea del anterior y dar soluciones generales al problema. Este post seguramente tendrá un tono de auto-ayuda, y quizás te parezca algo tonto. A mí también me parece tonta la auto-ayuda. Tratar de crear una receta universal para un problema que es tan individual es un poco tonto. No pienso que lo que pongo aquí sirva para todo el mundo por igual, no tengo las respuestas. Pero lo más importante para salir de un problema de este tipo es tener las ganas de salir de él. Puede que lo que ponga aquí no te funcione, pero tampoco te hará daño. Es cuestión de probar.

He estado pensando mucho en la generosidad como forma de vida. Es una idea que ocupa gran parte de mi tiempo. Estoy tratando de poner por escrito todas las cosas he hecho en lo práctico que me han ayudado. Algunas las hice a propósito, otras salieron espontáneamente, pero todas me ayudaron a romper el círculo vicioso.

Todo lo que diré a continuación se puede resumir en una idea muy simple:

Tu interior y tu exterior son la misma cosa. Todo lo que hagas hacia afuera tiene el mismo efecto hacia adentro.

LA BUENA ACTITUD

La buena actitud trae “suerte”. Es posible ser la persona con más suerte del mundo. Sólo tienes que cuidar de tu actitud. Esto lo aprendí de Israel. Él cree de todo corazón en la suerte. Tiene una cartera de la suerte (se le está cayendo a pedazos de lo vieja que es). Y yo me río de él, pero le funciona. [No, no es que yo crea en la suerte, no se puede creer o no creer en la suerte, la suerte existe y ya – Israel]

Pero él dice que lo más importante no es la suerte sino la actitud. Al nacer te pueden repartir una muy buena mano de cartas, pero si no las sabes jugar, si utilizas tus cartas de manera estúpida no sirve de nada que buenas cartas te hayan dado. De la misma manera, te puede tocar una mano mala, y si sabes darle la vuelta, si tienes una buena actitud si usas la vida de manera inteligente puedes ser el hombre más afortunado del mundo. La buena actitud es saber jugar tus cartas bien. Israel tiene muchas reglas de ‘la buena actitud’, pero estas son para mí las más importantes:

  • Respeta tu trabajo: aunque no vayas a salir de tu casa, vístete. No te sientes frente al ordenador en pijama.
  • Manten una buena apariencia. Compra lo mejor que te puedas permitir. Sentirte bien al verte en un espejo hace que tengas confianza en cualquier cosa que vayas a hacer.
  • Se valiente o por lo menos no seas cobarde. No te paralices ni tengas miedo a “lo que pueda pasar” si crees en lo que vas a hacer hazlo sin que nada te frene.
  • Usa tu dinero, deja que fluya. El dinero es como el agua, si se queda estancado en el banco, o en un cajón, se pudre. Si no dejas a tu dinero ir, no vuelve, no generas más. Da lo mismo si tienes 20 o 200. No te apegues a él. Usalo inteligentemente. No gastar por miedo es casi peor que derrochar a lo loco.
  • Cuando tengas una idea ponte a ello al momento. No pierdas el tiempo planeandolo todo al milimetro por miedo a “lo que pueda pasar”. Ponte a trabajar inmediatamente y si tienes que corregir algo, mejor hacerlo sobre la marcha.

Más allá del dinero o del trabajo, creo que la buena actitud es cuidar de uno mismo. Es tratarse a uno mismo con bondad. Tener una buena actitud es ser generoso hacia adentro.

BAILA, BAILA, BAILA

Hay líneas finas que nos unen. No, mentira, no nos unen. Nosotros somos las líneas. Somos hilos muy delgados que descansan sobre un telar. Los hilos se tejen entre sí, y consigo mismos. Tejen tapices con el tiempo. Esto no me lo estoy inventando yo. La analogía de los hilos y la vida existe desde que el hombre es hombre. Quizás el mito más importante es el de las Moiras que tejían el destino de los hombres.

Para poder tejer un tapiz lo primordial son los nudos. Para formarlos tienes que mover los hilos. Es imposible crear un tapiz con hilos inmóviles. Si nunca has visto cómo se teje uno prepárate:

Es un trabajo delicado y sensible. Los hilos tienen que ser flexibles, tienen que cruzarse. Deben poder bailar. Así que para salir del Zugzwang tú debes hacer lo mismo. Mientras la música suene, baila, y no te preocupes por nada más. No pienses en las razones. Cada vez que piensas tus pies se detienen, y te estancas. No importa qué tan tonto sea el baile, báilalo. Sólo así se pueden dar las conexiones que buscas. Nadie te garantiza que el tapiz resultante será de tu agrado, o que los nudos se formarán como tú quieres que se formen. Pero lo que es seguro es que mientras te mantengas estático no se formará NINGÚN tapiz. Es imposible posponer la vida para siempre.

Empieza por moverte físicamente: acepta todas las invitaciones que te hagan. Sal de tu casa, sal a pasear. Ve al cine, aunque sea solo. Haz nuevos amigos, recupera los viejos. Planifica un viaje. Hazlo. Es necesario que salgas de tu habitación para que sucedan cosas. Buenas o malas. El estancamiento sólo se combate moviéndose.

Cuando tengas dominado el arte de moverte de tu sitio, lleva tu generosidad un paso más allá: baila con otros. Ayuda a una persona nueva cada día. Un desconocido, o una persona cercana, no importa, da igual. Dedica 10 minutos cada día a ayudar a alguien más. No tienes que hacer mucho, basta con un buen consejo, una palabra de aliento, o una buena acción. Sé el superhéroe de otra persona por un día. Y cuando termines de hacer la acción olvídala. No esperes que te den nada a cambio, ni siquiera su simpatía, porque lo que estás haciendo no es un favor, lo estás haciendo para ti mismo. Ayudar a otros te ayuda a ti. No creo en el karma, pero sí creo que una de las claves para vivir con alegría es generar buen rollo a tu alrededor. Bailar es ser generoso con tu tiempo.

VACÍATE

Durante mi peor Zugzwang mi habitación parecía un ático: estaba llena de trastos. En mi armario había un montón de ropa que jamás me ponía, y esa ropa por lo menos estaba dentro del armario porque la que sí me ponía estaba en una pila sobre la silla del escritorio. Tenía un montón de muebles, libros, y trastos que no usaba. Era un desorden. No sé si tu habitación se parece a la que estoy describiendo, pero si estás en Zugzwang es probable que sí.

**Los espacios que habitamos se parecen mucho a los espacios que nos habitan, si tu habitación es un desastre, tu cabeza también. **

Todos tenemos un ático en la cabeza. Un sitio lleno de trastos que hemos acumulado a lo largo de la vida: proyectos sin terminar, otros que jamás empezamos, recuerdos perdidos, responsabilidades desplazadas, deseos por realizar, afectos en desorden. Todo está allí revuelto. Es la principal causa del malestar.

Cuando tu vida está congestionada, es natural que no te puedas mover. Cuando tu nariz se congestiona no pasa ni el aire. Si quieres desbloquear tu Zugzwang comienza por abrir espacios en tu mente y a tu alrededor.

Vacía tu habitación. Elimina de tu vida los muebles que no usas. Quédate con lo necesario. Regala el resto. Saca toda la ropa de tu armario. Todo lo que no te hayas puesto en los últimos 2 meses regálalo. Regala los libros que no tienes pensado volver a leer. Formatea tu ordenador. Después haz una limpieza a fondo. No vas a creer lo bien que te sientes después. El espacio vacío es un espacio sereno. Puedes hacerlo como un proyecto de fin de semana, o hacer un poquito cada día, da igual, lo importante es que conquistes tu espacio.

Mantén tu habitación en ordenCuando tengas la habitación ordenada, procura mantenerla así. Barre y friega cada mañana. Haz tu cama. Ordena lo que tienes sobre el escritorio. Esta parte es la más complicada. Cuando yo estaba paralizada no quería mover ni un solo plato. Era terrible. No sabía por qué, pero no había forma humana en la que yo pusiera algo de orden a mi alrededor. Lo peor es que yo estaba convencida de que estaba a gusto en mi desorden. Mi madre me reclamaba a diario y en mi cabeza yo pensaba: “¿para qué voy a hacer la cama si la voy a volver a desordenar después?”.

Con el tiempo me di cuenta de lo que estaba pasando. Lo que voy a contar es muy personal y quizás no le sirva a nadie más, pero aún así lo voy a compartir porque si existe una sola persona que lea mi blog y que esté pasando por la misma situación que yo pasé, esto puede ayudarlo. Yo no podía mover los objetos de lugar porque me parecía que era una carga sumamente pesada para mí. A ver si me explico, no era algo racional, pero me di cuenta de que para mí mover una lata era equivalente a mover una montaña. Después pensé que quizás mi problema no era que las cosas fueran demasiado grandes, sino que yo me sentía demasiado pequeña. Y fue algo muy visual.

Si no ponía orden en mi cuarto es porque no ponía orden en mi cabeza. Esperaba que alguien viniera a salvarme. Entonces hice un esfuerzo consciente por mirar las cosas de otra manera. Me acerqué a la pila de ropa, y la miré “desde arriba”, hice un esfuerzo por pensar: “es solamente ropa”, “son solamente latas”, “son solo papeles”. A partir de allí más nunca tuve problemas para ordenar nada, y de hecho me sorprende lo fácil que me resulta.

Si no encuentras la raiz de tu problema es muy difícil atenderlo. Porque aunque pongas todo el esfuerzo del mundo, si para ti cada vaso es una montaña vas a terminar agotado cada día. Dejarás de hacerlo y no te culpo, cualquiera se cansaría en tu lugar. Pero si logras mantener tu cuarto limpio y en orden, la mitad de tu bloqueo desaparecerá.

Ahora ve un paso más allá: ordena tus afectos. Mantener una habitación en orden es un esfuerzo que se renueva cada día. Cada día tienes que dedicar unas horas a limpiar y organizar tu habitación. Lo mismo ocurre con tu ropa, con tu cuerpo, cada día nos duchamos, ¿no? Pero muy poca gente dedica la misma cantidad de tiempo a su cabeza. Y es muy importante mantener la cabeza en orden.

Hacer limpieza, descartar lo que ya no sirve dentro de tu cabeza debe ser una de tus prioridades. Así que cada día aparta una hora para ti mismo y tu mente. Lo que hagas con esa hora depende de ti, lo más importante es el mensaje que te estás dando a ti mismo: tú me importas. Si quieres puedes llevar un cuaderno. Explora lo que sientes y anótalo. Si tienes proyectos pendientes termínalos, aunque sean cosas viejas. Descarta todas las ideas negativas que tienes sobre ti. Deja de pensar en la gente que te hace daño. Puedes leer un poco sobre eso en Cómo lidiar con gente de mierda. Si te sobran amigos, haz una limpieza de esa lista también. Deja únicamente a las personas que te quieren y a las que quieres genuinamente.

Haz un esfuerzo por mantener la mayor cantidad de espacio abierto tanto en tu habitación como en tu cabeza.

Vaciarte es ser generoso con tu espacio.

CULTIVA LA APERTURA

A veces veo a la gente pasar en la calle y es como si tuviera un narrador malvado metido adentro. Me va narrando las cosas más feas sobre la gente. ¿Te ha pasado eso alguna vez?

Cuando me descubro haciéndolo tengo que frenarme. Me digo: “No conoces a estas personas que están cruzando la calle. Es imposible que sepas que él es un infeliz, que no se preocupa ni por su aspecto, que no se ducha ni limpia su casa, que su novia es miserable, que preparan comidas raras para cenar y tienen esa foto del Ché Guevara colgando en la pared del salón” Es imposible saber estas cosas, ¿por qué las pienso? Estoy segura de que los demás piensan cosas así cuando me ven a mí pasar: “¿Qué se cree esa pija?, ¿qué le pasa con las tetas?, ¿por qué no se cubre un poco?, ¿es una pervertida ninfómana cazamaridos?”

El problema es la cerrazón. Los soliloquios desagradables son producto de una mente cerrada.

Una amiga me contó un sueño que tuvo conmigo: estamos las dos en una habitación que tiene una ventana. La ventana está abierta. Una ola de agua entra por la ventana y la habitación se innunda. Con el agua por las rodillas ella corre hacia la ventana para cerrarla y entonces le digo: “Deja la ventana un poco abierta, si la cierras por completo la presión del agua la hará estallar, y nos vamos a inundar de verdad. Deja que entre un poquito de agua, y así tendremos tiempo de salir”. Esa imagen es una analogía perfecta para la mente. Si cierras por completo la ventana de tu mente, la harás estallar.

Entrénate en la apertura, en la aceptación. La aceptación no es lo mismo que la tolerancia. La tolerancia es pasiva, su objetivo es vivir con algo que te desagrada. La aceptación no es eso. Es una forma especial de apertura. Cuando veas a la gente pasar, busca una cosa que te guste en cada uno. Quédate con eso. Cuando ese ejercicio te resulte natural, aumenta el número. Busca 2 cosas buenas, busca 3, busca 10, busca hasta que no te quede tiempo para pensar en nada malo. Con suficiente práctica te darás cuenta de que algo muy curioso comienza a ocurrir en tu espejo: ahora también te es muy fácil encontrar 1 cosa buena en tu cara, y 2, y 3, y 10. Pronto no tendrás tiempo para pensar nada negativo sobre ti mismo.

Pero ve más allá. Ábrete también a nuevas experiencias. Cambia tu rutina. Pinta tu habitación de un color diferente. Cambia el orden de los muebles. Planifica viajes a lugares a los que jamás irías. Busca una persona con la que no hablarías voluntariamente, y hazte su amigo. Prueba una cosa nueva cada día. No te vayas a la cama sin haber hecho algo diferente al día anterior. Aprende a tocar un instrumento, o a pintar. Y si tienes alguna postura cerrada, si eres de derecha, o de izquierda, o te identificas con cualquier ideología, dale una oportunidad real a la opción contraria. Compra el libro favorito de tu enemigo, y ríndete antes de empezar a leer, léelo como quien se encuentra con el tema por primera vez. Llénate de ideas nuevas y tu mente se renovará con ellas. Aceptar la realidad es ser receptivo a la generosidad del mundo. Y recibir bien también es una forma de generosidad.

OFRECE TU TALENTO

Este punto es la idea principal del artículo de Cómo conseguir un trabajo en medio del paro. Ofrecer tu talento es ser generoso con tu identidad. Con lo que te hace especial y diferente. Regalar tu trabajo con alegría cada día. Quizás te resulte difícil. Después de todo da miedo exponerse, da miedo que te roben tus ideas, y también da miedo la mirada del otro. Pero compartir tu talento es el tipo de generosidad más poderoso. Al menos es el que te ayuda a desbloquear tu Zugzwang en lo concreto. Si quieres leer más sobre este punto lee el artículo que enlacé arriba.

LA PRÁCTICA DIARIA

Todo lo anterior, toda esa parrafada, se puede resumir en una rutina diaria. Es muy simple. Toma tiempo adaptarse a ella, y la romperás más de una vez, pero cuando descubras lo bien que te sientes cumpliéndola no querrás dejarla.

Lo ideal es que cada quien se cree una rutina propia. Que esté hecha a la medida de sus necesidades. Que tome en cuenta sus gustos y sus intereses. La autoexploración y la autodeterminación son la clave. Pero para ilustrar el punto os ofrezco la mía. No la cumplo a rajatabla, y aunque me gustaría llegar a hacerla cada día, lo cierto es que muchos días me salto alguno de los pasos.

1) Ordena tu mente: me gusta mucho usar la mañana para anotar mis ideas en un cuaderno. Busco pensar al menos en 10 ideas nuevas cada día. Últimamente las ideas que anoto son sobre artículos que quiero escribir. En mi día hay mucho espacio porque no trabajo en una oficina, pero si tienes un trabajo, parte de ordenar tu mente es hacer listas de prioridades, es organizar tu tiempo y espacio mental.

2) Ordena tus afectos: esta idea merece todo un post. No tengo espacio para explicarlo con lujo de detalles, pero una práctica sencilla que puedes hacer en cualquier momento es apartar un espacio para sentir cosas hacia las personas que te rodean. Busca sentir agradecimiento hacia las personas buenas en tu vida, alegría por las personas felices, y compasión hacia las personas que sufren. Mientras más veces hagas este ejercicio, más fácil te será ignorar a la gente de mierda. A mí todavía me cuesta controlarme en presencia de gente de mierda, pero así es la vida, baby steps.

3) Ordena tu cuerpo: escoge un ejercicio y practícalo cada día. A mí me gusta el yoga. Hacer ejercicio libera endorfinas y neurotransmisores que regulan el funcionamiento de tu cuerpo. Te ayuda a dormir mejor, a digerir mejor la comida, a ser una persona más serena. Cuida de tu aspecto, dedícale unos minutos al espejo. Estudia tu alimentación y si puedes mejorarla, hazlo también. Regula tu ciclo de sueño. Evita disparar tu propia ansiedad. El café, el cigarrillo, y el azúcar son algunas cosas que deber evitar. Tu cuerpo y tu mente son una sola cosa.

4) Ordena tu cuarto: empieza el día ordenando tu habitación. Si la habitación está desordenada te distrae y te causa malestar. Haz la cama aunque la desordenes después. Hacerla tiene un gran beneficio: te hace sentir mejor durante todo el día. Más que algo práctico es algo simbólico, dejar tu cama deshecha es como si nunca te terminas de levantar. Barre y friega, mantén tu escritorio en orden. Dobla tu ropa y guárdala en el armario. Limpia el polvo.

5) Comparte tu talento: ejercita tu talento una vez al día todos los días durante un año. Quizás no saques nada en claro, pero aprenderás muchas cosas valiosas sobre ti mismo.

No sé si lo sabes ya, pero tengo un newsletter que envío dos veces a la semana. El contenido de mis newsletters es diferente a lo que pongo en los posts, son bastante personales. Hablo de mi vida, pongo fotos de lo que hago, comento libros que estoy leyendo, y mando los mejores links de internet. Si te quieres suscribir pulsa aquí.

También te puedes mantener en contacto conmigo por twitter: @acapulco70

En Facebook se reúnen los lectores del blog y comparten ideas, tips, y consejos. La comunidad es muy amigable y abierta. Si te quieres unir sigue este enlace.

Bienvenidos a América

February 17, 2012

Me compraba el cereal que tuviera más chocolate. Ese era mi criterio. Compraba los infantiles, los que tienen la cara de una mascota en la caja. En España, por ejemplo, desayunaba Chocapic. En Estados Unidos Cocoa Pebbles. Mi elección de desayuno tenía poco que ver con mi estómago. No desayunaba cereales porque estuviera a dieta, porque me preocupara mi alimentación, ni siquiera porque tuviera hambre. Lo hacía porque desayuné cereales toda la vida, y era lo que me resultaba familiar. Desayunaba cereales cada día porque era una forma de conectarme con mi hogar.

Si lees habitualmente A70 en este punto me dirás: “oh, Yae, el cereal, ¡qué símbolo! no confundas los cereales con tu hogar” y yo tendré que darte la razón. Pero ese tipo de símbolos a veces son necesarios. Es la calma del nómada. Su constante. Me gusta y también temo mi condición de nómada a partes iguales. Por un lado disfruto tener la libertad de moverme de un lugar a otro, pero al mismo tiempo sufro la falta de un hogar fijo. Uno de mis miedos es no encontrar un lugar en el que me sienta “en casa”, o encontrarlo pero no poder adaptarme a él, y entonces volver a mi país y descubrir que las cosas han cambiado tanto que ya tampoco me reconozco en él. El miedo del nómada es no tener a dónde regresar.

Es posible perder el hogar porque el hogar es un lugar geográfico, pero también es un lugar temporal. Por eso aunque una persona viva toda su vida en un mismo sitio, puede extrañar su hogar en el tiempo. Es el viejo que comenta que ya nada es igual a como era antes. Cuando vives toda tu vida en un mismo lugar los cambios son paulatinos, pero cuando te desconectas para volver muchos años después, recuerdas con nitidez la última imagen, y no concuerda con lo que encuentras a tu regreso. El contraste asombra.

El extranjero vive en una orilla. En el punto en el que las olas tocan la arena, el sitio en el que todo se unen y también se separa. El nómada busca en todo lo que hace un gesto conocido, una práctica familiar, algo que pueda reconocer como propio, el punto en el que su experiencia se une con el lugar en el que está; y a cambio encuentra las diferencias. Por eso es el extranjero el que mejor define una cultura, porque le es ajena.

La foto de arriba es de un animal de México que se llama “axolotl” (se pronuncia “ajolote”). Julio Cortázar tiene un cuento sobre un hombre que se identifica con ellos. El protagonista ve en sus caras algo de humanidad. Dice: “Los rasgos antropomórficos de un mono revelan, al revés de lo que cree la mayoría, la distancia que va de ellos a nosotros. La absoluta falta de semejanza de los axolotl con el ser humano me probó que mi reconocimiento era válido, que no me apoyaba en analogías fáciles”. El protagonista del cuento se obsesiona con descubrir lo que sienten y piensan los axolotl del acuario hasta que termina por convertirse en uno de ellos. Bajo cierta luz este cuento trata sobre la experiencia del extranjero.

Al vivir en un lugar ajeno adoptas algunas costumbres. No te sientes cómodo con ellas, no al principio, pero las cumples porque es una forma de adaptarte. De alguna manera buscas comprender al otro y adaptarte a él. Pero si te mudas de país en país muchas veces se te olvida qué costumbres te pertenencen. Diría que esto es triste, pero en realidad debajo de las costumbres brilla tu identidad.

La tradición es una convención social que se aprende. Mucha gente depende de lo social para autodefinirse. Usan las costumbres para crear una identidad común. Todos los “equipos” cumplen con esa función: los hinchas del Barcelona, el partido comunista, el Opus Dei, y cualquier nación. Cuando entras en este tipo de grupos sientes la presión de adoptar sus tradiciones, sus símbolos, y sus creencias. A cambio recibes dos cosas: una nueva forma de ordenar el mundo (nosotros y ellos), y una fuente de orgullo (yo pertenenzco). Kurt Vonnegut, un autor que me gusta mucho, los llama “Granfalloons”. Vivir en muchos países te permite desprenderte de los Granfalloons y descubrir tus propias constantes.

Pero te despojes o no de las costumbres, la cultura americana es un refugio para el nómada. Sus símbolos están en todas partes. Un restaurante McDonalds es igual aquí que en Pekin. Las hamburguesas son las mismas, las servilletas son las mismas, y nadie tiene que explicarte el menú. Lo mismo ocurre con las películas y la música. Estados Unidos es el mayor exportador de cultura en el mundo. Así que es muy probable que aunque no hayas visitado América la conozcas. Que te hayas paseado por las calles de Nueva York a través de una película o de una serie. Que sientas su cultura como algo familiar vivas donde vivas. America es el hogar psicológico de la humanidad. Es fácil fantasear con América, pero es difícil imaginar lo que significa vivir aquí.

Hay muchos mitos alrededor del americano. El americano es gordo. El americano es ignorante. El americano es estúpido. El americano es “patriotero”. El americano es bélico. El americano es frío. El americano es simple. Pero debo decir que aunque es tentador pensar en esos términos, esas características no son una parte importante del carácter americano, son simplemente una anécdota. Una expresión de algo más profundo y arraigado. Eso es lo que pienso explorar en este post. La verdadera personalidad del americano y qué se siente al vivir aquí.

Mi relación con América (1) es especial. Por eso quizás encuentres que este artículo es más completo, menos parcial que el de Fé y OVNIs. A pesar de que mi padre es español y toda mi familia es del norte de Europa, mis lazos con Europa son débiles. Siento más afinidad con Estados Unidos por la tele, las pelis, y la música. Los autores que más me gustan también son americanos, y a veces hasta me siento más cómoda hablando en inglés. Por eso puedo ofreceros una visión más completa de la personalidad del americano que de la personalidad del español.

(1) Sé que a los latinoaméricanos les enferma que la gente se refiera a Estados Unidos como “América”. Pero su indignación viene de la ignorancia. A Estados Unidos se le llama “América” porque son los Estados Unidos de América. Es una forma de acortar el nombre. No hay otro país en el continente que contenga la palabra América en su nombre, así que la gente se refiere a ellos como americanos. De la misma manera al Español le enferma que le llamen latino al latinoaméricano y para diferenciarse usan la palabra “sudamericano”. Este es otro error de la ignorancia. Nadie llama al latino así por creer que tiene algo que ver con Roma. Se le dice Latinoamérica para diferenciarla del norte porque mientras que el norte fue colonizado por los franceses y los ingleses, el sur fue colonizado por Portugal y España: países latinos. De manera que latinoamérica se usa para describir esa América, la que fue colonia de los países latinos. Con esto zanjo ambos temas. Llamo americanos a los estadounidenses y latinoamericanos a los sudamericanos y ya está.

AMERICA: TIERRA PROMETIDA

Imagina que descubren un planeta habitable cerca de la Tierra. La NASA envía una misión con varios hombres para explorarlo y regresan contando historias maravillosas: hay océanos, ríos, vegetación, y animales. Hay cosas que nadie ha visto nunca, naturaleza nueva. Deciden enviar una nueva misión con miles de personas para colonizar el planeta. El viaje tarda un mes y cualquiera puede hacerlo. ¿Te arriesgarías a ir?, ¿Con qué intención irías?, ¿qué te llevarías? El día antes del viaje ¿qué sentirías? ¿miedo? ¿emoción? Ahora piensa en todos los tipos diferentes de persona que escogerían hacer el viaje contigo.

Con América pasó justamente eso. Era una nueva tierra inexplorada, salvaje, bella, pero también desconocida. Y frente a lo desconocido el hombre se proyecta a sí mismo. De la misma caja que brotan los sueños brotan las pesadillas. Así que quién se embarcó hacia América lo hizo con dos sentimientos opuestos: el terror y el deseo. Esa actitud ambivalente es el principal rasgo cultural del americano.

EL OPTIMISMO Y EL TERROR

Una de las cosas más impactantes que te puede pasar en Estados Unidos es estar aquí durante una catástrofe natural. No por la catástrofe en sí, sino por todo lo que se genera alrededor. El miedo frente a una catástrofe es natural, pero en Estados Unidos el miedo tiene mucho de teatro.

Hace un par de años hubo una amenaza de huracán en Miami. Salió por las noticias durante varios días. Te alertaban del huracán, te instaban a comprar provisiones y a no salir de tu casa durante 5 días. Lo más impresionante era entrar al supermercado. En cada caja había una cola de gente comprando pilas, linternas, radios, generadores de electricidad y botellas de agua. Llenaban carros hasta el tope. Limpiaron el pasillo de los enlatados: no quedó nada.

El supermercado también se ocupaba de difundir información. Habían carteles que ponían: ¿estás preparado para el huracán? y un pasillo con pirámides de linternas, de botellas de agua, de baterías, cajas de herramientas. Pero no hacía falta acercarse a los productos para darse cuenta de que no eran reales. Parecían sacados de una tienda de chinos, eran cosas de pésima calidad. Parecían herramientas de juguete: de usar y tirar. Las linternas, las herramientas, y las radios eran del tipo de cosas que le compras a un niño para que se vaya de campamento. Si te estás preparando para un desastre natural lo normal es justo lo contrario: comprar cosas duraderas. Pero aquí nadie se estaba preparando, no en realidad, los americanos estaban jugando al huracán. Al final no pasó nada. El huracán se transformó en una tormenta tropical, la alarma pasó, pero aún así, durante los 5 días que el huracán iba a pasar por aquí, nadie salió de su casa. Nadie. Todo estaba desierto.

Por otro lado está la cara optimista del desastre natural. Después del huracán Katrina un grupo de gente se encargó de recolectar mixtapes. Te decían que los damnificados habían perdido todo: sus casas, su comida, sus familiares, y también sus colecciones de música. La idea era ofrecerles mixtapes para reconstruir sus vidas. El americano tiene la idea de que no importa lo que ocurra siempre se puede salir adelante. Su optimismo es ingenuo y persistente. No importa lo que ocurra, el americano está convencido de que su nación es grande y fuerte y de que si trabajan juntos todo volverá a la normalidad.

Las experiencias que formaron esa ambivalencia en el carácter del estadounidense eran americanas, pero las ideas que había detrás eran inglesas. Se formaron en Savoy y en la campiña inglesa. Para entender la personalidad del americano no es suficiente con estudiar al pionero. Conocer su relación con los indios, con el comercio, y con las leyes de la tierra es un paso, pero hay que ir más allá. El europeo que se embarcaba con destino a América era un tipo peculiar. Para entender cómo llegó hasta allí hace falta entender qué estaba pasando en Europa en ese momento.

Durante el medievo sólo se conocía un trozo de la tierra y un trozo del mar. La vida del hombre en La Tierra era finita. Las ocupaciones de una persona eran limitadas. Pero el cielo era infinito. La vida del hombre en La Tierra era solamente la antesala del mundo eterno en el más allá. Esas ideas fueron cambiando poco a poco. Primero, con la invención del reloj mecánico que dividió el tiempo en pequeñas unidades medibles, y después con la introducción de la latitud y la longitud en la cartografía. Gracias a esos dos inventos el navegante podía saber en qué punto del tiempo y del espacio se encontraba. Así se inauguró una nueva etapa: el interés por la exploración de la tierra, de los mares, y de la mente (2).

Con el descubrimiento de América se le asestó el último golpe a la cultura medieval. La Tierra era ahora infinita, y el cielo era su espejo. El hombre buscaba formas nuevas de ocupar su tiempo en La Tierra, y la vida del más allá perdió su importancia. No quiero decir con eso que el cambio fue radical o total, mucha gente siguió creyendo en esas cosas, pero los líderes intelectuales de la época no.

El americano sustituyó la eternidad por el futuro. El más allá se transformó en el mañana. El americano se proyecta hacia adelante, glorifica la esperanza. Sustituye las ideas de razón, naturaleza, vida, con la idea de “un mejor futuro para el hombre”. Pero esa moneda tiene otra cara y es la del terror. La amenaza oculta que puede destruir el futuro. Una amenaza que aunque raras veces se concreta siempre está presente.

EL PURITANO, EL PIONERO, Y EL HOMBRE DE NEGOCIOS

No sé si viste Jesus Camp. Yo sí. Es un documental aterrador. Enseña cómo los evangélicos adoctrinan a sus hijos en campamentos ideológicos. No es la única secta protestante aterradora. Hay muchas. Está, por ejemplo, el YFZ Ranch, una colonia de mormones fundamentalistas aislada en Texas en la que se practica la poligamia y casan a las niñas con 12 y 13 años. El gobierno intenta ponerles un freno y cada cierto tiempo les hacen una redada. Pero es imposible disolverlos. Los mormones normales y los testigos de jehová son otras denominaciones de la iglesia protestante americana, y todas son descendientes directos de los primeros puritanos que llegaron a América en 1630.

Los puritanos fueron protestantes ingleses que creían que las reformas de la iglesia británica eran insuficientes. Partieron hacia América y se imaginaron repitiendo la historia del Éxodo. América era su Tierra Prometida. Sentían un pacto especial con Dios: si eran fieles a sus doctrinas dios los bendeciría, si no, los castigaría. Vivieron en colonias y fueron laboriosos, autosuficientes, sencillos. Les disgustaban las artes y el ocio. Sin saberlo los puritanos contribuyeron con la revolución industrial. Pero sus huellas más evidentes las encontramos en la herencia que nos dejaron: los mormones, los evangélicos, los testigos de jehová, y también dos cosas de la personalidad del americano: su simpleza y su optimismo.

Los pioneros llegaron un siglo y medio después de los puritanos. Se lanzaron a la conquista de América por una oportunidad externa, la de explorar una tierra virgen, pero su impulso era interno. Estados Unidos se fundó sobre los escombros de la cultura medieval europea. Las instituciones estaban desgastadas y vacías (1). No quedaba nada en Europa que un hombre inteligente de su siglo quisiera preservar. Hacía falta un aire nuevo que renovara la cultura y lo buscaron en la naturaleza.(2) La naturaleza se puso de moda. Maria Antonieta construyó una casa de campo en Versalles en la que jugaba a ordeñar vacas, Rousseau se fue a las montañas. Pero la pasión por la naturaleza no era racional. No era la misma pasión que sentían los físicos como Newton. Medirla y estudiarla no era el interés de los románticos. Lo que les atraía hacia ella era lo salvaje, lo espontáneo. (3)

Es fácil entender entonces por qué América tuvo un atractivo especial para el romántico europeo. Aunque podían someter al campesino europeo al escrutinio, y descubrir que la vida en el campo no era tan fascinante como Rousseau quería hacer ver, al colono americano se le idealizaba desde lejos. La naturaleza americana era virgen, salvaje, e infinita en sus posibilidades. En ella el hombre podía reencontrarse consigo mismo, escapar de la sociedad, autodeterminarse, explorar infinitamente. Por más que las películas nos enseñen masacres de indígenas, la fiebre del oro, y pistoleros salvajes, lo que estuvo detrás de la expansión hacia el oeste fue el romanticismo.

De los pioneros el americano heredó el deseo de libertad, el pragmatismo, la exploración, y la idea del progreso.

El último en llegar fue el hombre de negocios y llegó justamente para eso: para hacer negocios. Vieron en América una oportunidad para comenzar desde cero. Muchos se asentaron en Ohio, al sur de las montañas apalaches. En en el siglo 18 nada estaba escrito sobre piedra, así que Francia e Inglaterra seguían disputándose territorios. Los mercaderes ingleses comenzaron por explotar las pieles. Comerciaban con los franceses y también con los indios. Especulaban con el territorio y se lo vendían a los inmigrantes. Son los que más adelante construyeron los ferrocarriles. También estaba el hombre de negocios que era un inventor. Benjamin Franklin y Alexander Graham Bell son dos nombres que me vienen a la mente. En América se inventó la clave morse, el telégrafo, el teléfono, la bombilla, la avioneta, el barco a vapor, el hule. Todos inventos que produjeron mucho dinero.

El hombre de negocios le dejó en herencia al americano el ingenio, el materialismo, el utilitarismo, y las ansias de poder.

(1) Voltaire acabó con la Iglesia, Montesquieu y Rousseau con el Estado, Turgot con las corporaciones

(2) Habían probado ya con el pasado clásico (Grecia, Roma) y resultó aburrido; lo medieval era demasiado reciente como para revivirlo; lo oriental no era más que una curiosidad; y lo único que quedó por explorar fue la naturaleza.

(3) The Myth of the Machine: Pentagon of Power de Lewis Mumford.

(4) The Pioneers de James Fenimor Cooper.

EL SUEÑO AMERICANO

¿Quién no ha soñado con crear una aplicación para el iPhone? ¿O una página que genere mucho dinero? Quizás fantaseas con buscar un ángel que financie tu proyecto y convertirlo en el próximo Facebook. Todos hemos escuchado historias al respecto. Silicon Valley es desde hace algunos años el nuevo sueño americano, y no es casual que esté en la Costa Oeste.

Se cree que el sueño americano es el de vivir en una casa con una valla blanca y un perro labrador. O que es llegar sin nada y hacerse rico de la noche a la mañana. Pero el sueño americano es algo más profundo. Es la idea de que todos somos iguales incondicionalmente. Estados Unidos se formó (en un principio) para garantizar esa igualdad. Mientras que Europa era un lugar de pocas libertades, la corrupción era patente, y los impuestos ahogaban a cualquiera, en América podías llegar y mudarte a donde quisieras. No necesitabas un pasaporte para viajar de un estado al otro. El mérito y la fidelidad eran las únicas fuentes del honor. En América no habían cortes corruptas ni reyes, ni derechos de nacimiento. El sueño americano es un sueño de orden social. Estados Unidos se fundó con la idea de que cada persona pudiera desarrollar su máximo potencial sin las barreras que solían frenarlo en el resto de las culturas. El sueño americano es una de las caras del optimismo.

Pero en su parte concreta se trata del éxito. En ese sentido ha variado a lo largo de la historia, y siempre ha estado unido al Oeste. Al principio el deseo era el de poseer tierras para cultivo. Cualquier ciudadano de América podía poseer tierras. Pero como la tierra era infinita, el pasto siempre era más verde en el Oeste. Ese fue el motor que impulsó la colonización de América. El movimiento compulsivo hacia el Oeste en busca de mejores tierras terminó en la costa del Pacífico porque no había más lugar a donde ir.

Cada generación repite el peregrinaje de sus ancestros, siempre hacia el oeste, y hacia una vida mejor. La Fiebre del Oro, Hollywood, Disneylandia, Beverly Hills, Silicon Valley están en California; y también “On the Road” de Kerouac, los hippies, Timothy Leary, los psicoanalistas, las historias de road trips por la ruta 66: Cualquier sueño, metálico o espiritual desemboca siempre en California.

Pero aunque en teoría el sueño americano se cumple y está respaldado por la constitución, en la práctica se traiciona tanto en lo material como en lo espiritual. La dimensión de la personalidad del americano que heredó del comerciante, del hombre de negocios, se desarrolló muy rápido con el impulso de la industrialización; mientras que la guerra civil y el progreso material aplastaron la espiritualidad del puritano y del pionero. La espiritualidad del americano quedó rezagada, y lo que sobrevivió fue la frialdad de lo material.

De esa forma ha sido traicionado el sueño americano. Los sueños se han convertido un producto más de la industria. Ofrecen clases para ser actor, cantante, dibujante de cómics, seductor, prometen agrandar tus bíceps y tus pechos, hacer de ti un emprendedor para que tú también puedas alcanzar tus sueños. Cuando se cree en la prosperidad como un fin absoluto, si se pierde la prosperidad se pierde todo. Cuando un americano que ha hecho todo lo que le dicen que debe hacer para cumplir sus sueños se encuentra de frente con su fracaso pierde toda la fe en América.

LA CULPA BLANCA

Una vez tuve el siguiente diálogo con una amiga:

Amiga: te vino a buscar un señor

Yael: ¿Quién?

Amiga: ni idea, no le pregunté el nombre

Yael: Bueno, pero cómo era.

Amiga: Alto, tenía gafas…

Yael: ¿tenía barba?

Amiga: no, no tenía… no era gordo ni delgado… era normal

La conversación continuó durante varios minutos y yo no tenía idea de quién me estaba hablando. Al día siguiente pasó a buscarme la misma persona, sólo que esa vez abrí la puerta yo misma. Era un amigo negro. No tenía idea de quién me hablaba porque mi amiga no mencionó en NINGÚN MOMENTO que era negro. Ese fue mi primer contacto con la culpa blanca.

En Europa no hubo mezcla de culturas. Las colonias estaban lejos. Ni los negros ni los indios eran bienvenidos. En Latinoamérica los españoles se mezclaron con los indios y con los negros y la mezcla dio lugar a una sociedad distinta de todas las que lo conformaron. Pero en Estados Unidos los blancos y los negros convivían sin mezclarse. Durante mucho tiempo los negros fueron esclavos y al liberarlos pasaron a formar parte de la sociedad. Es difícil entonces plantearse el tema de la igualdad.

El blanco no sabe cómo manejar eso. Sabe que el racismo es un pecado en América. Quizás no esté consciente de la razón por la que sus privilegios le producen vergüenza, pero sí hay una y es muy simple. En Estados Unidos el racismo no es un insulto contra una raza, es una ofensa contra el sueño americano. Admitir que una raza tiene privilegios o que otra es segregada es renegar de los valores que admiran en su propia cultura. ¿Es que acaso no todos tenemos las mismas oportunidades?, ¿es el sueño americano una mentira?, ¿en qué otros asuntos me han mentido?

Por eso el blanco hace muchas cosas para expiar su culpa. Busca demostrar la igualdad cuando se le presenta la oportunidad. Quiere ganarse el afecto y la confianza de las minorías. Hace cosas muy raras para aplacar su vergüenza. Hay un blog fantástico que se llama “Stuff White People Like” (cosas que le gustan al blanco) sacaron un libro sobre el blog y paradójicamente se vende en Urban Outfitters, una de las tiendas más blancas que hay.

Entre las cosas que le gustan al blanco están:

LA AMENAZA INVISIBLE

Quizás ya has visto este vídeo. Se llama Duck and Cover y es la película que le ponían a los niños en la escuela en la década de los 50 para enseñarles a reaccionar en caso de que estallara una bomba atómica. Les recomendaban, por ejemplo, esconderse debajo del pupitre y cubrirse con un periódico.

La contraparte del sueño americano es la amenaza invisible. Es una de las caras del terror. Quizás la más obvia. Al igual que el sueño, la amenaza muta. Cada vez que se presenta una amenaza el americano se transforma en el pionero. Adopta su pasión por la supervivencia. Construye refugios, se abastece de pilas, guarda enlatados, traza planes. Por encima de todo al americano le gusta estar preparado.

La amenaza ha sido la bomba atómica, el calentamiento global, la gripe porcina, Al Qaeda, el antrax, Katrina, etc. No quiero decir que estas amenazas no sean reales. Tampoco quiero decir que no exista un motivo real para sentir miedo. Pero la reacción del americano es desmedida. En vez de contrastar la información y actuar de manera racional, frente a la amenaza el americano siente pánico y actúa por impulso. Por eso el miedo es un arma de poder. Para movilizar a la sociedad se usa el terror. (1)

(1) Be Very Afraid de Robert Wuthnow

LA INFANTILIZACIÓN DEL AMERICANO

Puede ser que en España haya un grave problema con la falta de empleo. Pero aunque creáis que en América lo tienen fácil, no importa qué clase de empleo tenga una persona, es y será durante toda su vida un esclavo del banco. Aunque creas que en Europa ya eres esclavo del banco, no tienes ni idea de los métodos retorcidos que usan los bancos americanos para esclavizar al ciudadano.

De la mezcla entre la laboriosidad del puritano y la frialdad del comerciante surgió la producción masiva. Si Dios dijo: “crece y multiplícate” ¿por qué no hacerlo con los bienes?, ¿por qué no hacerlo con los dólares? Pero del otro lado de la cadena de producción siempre tiene que haber un cliente. Alguien a quién venderle la mercancía. Así que la primera preocupación de la industria es tener clientes. Una vez que los consigue, ya se plantea qué es lo que va a vender. La primera prioridad de la economía norteamericana es hacer de las personas clientes.

Para que una persona sea cliente necesita dos cosas: un deseo insatisfecho, y dinero en su cuenta bancaria. Los publicistas se encargan de fabricar los deseos, y los bancos se encargaron del dinero. En América es imposible escapar del círculo vicioso del crédito y la deuda.

Voy a tratar de explicarme porque esto es algo que no sucede en ningún otro país que yo sepa. Conseguir una tarjeta de crédito o un préstamo del banco en América es muy fácil. No necesitas avalistas ni nóminas, ni siquiera necesitas dar la cara. Si alguien pide un crédito lo obtiene. Conozco gente que gana menos de 2 mil dólares al mes y tienen una tarjeta de crédito con 20 mil dólares de límite. Pero la forma en que funciona la tarjeta de crédito americana es un poco diferente:

En España tienes una tarjeta de mil euros y tú estableces con el banco si vas a pagar al final del mes la totalidad de lo que debes o un porcentaje, y te atienes a ello. En cambio, en Estados Unidos puedes pagar cada mes la cantidad que quieras. Si tienes una tarjeta de 20 mil dólares y has gastado 10 mil, tienes la opción de pagar la cantidad que tú quieras. Pero hay un mínimo que debes pagar cada mes para poder seguirla usando. Ese mínimo son los intereses que genera tu deuda.

Cada persona tiene un interés diferente que el banco calcula de acuerdo al riesgo. El porcentaje va del 0.2% al 19%, pero la mayoría de la gente ronda el 11%. Supongamos entonces que una persona que gana 2 mil dólares tiene una tarjeta de crédito y gasta 10 mil. Si el interés de su crédito es del 11% deberá pagar 1100 como mínimo cada mes. Eso es casi todo su sueldo. Le queda menos de la mitad para vivir. Paga cada mes pero no está pagando la deuda. Sigue debiendo la misma cantidad de dinero que antes porque lo único que ha pagado son los intereses. Así se esclaviza a una persona durante años.

Pero el americano promedio tiene más de una tarjeta, y no solamente le debe al banco. Por lo general además del crédito está pagando el préstamo de la universidad, el financiamiento del coche, quizás una hipoteca.

Pero aquí viene la segunda vuelta de tuerca: la deuda también es la oportunidad para un negocio. Hay empresas que compran tus deudas, las consolidan y te bajan los intereses, ahora en vez de pagarle a diferentes instituciones todo lo que debes, se lo pagas a una sola. Otras negocian por ti con el banco para que te baje los intereses a cambio de un porcentaje. Quizás te estés preguntando por qué el banco le da tanto dinero a la gente. Es una buena pregunta. Los bancos no regalan nada. Buscan tener muchos deudores porque las deudas de los clientes se pueden vender a otros bancos a cambio de dinero. Así es como el americano ha dejado de ser el cliente, y se ha convertido en un producto más de su propia economía.

Digo que es imposible escapar de este ciclo vicioso porque en América no puedes hacer nada sin el crédito. Quiero decir, que de acuerdo con las deudas que tengas y de tus pagos se genera un número que te hace un ciudadano más o menos confiable para otras instituciones. Si quieres alquilar una casa te piden el crédito. Si quieres una línea de teléfono móvil te piden el crédito. Es impresionante la cantidad de cosas para las que te piden el crédito en América. Y antes de que te hagas el listo: no, tener una tarjeta de crédito y no usarla, o pagarla toda puntualmente no es bueno para tu crédito, de hecho, te baja el “score”. Así que las mismas barreras que Estados Unidos veía en Europa y que pretendía abolir ahora son más severas aquí que en cualquier otro lugar.

Muchos creen que en América no se infantiliza a la sociedad porque no hay servicios sociales ni ayudas. Pero aunque en ese sentido el Americano es más independiente que el europeo, la infantilización sigue allí. Se sustituye la ayuda por un crédito casi ilimitado, pero se mantiene al individuo atado a esa dinámica por el resto de su vida. El Estado y las corporaciones han aprendido a utilizar el deseo y el miedo para controlar al individuo. Lo transforman en un niño. El americano se siente seguro dejando que otros asuman responsabilidades que le corresponden.

El americano ve en el crédito la continuación de la paga que le daban sus padres. La gasta como gastaría el dinero de sus padres. Se siente cómodo en ese rol y por eso la estética de las tiendas en América es infantil. Probarse ropa en Urban Outfitters te traslada a la niñez, al recuerdo en el que te metes en el armario de tu madre para probarte sus cosas. Restaurantes como Shake Shack están decorados con pintura de pizarra, tienen mesas largas y sillitas de plástico, parece un parvulario. Se han puesto de moda los camiones de comida, de frutas, de batidos, y los decoran para que parezcan el camión del heladero de la infancia, además de la musiquita ahora puedes seguirlos en twitter para saber cuándo llegan a tu barrio. Bank of America sacó una tarjeta de crédito con la cara de Hello Kitty.

Sucede lo mismo con la comida. La persona pobre del tercer mundo y el millonario norteamericano tienen algo en común: la delgadez. La economía masiva se ha convertido en algo tan enredado que comer en McDonalds y comprar chucherías es la opción más barata. La comida barata está hecha con “corn syrup” que quita el hambre, pero alimenta poco y engorda mucho. Comprar verduras y comida sana es caro. Solamente una persona con dinero puede darse el lujo de comer bien. Así en América el rico es el delgado y el obeso es el pobre.

Ese no es el único problema con la comida. En vez de aprender a comer bien, la industria le enseña al americano a depender de ella. Hay un pasillo entero del supermercado dedicado a Weight Watchers. Si no lo conoces, Weight Watchers es una dieta con un sistema de puntaje: de acuerdo con tu edad y tu peso te asignan un número de “puntos” que puedes comer cada día, y cada comida equivale a una serie de puntos dentro de una tabla. Así, por ejemplo, si tienes 25 puntos cada día, un tomate vale 1 punto, pero una magdalena puede valer 8 o 10. Pero ahí no termina la cosa. Weight Watchers tiene toda una línea de comida de su propia marca con menos puntos. Una magdalena normal vale 8, pero la magdalena Weight Watchers vale 1. Así tienes a un montón de gente enganchada a tus productos, delegándote la responsabilidad sobre sus propios cuerpos, sin saber qué es lo que está detras de tu sistema, y perdiendo la capacidad de autoregular su alimentación.

De la infantilización la economía saca sus mejores dividendos. Si el ciudadano confía en la industria y le delega sus responsabilidades, la industria puede convertirlo fácilmente en un cliente, incluso cuando eso va en contra de su propio bienestar. El americano es un esclavo de sí mismo. El consumismo y el sistema bancario son los que mantienen su economía a flote, pero también son sus yugos. Mi problema no es con la industria, porque a fin de cuentas están allí para eso: para generar dinero. El problema es que la maquinaria publicitaria americana es tan poderosa que aunque quieras escapar de ella es difícil mantenerse al margen. Si eres el hijo de una familia infantilizada, y desde niño te infantilizan, es difícil romper el ciclo y encontrar tu propia voluntad.

El Americano creyó escapar de la vieja Europa construyendo un nuevo espacio más real. Sustituyó la ornamentación del Europeo por la simpleza del puritano. La corrupción por la integridad, lo social por lo individual. Pero la industria venció al espíritu. América pasó de ser la tierra de la libertad a ser la nación de la esclavitud.

LA NACIÓN VACÍA

De los ideales sobre los que se fundó América lo que queda es una capa de pintura. América fue fundada por puritanos, pioneros, y hombres de negocios. Se fundó como respuesta a los problemas de Europa. Su camino era la igualdad, la libertad, y la autodeterminación. La constitución se escribió para garantizar el sueño americano. Pero con el tiempo las bases espirituales se fueron borrando. El puritano se convirtió en un fanático. El pionero en cliente. El hombre de negocios en depredador.

El sueño americano sólo podía realizarse en lo individual, pero lo colectivizaron y le pusieron de nombre “el progreso”. Se perdió la autodeterminación, y el sueño ya no es alcanzar la plenitud, ni desarrollar todas tus potencias. El sueño ahora es el éxito.

América se fundó sobre la idea de la igualdad. Fue de los primeros países en abolir la esclavitud. Y dos siglos después la esclavitud ha vuelto a nacer. La igualdad no se consiguió porque el norte liberara a los esclavos del sur, sino porque con la industrialización los esclavizaron a todos. Blancos y negros.

Se sustituyó la libertad por la ilusión de libertad: una multiplicidad de opciones. El americano cree que su libertad es tener muchos productos diferentes en el estante. Poder escoger entre una marca de champú y otra. Entre una universidad y otra. Entre una religión y otra. Lo único que descubre detrás de tantas opciones es la indeterminación. Al igual que el pionero, el consumidor siempre cree que el pasto más verde está en el producto que dejó en el estante. El que no eligió.

En la América vacía el terror del americano doblega su voluntad y el optimismo lo conduce con docilidad hacia su propia esclavitud.

La mejor forma de vivir en Estados Unidos es no ser americano. Toma a América como lo que es: un parque de atracciones y un centro comercial gigante. Ven, pásatelo bien, no hay un sitio mejor en el planeta para divertirse, quédate todo el tiempo que te permita tu bolsillo, y después regresa a tu casa.

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